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El ex presidente Cardoso le dio su apoyo a Dilma

El ex presidente brasileño Fernando Henrique Cardoso salió ayer a dar apoyo a la actual mandataria Dilma Rousseff, a quien consideró «una persona honrada» que, según su visión, no está involucrada en el escándalo de corrupción en Petrobras. Cardoso, por el contrario, opinó que Luiz Inácio Lula da Silva, su sucesor en el cargo en 2003 y líder del Partido de los Trabajadores (PT), tiene mayores responsabilidades que su sucesora, aunque aseguró que sería «malo para el país» que el ex presidente terminara preso.

«Considero a Rousseff una persona honrada y no tengo ninguna consideración por odio en la política. Tampoco por el odio dentro de mi partido, odio que ahora se vuelca contra el PT», afirmó Cardoso, perteneciente al opositor Partido Social Demócrata Brasileño (PSDB), en diálogo con la revista económica alemana Capital. De ese modo, se refirió al escándalo que desató la investigación de la «Operación Lava Jato», como se conoce en Brasil a la pesquisa por el pago de sobornos dentro de la petrolera estatal, que involucra a empresarios y más de 50 dirigentes políticos de distintos partidos.

Cardoso señaló a Lula, su sucesor en la presidencia, como iniciador del caso que se investiga por esos días. «Los escándalos comenzaron en su gobierno», dijo el ex mandatario, omitiendo que, en realidad, las denuncias por corrupción dentro de la petrolera brasileña existen desde 1989. «Todo comenzó en 2005, con Lula y el escándalo del mensalão», agregó, en referencia a la investigación por compra de votos de legisladores que llevó a varios ex miembros del gobierno del PT a la cárcel.

A pesar de las críticas, Cardoso consideró que sería muy riesgoso que el ex presidente fuese preso. «Eso dividiría al país. Lula es un líder popular. No se debe quebrar ese símbolo, incluso si eso fuera ventajoso para mi propio partido. Es necesario tener siempre en mente el futuro del país», subrayó y hasta se permitió algunos elogios para el líder del PT. «Ciertamente tiene muchos méritos y una historia personal emocionante. Es un trabajador humilde que consiguió ser presidente de la séptima mayor economía del mundo», concluyó.

Las medidas palabras de Cardoso aparecieron en un contexto delicado, con fuertes embestidas de la oposición y los medios de comunicación para forzar la destitución de Rousseff. A eso se sumó un ataque contra el Instituto Lula -localizado en el barrio Ipiranga, al sur de San Pablo-, al que un grupo de encapuchados lanzó una bomba de fabricación casera en la noche del viernes.

Ayer, Rousseff condenó el atentado y criticó la «intolerancia» de algunos grupos de la oposición. «Ese es el camino más corto para destruir la democracia», analizó. La presidenta también sostuvo que «tirar una bomba casera en la sede del Instituto Lula es una actitud que no condice con la cultura de tolerancia y de respeto a la diversidad del pueblo brasileño.»

Autoridades del organismo aseguraron que se trató de un «ataque político». El presidente del PT, Rui Falcao, también repudió el hecho y dijo que es una consecuencia de la «criminalización hecha por algunos sectores de la sociedad».

Camargo Correa reconoce cartelización

La constructora brasileña Camargo Correa, una de las empresas investigadas en la causa Petrobras, admitió haber participado de un sistema de cartelización en la licitación de la central nuclear Angra 3, al firmar un acuerdo con un organismo antimonopólico oficial para reducir eventuales sanciones penales. De ese modo, la compañía busca acceder a una reducción de las eventuales sanciones que puede aplicarle el Consejo de Administración de Defensa Económica (CADE), que tiene facultades para imponer multas que van del 0,1 al 20 por ciento de la facturación anual e incluso ordenar la inhibición para celebrar contratos con el sector público.

La empresa habría admitido que, entre 2011 y 2013, realizó acuerdos con otras seis compañías para cartelizar los precios de sus servicios.

Fuente: Infonews

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