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Sigue desacelerándose la demanda de dinero

 

Más allá del factor estacional, en julio los indicadores monetarios volvieron a reflejar un menor crecimiento de la demanda de dinero. O sea, la gente quiere tener cada vez menos pesos. Lo que no es de extrañar en medio de un proceso inflacionario y recesivo. Los datos oficiales dan cuenta de que la base monetaria registró el mes pasado una expansión de $23.177 millones lo que implica una tasa de crecimiento interanual del 30,5% (4,2% mensual) mientras que la demanda de circulante de la gente creció al 18,1% interanual (3,7% mensual). Vale señalar que en el último trimestre (mayo-junio-julio) la base mantuvo un ritmo de crecimiento interanual por encima del 30% por lo que la inflación difícilmente muestre, por lo pronto, una desaceleración de los actuales niveles.

Es claro que aún es prematuro aventurar la tendencia de los agregados monetarios, en particular, de la demanda de dinero ya que todo está un poco enrarecido por el impacto de las medidas del BCRA (suba de encajes y de tasas), pero no menos cierto es que al estar el proceso inflacionario continúa «vivito y coleando» no le da margen a la autoridad monetaria para relajarse.

Julio, un mes estacionalmente particular, convivió con un contexto de fuerte suba de las tasas de interés y de los encajes bancarios, lo que se reflejó, precisamente, en la desaceleración del crecimiento de los agregados monetarios. Prueba de ello es que la base pasó de crecer del 31,5% al 30,5%, mientras el circulante pasó del 21,2% al 18,1% y el agregado M2 privado del 23% al 21%.

Las principales clave de julio:

El principal factor expansivo de la base fue la renovación parcial de las Lebac que inyectaron $111.610 millones lo que fue compensado, en parte, por el aumento del stock de Leliq (a niveles de $150.241 millones) y de los Pases Pasivos (a niveles de $35.604 millones) que en conjunto explican una contracción de $66.005 millones.

También actuó como factor contractivo la cancelación de $12.600 millones de Adelantos Transitorios al Tesoro (dado que la asistencia al Tesoro se frenó desde el acuerdo con el FMI). Mientras que por la vía del pago de Intereses hubo una expansión de $2.575 millones.

«En particular, la base monetaria se vio afectada este mes por la política monetaria dura, con la tasa de Lebac que alcanzó el 60% y la suba de encaje ya pautada en junio por un total de 800 puntos básicos, de los cuales 500 puntos entraron en julio. Se estima que esta medida restó $100.000 millones de la liquidez de las entidades financieras, afectando especialmente a las tasas de interés. La tasa call (bancos privados) promedió 46.4%, y la Badlar privada 34.5%», explica EconViews. Al respecto señala que en el mes vencían $529.000 millones y se renovaron $393.000 millones, implicando una baja en el stock de Lebac en $135.000 millones en el día de la licitación. Cabe recordar que en el mes pasado el BCRA no intervino en el mercado de cambios con reservas propias, aunque siguió licitando diariamente las divisas a cuenta del Tesoro por un monto total de u$s2.100 millones de los u$s7.500 otorgados por el préstamo del FMI, lo cual no tuvo un efecto monetario.

El balance de los primeros siete meses del año, muestra que la base se expandió $65.696 millones. El principal factor contractivo fue la venta de divisas al sector privado por $250.897 millones. Por otro lado el principal factor expansivo fueron las Lebac por $302.062 millones. Por otro lado, las compras netas de divisas al Tesoro aportaron una expansión de $56.851 millones seguida por los Adelantos al Tesoro por $57.300 millones. A contramano, vía Pases y Leliq hubo una contracción de $84.612 millones. Vía el concepto «Resto» hubo una contracción de $29.603 millones y una expansión por Intereses de $15.010 millones.

Fuente: ámbito.com

 

 

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