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Mega razzia y procesamientos en el banco fantasma que financió la fundación de Michetti

Una parte de la estrategia judicial de la vicepresidenta de la Nación, Gabriela Michetti, en el marco de la causa que investiga el robo de dinero en su departamento, podría terminar jugándole en contra. La semana pasada, el diario La Nación informó que la funcionaria entregó ante el Juzgado de Ariel Lijo una serie de documentos que incluían memorias de la Fundación Suma y detalles de los aportantes de la misma, sobre todo aquéllos que compraron mesa en la última cena recaudatoria de fondos, que se realizó el 1 diciembre de 2015.

En los tribunales federales de Comodoro Py entienden que la intención de semejante movida de datos fue mostrar que la fundación tenía aportes en dinero bastante más importantes que la cantidad sustraída de su departamento en la noche misma del ballotage presidencial. En síntesis, revelar movimientos masivos de fondos que justificaran que lo robado procedía de aportes a Suma. Lo cierto es que, en ese frondoso listado de contribuyentes, hay una casa de cambio, financiera y banco fantasma reconocida por maniobras irregulares con divisas que la semana pasada fue allanada por la Justicia en el marco de una mega causa de violaciones a la Ley Penal Cambiaria en Mar del Plata. Se trata de Transacciones Crediticias S.A., una sociedad de la firma Transcambio, que pagó $80.000 por el cubierto en aquella velada. Integró la mesa “Pasión”, que compartió con el Banco MacroFarmacity y otras firmas, entre ellas, una muy presente en los medios en el último tiempo: la constructora Farallón, presidida por Eduardo “el Negro” Gutiérrez, que, además de los vínculos con SUMA, saltó a la fama por estar vinculado a la vivienda que el ex secretario de Obras Públicas José López utilizó en el Delta. De los cuatro millones de pesos que recibió SUMA en 2015, casi tres millones se recolectaron en esa cena. De allí la relevancia de los datos de los aportantes que pesquisan en la justicia federal.

En el entorno de Lijo, que este jueves ordenó levantar el secreto bancario de la fundación, el dato de la subsidiaria de Transcambio es mirado de otra manera, dado que no es el aporte de una empresa común, sino de una firma con escándalos de magnitudes en maniobras con dinero negro. El caso más claro es el del “banco fantasma” que operaba en un piso secreto en la casa central de la Ciudad de Buenos Aires de Transcambio, en plena city porteña. Por ese banco, que no estaba registrado ante el Banco Central, hay una causa que indaga en los manejos irregulares, cambio de cheques y mesa de dinero, en la que operaban grandes firmas, como la supermercadista francesa Carrefour.

En diálogo con fuentes judiciales de Mar del Plata, Letra P pudo saber que, en la razzia a cuevas, financieras y bancos que ordenó el juez federal Santiago Inchausti -el mismo magistrado que se ocupó del caso de la supuesta agresión al presidente Mauricio Macri en Belisario Roldán-, se intervinieron teléfonos, se trabajó en los movimientos internos de las empresas y recién entonces se desembarcó con las fuerzas de seguridad, en un hecho de relevancia no sólo por el aporte de Transcambio a la fundación de Michetti, sino, también, por la utilidad de la información que se encontró. Por caso, operaban allí la cooperativa agropecuaria Coninagro y personajes y empresas vinculadas a la mega causa de narcotráfico y lavado de activos Carbón Blanco, que empezó en Chaco pero cuyos montos de inversión se depositaron en Mar del Plata.

De todas estas cuestiones y detalles que se contarán a continuación se tomó Inchausti para dictar los procesamientos sin prisión preventiva de Sergio FaresGerardo Alfredo Irigoin, dos cabezas de la firma que están investigados por asociación ilícita. Todos ellos, por consejo de sus abogados, se negaron a declarar ante el magistrado. La decisión de procesarlos incluye la acusación de haber sido ellos los organizadores de asociación ilícita, venta y compra de divisas extranjeras fuera del marco legal en concurso real con el delito de intermediación financiera, “parte de lo cual era colocado en cuentas clandestinas o enviado al exterior o utilizado para efectuar descuentos de cheques (…) concordando las operaciones direccionadas a tal efecto por lo menos desde ‘Transcambio S.A.’ y ‘Transacciones Crediticias S.A.’ ambas de este medio y pertenecientes al Grupo Transcambio”. La Justicia también trabó embargos a los directores, todos de $10 millones.

Otros materiales importantes que se llevaron en el allanamiento son las fojas con la inscripción de Transacciones Crediticias, llaves con la inscripción Tesoro Móvil P. Baja, un pen drive con la inscripción “Transacciones Crediticias”, una serie de correos electrónicos y dinero en efectivo: $26.400 y U$S1300.

UN APORTANTE  “DIFERENTE”. En el marco de la razzia a cuevas y financieras, los elementos que la Justicia recabó en Transacciones Crediticias S.A., la aportante de Suma, son de relevancia. Una conversación telefónica entre Irigoin, uno de los procesados, refleja el tipo de negocio. El hombre le solicita a una de sus empleadas dentro del local que ubique sus teléfonos y que desactive todos los sistemas, justo en la previa del allanamiento. “Hola negra (…) ahí eh tienen que estar arriba mis dos teléfonos… el blanco y el otro…/ en dónde?…/ eh en mi escritorio…/ bueno…/ porque yo no los tengo encima… buscalos y háganlos desaparecer… el negro y el blanco../ bueno… bueno… buenoooo/ los dos háganlos desaparecer… alguna novedad?/ eh no… estamos acá en silencio… sin movernos… estamos rompiendo todo…/ bueno… pero si busquenme eh los dos teléfonos míos por favor y háganlos desaparecer…”, se escucha en la charla. A continuación, Irigoin le pregunta a su empleada si ya había encontrado los teléfonos. A lo que le contesta que no y él retoma la cuestión, indagando para saber si “había roto” el sistema de computación. La mujer le contesta que habían “anulado todo desde Buenos Aires”.

En otra escucha, hablan un ejecutivo del banco y un cliente. “Mirá, mi nombre es Jorge, te llamo de Transcambio de parte de Juan Pablo…/ ah cómo andas Jorge? /Escuchame, vos precisabas hacer una operación mañana, verdad?/ Sí, mañana a las doce…/ bueno, yo tengo que llevar ehh… ciento veinte mil dólares verdad?/… sí, ehhh qué precio tenés…/ trece veinte…/ vos ya lo congelás ahora…/ si vos querés me autorizaron a que te lo congele ahora, si sube ganas y si baja perdés, si?”.

Fuente: Letra P

 

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