Proyecciones económicas: una bomba sin desactivar

Del “crecimiento negativo” en 2018, al “crecimiento bajo” en 2019. El ministro de Hacienda de la Nación, Nicolás Dujovne, sabe que la actividad económica del país no atraviesa su mejor momento y tampoco se avizora un futuro prometedor para este año que, cabe destacar, se pone en juego la continuidad de Cambiemos en el Gobierno.

De acuerdo al último Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) que el Banco Central de la República Argentina elabora a partir de las proyecciones de 50 consultoras económicas, para 2019 se estima que la inflación punta a punta (es decir de enero a diciembre) será de 28,7%, muy por debajo del 47,6% que registró durante el año pasado. Si bien el Índice de Precios al Consumidor continuará en niveles altísimos, bajaría poco más de 20 puntos. No obstante, hay que recordar que el año pasado se proyectaba una inflación de entre 15 y 20% pero, como dijo Mauricio Macri, “pasaron cosas”.

En tanto, de acuerdo a las estimaciones privadas, para 2019 se espera una caída de 1,2% en el Producto Bruto Interno, ligeramente más fuerte de lo esperado en el Presupuesto 2019; mientras que para el dólar se promedia una cotización de $48,30 a lo largo de todo el año, con una escalada más abrupta en la previa de las elecciones.

Por ahora, todos miran hacia el campo como el posible salvador a todos los males. La cosecha promete una lluvia de dólares que le daría un breve, aunque necesario, respiro al actual mandatario. Pero, cabe destacar, esta situación no se verá reflejada en el bolsillo de los argentinos que, una vez más, se enfrentan a la posibilidad de perder su poder adquisitivo. Todo depende de cual sea el porcentaje en que cierren las negociaciones paritarias y si, en efecto, se compensará lo perdido en 2018.

Históricamente, en años electorales los distintos gobiernos nacionales inyectaron dinero en las calles para incentivar el consumo y la actividad económica con un fin netamente proselitista. Pero, debido al pacto con el FMI, este año Cambiemos no podrá hacerlo libremente. “Está atado de pies y manos”, señalan los economistas, quienes coinciden que no será un año positivo, más allá de los candidatos que se presenten en la contienda.

En cuanto al comercio exterior, por el contrario, se avizora un futuro prometedor. Según informó el INDEC, la balanza comercial de 2018 cerró con un déficit de 3.800 millones de dólares (un 54% menos que en 2017), pero con un alza en las exportaciones que, de continuar con un tipo de cambio alto, mantendrá su tendencia positiva.

Fronteras adentro, la historia será otra. Más aumentos en alimentos y servicios, más ajuste del gasto público y menor margen de crecimiento. Una bomba que puede estallar en cualquier momento.

“El Gobierno va salir a festejar un 30 por ciento de inflación”

Para el titular de CEPA, Hernán Letcher, “es muy difícil de imaginar y poner un número a la inflación, sobre todo por el antecedente inmediato de 2018. Si me recuesto sobre las proyecciones que han hecho centros de economía más bien ortodoxos, están hablando de una inflación cercana al 30 por ciento”. En este contexto, el además concejal de San Martín por Unidad Ciudadana, dice que ese porcentaje es más bien una “máxima a la que puede apostar el Gobierno, en condiciones normales, si no se les escapa la tortuga, cuestión sobre la que tengo ciertas dudas”.

Por ello, el economista no cree que este año se recupere el poder adquisitivo en términos de aumentos salariales. “El promedio de salario fue de 30%, y la inflación del 50%. Lo que va suceder es, con todas las variables contenidas, que el salario se mueva a la par de la inflación y se consolide la pérdida de poder adquisitivo del año pasado. En términos macroeconómicos esto es gravísimo, porque el consumo es complemento principal de la demanda agregada”, señaló Letcher.

Por otra parte, el economista consideró que la estrategia del Gobierno será  mostrar “la comparación del segundo semestre con el mismo periodo de 2018, que fue muy malo. No necesitan ni crecer para que el indicador le de bien. Creo que apuntan a eso. Van a festejar un 30% de inflación”.

En cuanto al tipo de cambio, Letcher no descartó una nueva corrida “porque, de hecho, la mayoría de las inversiones tienen que ver con negocios de cortísimo plazo, relacionados con la tasa de interés. No quieren salir de ese esquema. Prefieren un nivel de actividad planchado para que el dólar no se les escape”.

Por último, recordó que “en 2017, la reactivación del consumo la hicieron entregando créditos con el dinero de ANSES, fueron casi 60 mil millones de pesos. No creo que puedan repetir eso. Primero porque el FMI no los deja, y porque la gente ya está endeudada”.

“La actividad económica va a caer y la inflación seguirá alta”

El economista jefe de Ecolatina, Matías Rajnerman, fue contundente. “Va a ser un año malo”. Como argumento, expresó: “La actividad económica no se va a recuperar y la inflación va a seguir alta. Por el lado del frente cambiario, el problema del 2018, estamos proyectando que se va a mantener tranquilo durante el primer trimestre. En lo posible, a partir del segundo trimestre, cuando lleguen los dólares de la cosecha y del FMI, va a haber presiones; y el dólar va a subir a partir de abril cuando se acerquen las elecciones”.

En este contexto, Rajnerman consideró que el proceso electoral va a ser determinante en la economía, tanto en las variables nominales como en la economía real. “Va a paralizar las inversiones a plazo, no está claro cuáles van a ser los ganadores de la Argentina de 2020, entonces eso va a frenar o posponer cualquier proceso de inversión, además del elevado costo de financiamiento. Y va a frenar los consumos a plazo, con una tasa de interés muy alta combinada con la incertidumbre”.

En este marco, el economista de Ecolatina adelantó que el dólar estaría cerca de los 50 pesos, con una leve baja después de las elecciones. “Octubre sería el punto máximo del tipo de cambio, donde estaría testeando la banda superior, pero no la superaría de manera permanente”.

En cuanto a la inflación, vaticinó que rondará el 35%. “Por un lado, por el dólar. Por el otro, por los aumentos tarifarios que se van a concentrar en el primer semestre y van a sumar puntos a la inflación. Y por último, las paritarias. El salario fue el gran perdedor del año pasado, con lo cual ya hay muchas cláusulas de recomposición y gatillo, que se están activando o negociando. Este año, las negociaciones van a cerrar en niveles elevados, incluso hasta superar a la inflación en el acumulado anual, no en el promedio mensual”.

Por ello, señaló que todo lo que son “malas noticias” para la economía interna, son buenas noticias para el frente externo, “porque una menor demanda en la economía local reduce las importaciones, y un mayor dólar potencia las exportaciones, con lo cual va a ser un buen año en el frente externo. Las exportaciones crecerían un 7% y las importaciones caerían un 10%. En ese marco, lo que vemos es un superávit comercial y que va a llegar a los 7.000 millones de dólares”.

“Probablemente, tengamos una recuperación en el tercer trimestre”

“Vamos a tener un año duro, pesado, con un estancamiento que lleva años y que va a continuar. Probablemente tengamos una recuperación para el segundo o tercer trimestre, pero que está con mucho riesgo por el contexto global. Estamos en un mundo  muy volátil”, sintetizó el economista Iván Carrino.

En este escenario, para el consultor especialista en finanzas, el proceso electoral impactará en el mercado, puesto que genera mucha incertidumbre. “Hubo gobiernos que en este contexto emitían y salían a gastar, y la economía generaba un boom de corto plazo. Ahora no tenés esa posibilidad, no hay plata para eso, y hay que sumar el factor incertidumbre. En términos normales, la economía debería empezar a recuperarse, pero hay un grupo de factores que pueden hacer que eso no suceda, aunque sean de una magnitud pequeña”.

En esta línea, destacó que la garantía es el FMI. “Argentina no necesita volver a refinanciar su deuda en 2019, y en 2020 está más o menos cubierta. El riesgo país mide igual, entonces en algún momento vamos a tener que volver al mercado internacional. Tampoco es deseable aislarse del mercado internacional. El mundo, en promedio, tiene una recesión cada diez años. Prefiero plegarme al ciclo internacional, pasarla mal cada diez años y no, por estar aislado, tener una recesión cada dos años”.

Frente a este panorama, Carrino prevé que “entre el segundo y el tercer trimestre, cuando ingresen los dólares de la cosecha, más los dólares del FMI, habrá liquidez. No espero que el dólar se mantenga a 37 a fin de año, creo que en algún punto irá acompañando la inflación, pero no veo que tenga muchos motivos para tener un salto violento como el del año pasado”.
“Veo una inflación a la baja. Cuando los Bancos Centrales se ponen duros con la inflación, suele bajar. Además que se va a ir limpiando el salto del año pasado. Si la inflación bajó no es mucho logro del BCRA, sino que es porque el dólar se estabilizó”, añadió.

Por último, el titular de Iván Carrino y Asociados, apostó que “en febrero o marzo, vamos a empezar a ver los efectos de esta política más dura, la inflación puede bajar fácil 20 puntos para este año. No me parecería extraño que esté en 25%. No creo que haya pérdida del poder adquisitivo, pero tampoco creo que haya demasiada ganancia.  Espero que más o meno se acompañe a la inflación”.

«El dilema para por el dólar»

“El 2019 va a volver a ser un año con alta inflación. Si uno suma la fuga de capitales de 2016 a 2018 tenés casi 59 mil millones de dólares en fuga de capitales. Esta formación activa del sector privado, y financiero, significa menor aporte del sistema productivo (hay menos industrias) y de los contribuyentes. Esto, simplemente, es compra de riqueza”, resumió el economista Ernesto Mattos, investigador y docente de la UBA. En este contexto, consideró que el dilema de este año pasará por el tipo de cambio. “Estos 59 mil millones de dólares que ya se fueron son el equivalente al dinero que enviará el FMI, que suma 57 mil millones”.

Pero para el economista, el problema de la inflación no es del Gobierno, ni del Banco Central, sino de los llamados “formandores de precios. “Por ejemplo, del total de las empresas que existen en Argentina, de las 60 mil, sólo 5 mil exportan y 800 son exportadoras Pyme. Se va a necesitar una propuesta sobre esto, porque no son tantas las empresas con las que hay que sentarse a negociar”, subrayó.

“En el sector financiero parece que está controlado, con el apoyo del FMI y por parte de los Swaps, o del financiamiento que pueda conseguir el Gobierno, pero en temas sociales el tema está pendiente.

Con esta política se está viviendo una flexibilización laboral. Lo que más creció fue el monotributo y lo que menos creció fue el asalariado privado. Lo que se prevé es que las empresas tengan que decidir no poder mantener el empleo”, anticipó Mattos.

“Habrá una caída en la economía o, directamente, no va a crecer” 

El joven economista y consultor de Invecq, Santiago Bulat, anticipa que este será un año en el que no se crecerá y habrá una caída en la economía. “Creo que la inflación puede bajar, cuando el tipo de cambio se mantenga estable, no fijo pero sí a la par de la inflación”, dijo a La Tecla, a la vez que prevé “un año en el cual no va a haber repunte del consumo, la gente no lo va a sentir en el bolsillo, pero sí creo que habrá un incremento en las exportaciones”.
Para Bulat, la apuesta está en crecer vía exportaciones y no tanto en el consumo.

“El Gobierno está atado de pies y manos en lo que puede llegar a gastar e inyectar dinero con lo que fue el acuerdo con el FMI. También va a ser un año en el que el consumo público, es decir los gastos del Gobierno, también va a ser bajo. Si bien van a inaugurar obras, son las planificadas. Por lo tanto, la mejora no se va a sentir en los bolsillos”.

En este contexto, aseguró que si se cortan los fondos del FMI, el problema puede ser mayor, por lo que “no va a haber demasiado margen para inyectar dinero.

La movilidad de las jubilaciones y los salarios van con la inflación pasada, por lo que se espera una recuperación del poder adquisitivo, con un leve repunte del consumo, pero no creo que se recupere lo que se perdió el año pasado, cuando la caída del salario real fue muy fuerte. Va a haber cláusula de revisión, no de gatillo (en las negociaciones paritarias)”.

En cuanto a la inflación, estima que será entre 29 y 30%. “Es una reducción importante, que no deja de ser alta y se mantiene en los niveles que tuvimos en los últimos años. Las paritarias quizás estén cerca de la proyección del 23%”.

En cuanto al dólar, el economista planteó dos escenarios. “La oferta del dólar va a estar presente y con un poco de tranquilidad por los dólares que tiene el Gobierno del FMI, de la cosecha y de mayores exportaciones. El tipo de cambio va a mostrar cierta estabilidad. Pero, si gana un Gobierno que no es creíble para los mercados, se van a dar vuelta todos los activos argentinos; van a ir a comprar dólares y llevárselos del país”.

“Nuestro pronóstico es de 1 por ciento de crecimiento en 2019” 

El coordinador la consultora Orlando Ferreres y Asociados, Nicolás Alonso, consideró que los dos indicadores que hay que tener en cuenta para un correcto análisis son la actividad económica y la inflación. “Respecto a la actividad, somos un poco más optimistas que el promedio de las consultoras, aunque los últimos datos quizás jueguen un poco en contra. Nosotros estamos apostando a todo el sector agrícola, con buenas perspectivas para soja y maíz; la cosecha gruesa va a estar bastante bien, lo que creemos que va a aportar dos puntos de crecimiento para 2019”.

Asimismo, en diálogo con este medio, apostó “a la recomposición del sector industrial, más allá de aquellos ligados a la actividad de Brasil, y los que tienen dinamismo exportador. También vemos que habrá recuperación en el sector del comercio”. Por ello, anticipó que su “pronóstico numérico es de 1% de crecimiento para 2019, como número máximo.

“En cuanto al tipo de cambio, estamos proyectando un valor cercano a los 47 pesos a fin de año, que va a ir acompañando a la inflación. Si bien puede haber cierta volatilidad, a medida que se acerquen las elecciones no creo que haya mayores problemas en cuanto al sector externo y la macro”.

En este contexto, expresó: “No estamos contemplando nada extraño para 2019, con un tipo de cambio más o menos consistente con la evolución de la tasa de inflación, que estipulamos que será del 27%. Lo que va a ayudar este año es que no habrá tanto precio desregulado. Con el nuevo programa implementado por Sandleris, las expectativas de inflación reaccionaron positivamente y no hay mucho margen para que los precios se disparen”

Fuente. La Tecla

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