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El vicegobernador electo, Salvador, ya controla la UCR bonaerense

La convocatoria a los 42 intendentes de la UCR más los diputados y senadores electos y con mandatos hasta el 2017 -unos 4 senadores y 9 diputados-, en el territorio bonaerenses constituye la reunión provincial de la UCR en la previa de la congregación nacionales que el viernes se hará en Santa Fe con los tres gobernadores y los 446 intendentes de todo el país que cuenta como propios el partido centenario.

En la UCR de la provincia de Buenos Aires; sin prisa pero sin pausas, tras las elecciones y el triunfo en el principal distrito del país de la fórmula de Cambiemos que integraba Daniel Salvador; cambió en la práctica la conducción del estratégico Comité central partidario en el territorio bonaerense.

El comité radical de la provincia de Buenos Aires está conducido por el diputado nacional Ricardo Alfonsín, que logró hacerse de ese sillón luego de derrotar en elecciones interna a Daniel Salvador bajo la consigna de ponerle un “freno a Macri”.

Salvador perdió la interna y reconoció la derrota, pero el objetivo de esa interna para Salvador no era solamente el sillón de Paseo Colón y Chile, sino lograr convencionales nacionales y provinciales propios con el claro objetivo de que las políticas de alianza las definieran “las convenciones”, en el marco de un debate partidario a fondo, tal como resultó tanto en el orden nacional y provincial del partido.

Los aliados de Salvador en el orden nacional lograron imponerse a la posición del ricardismo en Gualeguaychú; y el propio Salvador controló y alcanzó a formar mayoría en la convención provincial para refrendar el acuerdo nacional, pese a la resistencia del ricardismo.

Los dos “empoderados” del radicalismo luego de contar los votos en las generales, Ernesto Sanz y Daniel Salvador, tras las últimas reuniones con los máximos representantes de sus aliados del PRO, el propio Mauricio Macri y María Eugenia Vidal, definieron dos cuestiones importantes, mientras esperan el balotaje.

Por un lado, mirando con atención lo alcanzado en la provincia pero sin descuidar lo que suceda en el orden nacional, acordaron que no habrá reparto de ministerios como “caja cerrada” por organización política, sino que los gestores de esos espacios públicos se “entrecruzarán”; es decir, el ministro puede ser PRO pero el jefe de gabinete de ese ministerio podría provenir de la UCR o la CC, no habrá un ministerio para el PRO y otro para la UCR. Y se “evaluará la gestión”, independientemente de color político del máximo responsable.

Por el otro lado, establecieron la “cadena de mando”, lo nacional lo define Macri y lo provincial Vidal por el PRO; por el lado de la UCR vale lo que Sanz y Salvador lleven a la mesa de negociación con sus aliados. Ninguna negociación pasará por fuera de ese circuito.

Así, el presidente del Comité provincial, Ricardo Alfonsín, no será escuchado por los macristas a la hora de los nombres y las políticas, tendrá primero que pasar por la calle Alsina donde Salvado está instalado, por hora en la Capital Federal, para “cuestiones provinciales”.

La máxima autoridad partidaria bonaerense de la UCR, por “cuestiones nacionales” tendrá que remitirse al senador nacional Ernesto Sanz, que en su caso reúne ambos requisitos, el poder formal y el real, el mendocino es el presidente del Comité de la UCR nacional. Sanz relativizará los planteos que realicen cualquier otro dirigente de la provincia de Buenos Aires que no sea Salvador, incluso de quien hoy ocupa el poder formal en la UCR provincial.

En el ahora poderoso entorno de Daniel Salvador minimizan la cuestión, “Ricardito será escuchado y será hombre de consulta como presidente del partido, Daniel es un dirigente muy orgánico”, pero la taba no cayó bien para el hijo del último líder indiscutido del centenario partido.

No obstante, mientras el diputado nacional Ricardo Alfonsín retrocede casilleros, el dirigente de San Fernando de dilatada trayectoria en la UCR y reconocido como el “recuperador” del partido post 2001, cuando alcanzó el Acuerdo Cívico y Social en 2009, Daniel Salvador, empieza a ser el conductor real de la organización bonaerense concebida como fundamental, a principio del siglo XX, para la llegada del primer presidente radical de la República Argentina, Hipólito Yrigoyen.

Fuente. Infocielo

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