El cepo hard surtió efecto en su primer mes

Las consultoras coinciden en que, tras el amague de fuerte aceleración sobre el cierre de mayo y principios de junio, la dinámica se calmó hacia mediados del mes pasado. Ecolatina observó un IPC de 1,7% en junio. Con una suba de apenas 0,9% en Alimentos y bebidas. Por su parte, Cerx cerró su medición del mes pasado con una inflación idéntica de 1,7%. La consultora, tras una primera semana de junio con aceleración a 1,2%, registró tres consecutivas de variaciones por debajo de 0,3%.

Su directora, Victoria Giarrizo, destacó: «Por cómo vienen los precios y la economía, este año la inflación difícilmente supere el 40%«. De corroborarse, se trataría de la inflación más baja desde 2017. También en 2017 fue la última vez en que se hilaron tres meses consecutivos de subas por debajo del 2%. La consultora Econviews, por su parte, la observó entre 1,8% y 2%.

El relevamiento de Seido también vio en una variación de 1,9%, explicado por el fuerte arrastre estadístico que dejó la aceleración inflacionaria a fines de mayo. Para la consultora, las restricciones del BCRA que endurecieron el cepo (la prohibición de acceder directamente al MULC a las empresas con dólares fugados y a las que habían reducido sus deudas por importaciones y la extensión a 90 días de la inhibición a las que habían comprado en el CCL/MEP) surtieron efecto en su intención de contener la demanda de dólares para importación.

En la previa, cierta hipótesis generalizada consideró que el paquete de medidas del Central podía tener efecto inflacionario, porque iba a provocar que muchos precios se guiaran por los dólares paralelos. Lo que terminó sucediendo, según la consultora, fue que las medidas sólo le quitaron presión al dólar oficial, aunque con un impacto en términos de actividad. Para julio, Seido espera que la inflación continúe por debajo del 2%.

Para el corto plazo, la clave serán las regulaciones sobre distintos precios. El cepo al dólar, con un lento deslizamiento cambiario, el congelamiento de las tarifas y los Precios Máximos, que continuarán rigiendo por 60 días más. A eso se le suman los efectos de la cuarentena y sus restricciones sobre el consumo, junto con las paritarias en suspenso, con recortes salariales nominales incluidos.

En el mediano, el rebote de la actividad, las presiones que las medidas fiscales y su correlato de emisión monetaria pueden ejercer sobre los dólares paralelos y cierto atraso que viene registrando la inflación respecto a la devaluación, deberían generar nuevas aceleraciones.

El analista Hernán Herrera dijo: «Si la economía rebota, y sin divisas financieras, el dólar va a tener presiones. Además, el crecimiento va a ser con inflación porque permite a las empresas remarcar. Hoy los precios están pisados. Falta inflación, si se la compara con el dólar. La recesión quitó posibilidad de remarcar. Lo que queda esperar es que sea por debajo de 28%, ahí sigue siendo manejable y permite crecer». En ese sentido, entre el 1 de agosto del 2019 y el 1 de julio del 2020 la suba del dólar superó el 60% y la inflación «apenas» el 38%.

Fuente. BAENegocios

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