El jefe de Gabinete, Marcos Peña, dijo este viernes en en Pinamar que “el camino del descenso de la inflación está garantizado” a pesar de los índices del primer trimestre, que convirtieron en una quimera la pauta oficial del 17%fijada por el Gobierno en el Presupuesto de este año.
Después de visitar al intendente local, Martín Yezza, y visitar una cooperativa dedicada a la actividad pesquera, el funcionario, en un esfuerzo por revertir el clima de escepticismo generado por los guarismos difundidos esta semana por el INDEC, aventuró: “Vamos en buen camino para derrotar a la inflación”.
Peña fue más allá y se animó a contradecir los pronósticos de todos los consultores privados e, incluso, la evaluación del presidente del Banco Central, Federico Sturzenegger, quien, justamente por las malas noticias oficiales, decidió volver a subir las tasas de interés. “Estamos convencidos de que vamos a estar en torno a la meta que ha planteado” la autoridad monetaria.
“En una sociedad que viene de muchos años de inflación, hay que romper un montón de comportamientos inflacionarios”.
Como se informó el martes pasado, el Instituto Nacional de Estadística y Censos dio a conocer ese día el Índice de Precios al Consumidor (IPC) correspondiente a marzo, que arrojó una suba de 2,4% en relación al mes anterior. Elevado, el indicador estuvo impactado por prendas de vestir, colegios y tarifas. Pero el dato más llamativo es que, a pesar de los intentos oficiales por bajar la inflación, sigue aún muy elevada el alza de precios de la canasta básica. Lo que comúnmente se entiende como inflación núcleo, aquella que no está alcanzada por temas estacionales o subas de tarifas, fue del 1,8%. Si se observa el detalle por rubros, los principales incrementos se dieron en educación (5,6%), indumentaria (4,8%) y alimentos y bebidas (3%). Este último número grafica el problema mayor que afronta el Gobierno: con una economía aún recesiva, observa una disparada de los precios de productos indispensables.
En los primeros tres meses del año, los precios acumulan una suba del 6%.
Ese dato tuvo un efecto inmediato: activó la cláusula gatillo que incluyó la gobernadora bonaerense, María Eugenia Vidal, en la propuesta que les llevó a los docentes a la mesa paritaria, que no aceptada por los gremios: un aumento del 19% en tres cuotas y ajuste trimestral automático por inflación. Para que la propuesta no sufriera alteraciones, el aumento de los precios en el período enero-febrero-marzo debería haber sido del 4,5%, un 1,5% menor al que finalmente registró el INDEC.
No obstante eso, Peña les pidió este viernes a los sindicalistas de la educación que tengan la “grandeza y generosidad de pensar no sólo en los reclamos justos, que todos compartimos, sino entender el contexto dónde estamos y cómo hacer para ponernos a trabajar en una misma agenda”.
Fuente: Letra P