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Cláusula gatillo vs. revisión, la pelea de fondo

Sabiendo que la Provincia no se estirará mucho por encima del 15 por ciento, cláusula gatillo vs. cláusula de revisión parece ser la pelea de fondo de la paritaria bonaerense. En privado y un poco en público, los gremios admiten que cualquier cifra sería mucho más atractiva con un compromiso de actualización automática con respecto a la inflación, según publica el sitio platense INFOCIELO.

“Hubiese sido un alivio”, admitió Miguel Díaz, secretario general de UDOCBA

. “La cláusula gatillo nos permitió el año pasado no perder poder adquisitivo, no sé porque ahora se niegan si confían en su meta inflacionaria”, agregó, también a este medio Mirta Petrocini, titular de la FEB.

En la conferencia de prensa luego de la reunión de este miércoles, el ministro de Economía, Hernán Lacunza, repitió la explicación que había dado la semana pasada, cuando se sumó como vocero principal de la posición de Vidal. “Es un herramienta que tiende a amplificar y no a contener los procesos inflacionarios”, señaló.

¿Por qué este año no y el año pasado sí? “El año pasado, para esta época, la inflación iba en ascenso con respecto a 2016, pero ahora está bajando”, explicó el titular de la cartera de Hacienda. “Hace 50 años que hay paritarias y nunca se aplicaba la cláusula gatillo”, recordó.

Es decir, que Lacunza tiene miedo que con el gatillo se tome como inflación real la que el Gobierno nacional considera como extraordinaria, por ejemplo, derivada del aumento de las tarifas. Es que para la Casa Rosada, el índice de precios que vale es el núcleo o subyacente, que no contempla a los aumentos energéticos ni de las materias primas.

¿Cómo funcionó la cláusula gatillo en 2017? Para los maestros, fue un resarcimiento del 3,3 por ciento que cobraron en enero. Los educadores habían arreglado un aumento del 21,5 por ciento con el compromiso de un reacomodamiento inmediato al final del año. Como para el INDEC el acumulado de 2017 fue de 24,8 por ciento, recibieron la diferencia de una vez.

Para el caso de los estatales de la ley 10.430, el esquema fue diferente. Los sindicatos habían acordado una mejora del 18 por ciento en cuatro cuotas de 4,5 por ciento a cobrar en cada trimestre, momento donde se tenía que aplicar el gatillo, si es que ameritaba.

Así fue que las recomposiciones, aproximadamente y según los acumulados de cada trimestre, fueron de 1,9 por ciento en marzo (4,5 contra 6,4 del IPC), 1,2 en junio (4,5 contra 5,7), 0,9 por ciento en septiembre (4,5 contra 5,4) y 2,7 por ciento en diciembre (4,5 contra 7,2).

Firmar sin gatillo sería para el frente gremial creer en las metas del Banco Central. El problema es que no hay ninguna consultora en Argentina que ubique a la suba de precios por abajo del 18 por ciento. Es más, hasta el economista Martín Tetaz, que no puede ser considerado opositor, habla de un 20 por ciento.

“Las expectativas de inflación de los principales analistas que informan al REM (Relevamiento de Expectativas del Mercado) del @BancoCentral_AR arañan el 20% con una inflación núcleo del 17,1% Hay 2,1% más de inflación por responsabilidad del cambio de metas de diciembre pasado”, publicó el conomista en su cuenta de Twitter.

El episodio con Daniel Scioli

Si bien fue con la administración de Daniel Scioli, las sindicatos tienen muy fresco lo que sucedió en 2014 cuando la cláusula de revisión se incluyó en el acta y después no se cumplió y se desencadenó una nueva medida de fuerza. En ese momento, el canal QM NOTICIAS había accedido a ese documento.

“Asimismo se hace constar que la aceptación queda condicionada al compromiso de ambas partes de monitorear la evolución de los precios en los próximos meses y en caso de resultar necesario, convocarse a una nueva mesa de discusión salarial”, decía por entonces un párrafo del acuerdo. En aquel año no sirvió de nada.

En 2016 tampoco hubo cláusula gatillo y, emergencia estadística de por medio en el INDEC, no quedó muy en claro si los bolsillos de los guardapolvos empataron o perdieron con respecto al IPC (Índice de Precios al Consumidor). La Provincia les dio 34,6 y según los datos oficiales la inflación fue del 36 por ciento.

Empero, en el primer cuatrimestre no hubo mediciones así que la inflación podría haber llegado al 40 por ciento, según especialistas que analizaron otros cálculos de la Casa Rosada, por ejemplo el PBI.

El 2015 fue año negro para los asalariados en general ya que sólo se salvaron aquellos que recibieron un bono en diciembre luego de la salida del cepo y de la devaluación.

Según el portal Chequeado.com, en 2016 el sueldo de los docentes bonaerenses rompió una racha de 8 años de crecimiento real. Así fue la caída fue del 5 por ciento, lo que además fue un descenso mayor al promedio nacional (-3,5 por ciento). En los dos períodos anteriores,  2007-2011 y 2011-2015, la ganancia de poder adquisitivo había sido de 25 y 6 por ciento, respectivamente.

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