Pese a que la mayoría de las encuestas lo siguen dando arriba, lo cierto es que a esta altura son pocos los que quieren al ex yerno de Hugo Toledo en sus filas. Gran parte del Frente para la Victoria y gran parte del FR nada quiere saber con Insaurralde.
Su esposa, Jésica Cirio, quizá porque sabe o quizá porque se imagina cómo son las cosas, es una de las tantas personas que le dice a MI que lo mejor es ir nuevamente por la intendencia. Al principio lo hacía para adentro. Ahora lo hace público.
En una entrevista concedida al programa Secretos verdaderos, conducido por el periodista Luis Ventura, la blonda modelo dijo que prefiere que su marido no vaya en 2015 por el lugar que actualmente ocupa Daniel Scioli y que se tire otra vez por la jefatura comunal lomense.
«Tengo miedo», dijo Cirio, y consultada si ese miedo era al mundo político, respondió que temía «por lo que pase con nosotros». «Quiero que Martín siga en la intendencia», completó la mujer de Insaurralde.
Además, durante la entrevista, contó por primera vez intimidades de su infancia y su difícil relación con sus padres.
«A los cuatro años me llevaban a estudiar baile, mi mamá me paseaba por todos lados para que yo decidiera que era lo que más me gustaba y todos le decían ‘tu hija va a ser artista’ y era muy consentida, berrinche que hacía, tenía al instante lo que quería y era mucha diferencia con mis hermanos, las quejas de ellos eran ‘¿por qué todo para ella?'», recordó Jesica, según publicó Rating Cero.
En este marco, puntualizó sobre su relación con su madre: «Ella tenía algo particular conmigo, me hizo muy solitaria de chica, no quería que tuviera amigas, no me dejaba ir a jugar a la casa de mis amigas, tenía amigas del colegio y si me invitaban a jugar, me decía ‘¿para qué vas a ir?’ y me mandaba a dibujo».
«En la primaria no estaba en el grupo de las más lindas, no tenía un grupo formado, porque mi mamá no me dejaba relacionarme mucho con mis compañeras de colegio», relató la modelo.
Agregó: «Mi mamá tuvo un hijo y una hija (la mamá de Priscila) y enviudo, se casó con mi papá y me tuvieron a mí y a mis dos hermanos. Soy la más chica por lejos, porque mi hermano el que me sigue, tiene 40 y yo 29. Mi mamá me tuvo a los 40 y la encontré en su vida en un momento de mucha estabilidad».
Luego enfatizó en que su madre siempre trabajó para darle lo mejor: «Me quería dar todo, yo me daba cuenta que el papá de Priscila mi sobrina ganaba bien y ella tenía cosas y mi mama trabajaba mucho para dármelo también».
«A los 15 llegue a mi casa, mi mama me regaló un piano enorme y yo venía de la escuela de danzas, dije ‘no estudio más’… la pelea que hubo, ‘antes del piano quería que me regales las lolas, lo voy a vender y me las voy a hacer’, le dije».
Fuente: La Tecla