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El Gobierno aseguró que continúa la desaceleración de precios

–¿Cómo viene el nivel de precios de febrero? ¿Se va a cumplir la pauta de inflación anual del Presupuesto, del 15,6 por ciento?

–En enero continuó la tendencia de desaceleración en la suba de los precios, manifestada desde abril del año pasado. Los precios suben pero a una tasa cada vez menor. Eso tiene que ver con la convergencia de los precios y con condiciones objetivas de la economía. Es decir, dejamos de lado el contexto especulativo del último trimestre de 2013 y el primero de 2014, en los que la variación del tipo de cambio generó mucha especulación respecto a los precios. Eso se vio en los resultados de los primeros tres meses del nuevo IPCnu, que dieron realmente altos. Pero a partir de la política macroeconómica y la política especifica, los precios se fueron desacelerando y llegamos a fin de año con tasas de suba de precios convergentes hacia niveles mucho más razonables en función de lo que es la estructura de la economía y que a nosotros nos dan la perspectiva de que estamos tendiendo a cumplir con el Presupuesto 2015. Obviamente, eso depende también de cómo se resuelvan algunas situaciones en los meses que vienen, pero desde el punto de vista de las variables objetivas hay tranquilidad, como es el caso del tipo de cambio y del precio del petróleo y de otros commodities.

–¿Qué conclusiones arroja la puesta en marcha del Observatorio de Precios?

–Vengo de la segunda reunión del Observatorio en la que se presentó un informe preliminar de las tres cadenas en las que ya se está aplicando. La primera conclusión es que la información para poder hacer un análisis riguroso sobre la distribución de la renta a lo largo de las cadenas es abolutamente deficiente. El Observatorio va a tener que constituirse en un órgano que logre contar con una base de datos consistente con respecto a precios y abastecimiento de insumos y bienes en los mercados porque hoy esa información está fragmentada, no existe o es engañosa. Muchas veces la información que ofrecen las empresas o los diferentes actores de la cadena de valor es contradictoria. El rol del Observatorio es poder contar con información rigurosa para poder tomar las decisiones más eficaces y cumplir con los objetivos de la política económica y los vinculados al desarrollo de cada sector. Este problema de la deficiencia en la información lo hemos observado en los tres sectores analizados por el Observatorio: olivícola, peras y manzanas y vitivinícola. El Observatorio es una herramienta en sus primeros estadios de desarrollo, pero creemos que, en la medida que avancemos, se volverá muy importante.

–¿Sobre qué otros sectores se va a trabajar?

–De la reunión del Observatorio de hoy (por el viernes pasado), surgió que para el próximo encuentro habrá un primer diagnostico de la cadena del cuero, curtiembres, marroquinería y calzado. Queremos analizar cómo se constituyen las reglas de ese sector porque hemos detectado que en los últimos meses el precio del cuero crudo ha caído un 30% o más pero no se ha trasladado a los fabricantes de calzado y marroquinería. Es decir, hay una apropiación de renta que vamos a analizar.

–¿Tienen en claro cómo incidió Precios Cuidados en el consumo en 2014?

–Tenemos números que nos pasan las empresas de cómo varió la demanda de los0 productos de Precios Cuidados durante el año y también tenemos los números de cómo varió la participación de los productos de Precios Cuidados en la facturación de los supermercados. Los supermercados regionales nos dicen que la participación de Precios Cuidados les permitió compensar caídas de ventas en los otros rubros. Las grandes cadenas de comercialización nos dicen que la facturación de productos de Precios Cuidados pasó del 5% al 20%, y las grandes empresas nos dicen que las ventas de los productos que están dentro del acuerdo subieron un 50%, 80% y hasta 1000%, cuando en otros rubros tienen caídas. Entonces, en términos de consumo, hubo un desplazamiento hacia productos de Precios Cuidados y después un incremento absoluto en el consumo por la propia política económica. Sirvió para garantizar que el ingreso de los consumidores se exprese en mayor volumen de bienes y servicios y no en mayor apropiación por parte de las empresas o las cadenas de supermercados.

–Desde el año pasado, el gobierno mantiene un fuerte debate con la industria automotriz por los precios de los autos nuevos. ¿Qué evaluación hacen de la suba de precios de hasta el 50% a lo largo del año pasado y el 17% este año?

– En volumen de mercado y ventas, 2014 fue uno de los mejores años de la historia pero hay que recordar que 2013 fue récord en términos de producción y venta. Hay que contextualizar esa caída. Pero si analizamos las causas de la caída de 2014, vemos que lo que pasó fue que en términos de precios hubo una sobrereacción por parte de las automotrices respecto a la evolución de los costos, algo que es reconocido por las propias automotrices. Es decir, ninguna automotriz salvo Fiat –que planteó explícitamente que tuvo un aumento de costos del 60%, cosa que es imposible porque no hubo aumentos de costos de ese nivel– reconoció que por la dinámica del mercado pudieron trasladar a precio los aumentos de costos en mayor proporción, es decir, se divorció en los hechos el precio del costo. Y eso también explica por qué cae la demanda en mayor proporción. Cuando sube el precio se genera un incentivo a la caída de la demanda, y eso fue lo que ocurrió. Según nuestro análisis a partir de una estructura de costos típicos de una automotriz, los precios subieron mucho más.

–Las empresas argumentan que los aumentos tienen que ver con la suba de costos.

–Que haya algún costo que pueda haber aumentado en mayor proporción no quiere decir que eso después justifique un aumento de precios en igual magnitud. Supongamos que todo el auto fuese importado. Si lo único que hace una automotriz es traer el auto y trasladar la variación del tipo de cambio y el precio internacional al precio interno, el año pasado el tipo de cambio subió un 31% con lo cual –aún sumándole uno o dos puntos más por el motivo que sea– desde ningún punto de vista se justifica que un auto importado haya subido lo que subió en función del normal traslado de la variación del tipo de cambio al precio en pesos. Y eso lo vemos en muchos modelos importados. Pero en los modelos nacionales pasa lo mismo. O sea, no hay un movimiento de costos que se corresponda con el movimiento de precios. Y repito, esto fue reconocido por las propias automotrices. Entonces, hay un mercado donde la competencia no funciona como dicen los manuales de economía, los diferentes actores compiten poco porque está bastante distribuido en segmentos el mercado. También hemos identificado maniobras que anunciamos como una presunta cartelización en Tierra del Fuego donde Defensa de la Competencia estableció multas para el sector por 1000 millones de dólares por conductas anticompetitivas. Lo que pasó allí también lo estamos viendo a nivel mercado porque es la única forma bajo la cual uno puede entender que haya ese movimiento de precios.

–¿Evalúan aplicar más sanciones?

–Siempre estamos analizando si hay algún tipo de conducta sancionable por parte de alguna empresa. En la medida que tenemos un paquete de leyes de la cuales somos autoridad de aplicación –Defensa del Consumidor, Lealtad Comercial, Ley de Regulación de la Producción y el Consumo y Defensa de la Competencia– permanentemente estamos viendo a partir de denuncias y actuaciones de oficio si se está incumpliendo con alguna legislación.

–¿Con qué criterios se va a realizar la asignación de divisas a las automotrices para importar?

–Trabajamos sobre cuáles son las necesidades de divisas para el sector en función de las expectativas y los objetivos de producción que se pautaron. El criterio es permitir que todo lo que tenga que ver con insumos y autopartes esté garantizado para que no haya ningún problema en materia de actividad productiva por faltante de insumos o piezas. También tiene que ver con expectativas de ventas en el mercado para que se puedan importar los autos de acuerdo al stock que necesitan las concesionarias. Y ahora también evaluamos, en función del comportamiento de las empresas referido al tema precios, si las políticas que supuestamente se consensuaron en materia de utilización de divisas para el sector están siendo cumplidas o si, como decía, la propia política empresaria está atentando contra eso. Son muchos factores que se ponen en el marco de la discusión y debate con las automotrices.

–Otro sector con el que hubo cruces por los precios es el de los laboratorios. ¿Qué se negocia con ellos en la materia?

–Tenemos un sistema de seguimiento de precios permanente y trabajamos con los laboratorios en una pauta que relaciona la evolución de los precios con factores objetivos desde el punto de vista económico, como movimientos de costos. Trabajamos en una fórmula que nos permita actualizar los precios de forma trimestral, que sea razonable en términos de costos y que permitan una rentabilidad razonable.

–En ese plan, ¿cuándo será la próxima suba en el precio de los medicamentos?

–Hubo un aumento en febrero y seguro que hasta el mes de abril no va a haber ningún tipo de suba porque estamos trabajando en la actualización.

–Un sector que aparece ahora conflictivo es el lácteo, con enfretamientos entre usinas lácteas y tamberos. ¿Cuál es la salida?

–Las pocas empresas que decidieron bajar los precios de compra son las que tienen problemas con la exportación por la caída del precio internacional y le trasladaron al tambero la caída de sus ingresos. Nuestra primera reacción fue sentarnos con las empresas y tratar de evitar que haya una reducción efectiva de los pagos a los tamnberos. Nuestra perspectiva es que se va a poder lograr que no haya ningún tipo de reducción. De hecho, ya hay compromisos de las empresas de no generar reducciones de precios pagados al tambero en los próximos meses.

Fuente: Infonews

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