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Ex presidente de la UIA: “Ojo, que a la gente se le acaba la paciencia”

Dice que es un anarquista. Que detesta la política, un arte al que califica como malo. Y que esa posición lo lleva siempre a buscar los puntos oscuros en la gestión de los gobiernos. Asegura que fue un acérrimo opositor al kirchnerismo, pero que hay que dejar de hablar de la herencia y hacerse cargo de la gestión. Héctor Méndez, tres veces presidente de la Unión Industrial Argentina (UIA) y uno de los popes de las empresas plásticas, habla con Letra P luego de varios meses de guardarse el diagnóstico de un gobierno al que, admite, apoyó con fe en el cambio. “Las cosas no están tan sencillas como se dice. Está complicado, el tipo de cambio no nos favorece. Durante el gobierno anterior, en el peor momento de baja competitividad y con el tipo de cambio bajísimo, la industria estaba mucho mejor que hoy. Nunca llegamos en años anteriores a como estamos hoy”, dispara de entrada.

-¿A qué atribuye esta situación que describe?

-Hay costos internos elevadísimos. Todos saben que los números se escapan y el tipo de cambio está a la baja. Por supuesto que la baja en la actividad, en el consumo interno, afecta mucho. Y de exportar ni hablar. Mis pares me dicen que no tienen la posibilidad ni de cotizar. Respecto a México y Brasil, con la mano de obra, estamos 3, 2, 1 en costos.

-¿En qué medida la política actual es responsable de lo que pasa y cuánto hay de la tan mentada herencia?

-Cuando yo me presenté a presidente en la UIA, en tres mandatos distintos, la responsabilidad siempre era del presidente. Es parte del costo que uno tiene que asumir cuando quiere ser dirigente. Por supuesto que yo dije en el algún momento, refiriéndome al kirchnerismo, que estaban dejando bombas de tiempo por todos lados. Pero eso no le quita la responsabilidad al que va a conducir. El presidente de la Nación tiene que desactivar las bombas, nadie se puede sorprender de la herencia. ¿La herencia es mala? Macanudo, pero siempre existe lo que se llama asumir con beneficios de inventario. Si no lo puede manejar no tiene que asumir.

No quiero ser agorero, pero yo tenía demasiadas ilusiones en este gobierno porque la Argentina necesitaba un cambio que hasta ahora no se dio. Fuhrer es conductor en alemán. Si sos el conductor, tenés que conducir.

-¿Cuánto es responsabilidad del Presidente y cuánto de su gabinete?

-No, no, no, todo el Gabinete tiene responsabilidad. Incluso es responsabilidad de todos los que no estamos en el Gobierno.

-En una entrevista con Letra P, el textil Teddy Karagozian aseguró que el problema del Gobierno es que aún no define qué es. ¿Comparte?

-Pienso igual que Teddy. Es difícil saber qué son. Durante los gobiernos peronistas, todos, y yo fue crítico del kirchnerismo, se ha privilegiado la lealtad respecto a la idoneidad. Si eras leal, te quedabas. Hoy cambió ese paradigma. Hoy se ha reemplazado por una juventud con poco conocimiento del mercado. Ahora tampoco hay idoneidad, lo que es peor, hay idoneidad teórica. Falta práctica, tenés que tener expertisse.

No tengo problemas con los jóvenes. Al contrario, soy un gran defensor y promotor de la juventud, pero averigüen, pregunten. Estoy cansado del desconocimiento de la actividad por parte de mucha gente. Y encima muchos son soberbios, casi todos los que están en la función pública tienen esa actitud. A los empresarios ni siquiera los consultan. Llevarse todo puesto es un pecado de juventud. Y es una lástima que un gobierno que tenía tanto y tiene mucho para aprovechar no aproveche la capacidad de mucha gente. No para que le den un cargo, para que le pregunten. A veces se quejan de que los empresarios piden… y si, los empresarios piden porque ponen. Yo les diría “vení vos a poner la que puse yo, de mi bolsillo”. Por todas estas cosas yo me transformé en un negador de la política, porque la política es mala.

-Algunos empresarios más afines a Macri aseguran que, en realidad, sólo un año de gestión es bastante poco para hacer un juicio tan duro…

-El mandato son cuatro años, ¿no? Y un año es el 25%. Son números importantes. Yo he sido un crítico del gobierno anterior y no cambié eso, pero lo que digo es que tenés que aprovechar porque no tenés mucho tiempo: ojo, que a la gente se le acaba la paciencia.

-Se está hablando hoy del caso del acuerdo oscuro en torno a la deuda de Correo Argentino. ¿Cómo lo toma el empresariado?

-Esos hechos no me preocupan tanto. Yo quiero ver las cuestiones de fondo, las medidas que hay que tomar para que la Argentina vaya mejor. Un chorro más un chorro menos… este país de tanta riqueza, tanta generosidad, tuvo más chorros en los últimos 50 años… Los discursos de los políticos tampoco los creo, soy casi un anarquista en lo político. Por eso, los temas de corrupción tampoco me sorprenden. Ni me meto en el conventillo de la coima y la corrupción, pero sí les digo “muchachos, hagan las cosas que hay que hacer bien”.

-¿Lo molestó la crítica de Macri al sector privado diciendo que no acompaña el cambio?

-A (el ex primer ministro británico Winston) Churchill, que para mí fue el más grande estadista de los últimos cien años, le preguntaron qué era para él la empresa privada. Y dijo: “Muchos la ven como un tigre al que hay que matar, otros la ven como una vaca que hay que ordeñar, pero nadie la ve como lo que realmente es, un enorme percherón que tira a favor del Estado”. Y esto es así. Es fácil mirar de afuera y cuestionar, pero vení y poné tus glóbulos rojos. Vení y dale de comer a 500 tipos. Hay que predicar con el ejemplo. Hay que consultar a los que saben, tener expertisse.

-Una parte del Gabinete ya venía de la función pública en el ámbito porteño. Es difícil sostener que no hay en ninguna parte expertisse político…

-Algunos sí, pero otros no. Son todos de empresas privadas, que no es lo mismo. No es igual la política que una empresa privada.

-¿Usted ve mal que haya CEOS en el Gobierno?

-No, para nada. Lo malo es que nos tengan tan marginados a los empresarios, que no nos consulten. De La Cámpora yo me quejaba de muchas cosas, pero este gobierno es más de lo mismo. Otra vez sopa, como decía Mafalda.

-Le pongo otro caso. Un hombre de años en la UIA, Martín Echegoyen, es el segundo detrás de Cabrera en Industria. ¿Eso tampoco los acerca?

-Echegoyen era un empleado en la UIA y pasó de ser un empleado en la UIA a un empleado en el Gobierno, nada más. No es un empresario. A Cabrera lo conozco poco.

-Está a dos preguntas de decir que se llevaba mejor con el kirchnerismo…

-No me llevaba (risas), pero sí tenía otro diálogo. Conocía las reglas de juego mejor que ahora. Sabía lo que iban a hacer, estaban escritas las cagadas que iba a hacer (la ex ministra de Industria Débora) Giorgi. Ahora no sabes para dónde van a disparar, no sabés cuál es el programa. Hay una posición de desconcierto. Antes no me gustaba nada y tenía mucha esperanza de cambiar. Pero, como yo soy anárquico, me enfoco en todo lo malo que hacen los gobiernos.

ELECCIONES DE MEDIO TIEMPO Y CHANCES.

-En este contexto, ¿cómo cree que llega el Gobierno a las elecciones de medio término?

-Creo que llega bien y va a ganar, pero si no hace más cagadas. Yo tengo un amigo, ex ministro, hombre muy vinculado al neoliberalismo, y me decía que será muy difícil ganarle las elecciones a este gobierno.

-Hay una sensación de que Cambiemos es Macri y María Eugenia Vidal, una especie de únicos electores. ¿Encuentra diferencias entre ambos?

-Macri y Vidal son similares, pero tienen dos partidos muy difíciles de jugar. El peor es el de Macri. Y el Presidente arrastra, además, un problema en la relación con la industria que viene de la relación con su padre, que es muy complicada. Lo dispone a tener actitudes que no son las que deberían ser y eso también le juega en contra. Él ha sido crítico de su padre también, pero no ha sido crítico de su tío, que ha sido presidente de la UIA. Porque su padre ha tenido actitudes más audaces en el manejo.

-Solía hablar seguido con Macri. ¿Cuándo fue la última vez?

-La última vez que lo vi fue en el hotel Alvear y le dije que queremos subir el tipo de cambio. Estoy contento con muchas cosas que han cambiado en el país y creo que lo malo lo pueden revertir si se ponen las pilas, si no le siguen errando al vizcachazo por falta de expertisse. Les falta mucha muñeca política. Hay algunos que tienen manejo político inteligente, pero no alcanza si no tenés una estructura lineal y decís que lo que importa es el equipo.

-Está en contra del gabinete horizontal…

-No se puede, te juega en contra. Los buenos son los buenos y los malos son los malos. Hay tipos que están para jugar en Primera A y otros para la B. Que se reconozca la calidad de los dirigentes. En la política tenés que tener políticos. Macri no tiene tanta muñeca política, pero tiene gente que sí la tiene.

CAMPO, INDUSTRIA Y RECESIÓN

-Muchos consultores hablan de que en 2017 el país podrá crecer de un 3% en adelante. ¿Coincide?

-No lo creo, pero lo espero. Creo que no están dadas las condiciones para eso. El mercado internacional está muy complicado.

-Desde la UIA se ha combatido la dicotomía campo-industria…

-Hoy al campo le están dando mucho más apoyo, pero el campo también les está dando más a ellos. Es un ida y vuelta, quizás está bien.

-Por último, ¿quién cree que será el próximo presidente de la UIA?

-Creo que puede ser (el abogado de la cámara alimenticia Copal Daniel) Funes de Rioja.

-Hay otros nombres que suenan, como Miguel Acevedo (AGD) y José Urtubey…

-Miguel no quiere. Le confirmo que no quiere porque él me lo confirma a mí. Sáquelo de la lista. Y José no puede, de ninguna manera. No tiene aún la característica ni las condiciones para ser presidente de la UIA. Es un hombre que va a tener futuro. Le falta manejo, mucho, y se lo digo en la cara a José. Lo quiero como un hermano, lo quiero mucho y lo respeto mucho, pero todavía está verde.

Fuente: Letra P

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