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Vidal cedió a la presión de los super para frenar rebelión contra el hot sale

En Pergamino, la mayor parte de los supermercados empezaron a ver filas de gente desde las 7 de la mañana. Algunos tuvieron que abrir las puertas y dejar entrar al público para resguardarse de la lluvia que pegó duró. En La Plata, casi todos los hipermercados colapsaron y fue noticia el mayorista Nini. Hubo allí peleas entre clientes por agarrar un changuito y se llenó en tiempo récord la playa de estacionamiento. La mayoría de los comercios, sobre todo los del interior, tuvieron gente pagando hasta tres horas después de la hora del cierre. Y hubo psicosis de los que estaban adentro y no podían salir una vez hecha la compra porque puertas afuera había otro pelotón que pugnaba por ingresar a llevarse algo en el carro por el que había peleado otra cantidad de horas.

La cara A del hot sale del Banco Provincia, que habilita descuentos del 50% para quienes paguen con plásticos de esa entidad, fue una locura impropia para el escenario argentino actual. Pero el boom de consumo tiene un lado B que abre escenarios de incertidumbre respecto a la continuidad de un fenómeno dispar que pensó María Eugenia Vidal y que, dentro mismo de Cambiemos, generó algunas tensiones y recelos.

El jueves de la semana anterior fue la fecha tope que la entidad que conduce Juan Curutchet puso para que los grandes supermercados confirmen la adhesión a la segunda jornada del hot sale bonaerense, luego del primer paso que se dio en el mes de junio. Hubo allí una sorpresa: el Bapro intentó imponer nuevas condiciones en la negociación con los hipermercados nucleados en la Asociación de Supermercados Argentinos (ASU). Planteó que a diferencia del primer día de ofertas realizado en junio, esta vez el financiamiento del descuento sería más beneficioso para la Provincia de Buenos Aires. Aclararon desde la entidad que en el hot sale de Julio, los super pondrían un 25% y el banco otro 25%, un esquema distinto al 20-30 a favor de los comercios de la vez anterior. El anunció agitó el avispero y el mismo jueves, aprovechando la reunión que se realiza en ASU todos los primeros jueves de cada mes, se congregaron en la sede de Palermo los pesos pesados de la actividad, la mesa chica: según confiaron fuentes bonaerenses cercanas a Vidal, estuvieron Alfredo Coto (Coto), Daniel Fernández (Carrefour), Matías Videla (Jumbo-Cencosud), Agustín Beccar Varela (Walmart), Alejandro Grande (Día) y Federico Braun (La Anónima). Hablaron del tema y llegaron a una conclusión: “O pagamos el 20 o nos bajamos todos”, expresaron casi al unísono. Los que mayor énfasis le pusieron al mensaje fuero Coto y Braun, el tío del secretario de Comercio nacional y uno de los más críticos de la situación actual del consumo. En este contexto, sin ellos, el hot sale peligraba, a punto tal que el banco debió ceder y reconocer el mismo costo financiero que en la primera jornada de junio.

La presión de los supermercados puso en juego dos razones, netamente vinculadas al beneficio propio. La primera, el volumen de ventas globales del mes de junio fue igual que en los meses previos al hot sale. Ergo, la mega oferta de un día no sumó venta excedente, sino que hubo traslado de la demanda  hacia una sola jornada. La segunda, vinculada a la primera, que en este nivel de ventas los hiper se niegan a financiar el 25% del 50% de descuento (el restante lo costea el banco). Si así fuera, de un producto que vale $10, el cliente paga $5, y de esos cinco que no paga lo costearían en partes igual el Bapro y los comercios. De los $5 restantes, los comercios deducen impuestos y acceden a una renta que entienden no es suficiente. De todos modos, el recule del Bapro le significa a la provincia una erogación un 5% mayor en relación a las pretensiones que tenían, y deberán gastar lo mismo que globalmente se pensó para el debut del plan.

UN SOLO DÍA CALIENTE AL MES. En este orden de cosas, fuentes del supermercadismo confiaron a Letra P que no habrá, finalmente, otro hot sale en el mes de Julio. Cortaron así con la especulación de que habría dos días al mes en ofertas. Las grandes cadenas ya empezaron a medir el impacto del desborde de este miércoles. Hay algunas conclusiones primarias: por un lado, el hot sale volvió a ser muy fuerte en el interior de la provincia (Junín, Chivilcoy y Bahía Blanca); resultó aún débil en Capital Federal; y tuvo rendimiento dispar en el conurbano. Lo de La Plata fue calificado, directamente, como infernal. El Walmart debió abrir una hora y media antes para contener la demanda, y casi todos los comercios que ofrecieron la promo vendieron entre 10 y 20 veces más que en un miércoles cualquiera, siendo éste el día de la semana con menos ventas en la historia. Pero la mayor parte de los tickets no fueron muy superiores a $3000, lo que muestra que casi todos fueron a buscar el descuento de $1500 y no compraron excedente.

El resto fueron comentarios y análisis sobre un desborde que mostró dos cuestiones: la gente tiene poco dinero en el bolsillo y gasta todo ese día; además de que es sensible a la baja de los precios en un escenario de alta inflación. Hubo, además, dudas operativas. Por caso, hubo gente que llegó a las líneas de caja pasadas las 12 de la noche, y ya el descuento el día jueves no corría. Algo que nadie puede aún explicar.

Lo que tampoco se aclaró es cómo va a operar el tope de $1500 al descuento. Hasta ayer, no era por persona sino por plástico. Un comprador podía pagar con una tarjeta de crédito, otra de débito, y una extensión, y lograba un descuento de $1500 por cada uno de esos plásticos.

Desde ASU, su vocero, Juan Vasco Martínez, confirmó sí que en charla con el propio Curutchet, el presidente del Bapro aseguró que será la provincia la que controle que no haya remarcaciones en los precios los días de ofertas.

Fuente: Letra P

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