Según trascendidos confiables, el aumento fue acordado con el ministro Axel Kicillof, y estaba pautado en el acuerdo que se logró a fines de diciembre para rebajar un 5% los precios de los combustibles. En ese momento, el valor interno del barril de petróleo se redujo 7 dólares, lo que significó en el caso del petróleo más liviano y de mayor calidad -el llamado Medanito- una merma desde 84 a 77 dólares. Esto fue lo que permitió la disminución en los valores del surtidor.
Pero como las refinadoras compran el petróleo en dólares al tipo de cambio oficial, las compañías acordaron también con Economía el traslado de la devaluación que se fuera produciendo. Entre el 2 de enero, día en que entraron en vigencia los nuevos valores del petróleo y los combustibles, hasta el último día de ese mes, la devaluación en el tipo de cambio oficial fue del 1,1%. Por eso ayer en algunas empresas se insistió en que el traslado a precios fue menor que lo que podía haber sido.
El precio de los combustibles está calculado a un valor del petróleo que oscila entre 68 y 77 dólares, aunque la cotización internacional se ubica entre 45 y 55 dólares. Además de procurar nuevas inversiones, el sostenimiento del precio apunta a mantener la actividad en las provincias productoras, a que los ingresos por regalías no se perjudiquen e incluso a que no se reduzca la recaudación del fisco nacional por los impuestos a los combustibles que representan alrededor del 45% del valor al público.
Por la preocupación en sostener la actividad y la rentabilidad de YPF, el Gobierno otorgó además a las petroleras que extraen crudo un subsidio de 3 dólares por barril en el caso de que la producción sea igual o mayor a la del cuarto trimestre de 2014, con lo que de hecho el precio interno del petróleo no bajó 7 dólares, sino 4.
Desde ayer, los precios de YPF en Capital Federal son $ 11,39 para nafta súper, $ 12,84 para la premium, $ 10,36 para el diésel 500 y $ 11,87 para el gasoil de más calidad. En general, las empresas trasladan exactamente el aumento pactado en las estaciones de Capital, mientras se reservan las subas por encima o debajo del promedio para las localidades del resto del país y en función de la competencia que tengan.
Fuente: Ambito Financiero