«Pueden comprar dólares, pero no especular», el contraataque del Banco Central a los importadores

a batería de restricciones que lanzó el Banco Central el jueves pasado entorpeciendo la compra de dólares en el mercado oficial para importadores y empresas produjo un verdadero vendaval. Mientras que la cámara que agrupa a los importadores acusó al Central de aplicar medidas que rozan con la ilegalidad, desde la autoridad monetaria afirman que estos jugadores estaban realizando operaciones especulativas apostando a una devaluación.

Así las cosas, en las últimas horas se desató un enfrentamiento inocultable que promete tener más capítulos. Después de todo, es una guerra por un bien escaso en la Argentina como son los dólares. Las arcas del BCRA están bajando en lo que va del año y hasta el jueves pasado, la mesa de dinero de Miguel Ángel Pesce tenía que vender billetes verdes -tan sólo en mayo soltó 1.000 millones de dólares-.

A partir del viernes pasado, el Central volvió a sentarse en la ventanilla compradora en el mercado cambiario. Sumando las adquisiciones realizadas desde el día siguiente a las medidas y hasta el miércoles inclusive, la entidad compró 460 millones de dólares. Incluso este miércoles, y a pesar de que en el mercado se dijo que el Central había tenido una posición vendedora, fuentes oficiales remarcaron que tuvieron un saldo positivo de 20 millones.

La entidad afirma que los importadores están accediendo al mercado sin problemas.

Críticas y desmentidas

La dinámica cambió completamente para el Central a partir de endurecer aún más el cepo. Sin embargo, fuentes allegadas a Pesce desmienten que haya trabas para los importadores. «El que quiere acceder para importar puede. No es cierto que está cerrado», dicen en el BCRA.

«Lo que pasaba antes era que habían montado una operatoria que anticipaban importaciones y pagos al exterior apostando a una devaluación. Como ahora se van desactivando expectativas de devaluación, quedan perdiendo frente a la tasa», afirman fuentes oficiales.

Y comentaron que en el bimestre abril mayo se pagaron importaciones por 30% más del volumen importado. Aproximadamente se importó por 5.800 millones de dólares y los importadores accedieron a divisas por 7.500 millones de dólares.

«Ese comportamiento fue disruptivo respecto del historial de acceso al mercado de cambios. Históricamente, hay una correlación entre el volumen de importaciones y el acceso al mercado. Incluso, por las prácticas comerciales habituales, hay menores pagos que volumen de importación, constituyendo la diferencia las obligaciones comerciales normales», indicó el BCRA.

Agregaron que en este bimestre hubo cancelación de obligaciones y anticipo de pagos de importaciones que no hacen a las prácticas comerciales habituales. Según el Central, la circular A7030 establece las condiciones de acceso al mercado para normalizar esa situación disruptiva.

«No hay impedimento para importar ni alteración en el régimen de importaciones del país. Están las divisas disponibles para el normal funcionamiento de la actividad productiva. No está en el espíritu de la norma alterar el volumen de importaciones sino establecer un sendero de pagos acorde con las buenas prácticas comerciales. El Banco Central estudiará perfeccionamientos de la norma si en el transcurso de las operaciones el sector productivo detecta inconvenientes que no responden al propósito», aseguraron fuentes oficiales de la entidad que comanda Pesce.

Bastante distinta es la impresión que tienen los importadores. Rubén García, presidente de la Cámara de Importadores de la República Argentina (CIRA), afirmó que muchas pymes importadoras están yendo a los bancos para dar marcha atrás con sus líneas de subsidios que tomaron para pagar sueldos, con tal de que el Central les deje comprar dólares para importar.

Las que no están tan apremiadas por la situación económica, quieren ir para atrás con las Asistencia de Emergencia al Trabajo y la Producción (ATP), o los créditos al 24 por ciento.

Mientras esperan, están sentadas sobre la mercadería hasta vislumbrar cómo sigue la película. «Es una medida que resulta violatoria de la Constitución por la igualdad ante la ley. Muchas empresas estarían haciendo una cautelar si fuera otro el tiempo de la Justicia», relató García en diálogo con FM Milenium.

Fuentes ligadas a Pesce dicen que no es cierto que no haya compra de dólares por parte de los importadores. Afirman que entre el lunes y el martes, descontando lo que compró el Central y liquidaron los exportadores, «quedaron 120 millones de dólares que alguien compró».

«Nosotros no competimos con los compradores de dólares, si hay demanda privada nos quedamos al costado y los dejamos operar. Por eso es extraño que digan que no están pudiendo comprar», agregan.

En el Central creen que después de que se solucione el tema de la deuda, las presiones cambiarias podrían ceder. Hasta el punto de reducir los controles al dólar, empezando por lo que sucede con las empresas.

«Espero que podamos liberar el mercado una vez que se resuelva esta negociación. Tendremos que ver cómo responde el mercado al estímulo si la negociación es exitosa», dijo el titular del BCRA en un reciente entrevista a la agencia Bloomberg.

Pesce sabe que las restricciones son contraproducentes para la economía pero intenta justificar las nuevas medidas dada la incertidumbre sobre la Argentina. De hecho, las últimas resoluciones tomadas tienen que ver con la necesidad de preservar el acceso al dólar solidario. Juran en el Central que nunca estuvo en discusión la permanencia de esa operatoria para que los minoristas compren hasta 200 dólares por mes.

Fuente. iProfesional

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