Modifican la ley de educación sin debate en la comunidad educativa

Diputados votó este jueves la modificación de la Ley Nacional de Educación (26.206) a espaldas de toda la comunidad educativa y sin debatir los verdaderos problemas que docentes, estudiantes y familias están atravesando y desconociendo todo lo que ya se está haciendo con enorme esfuerzo desde las escuelas. El argumento es que es necesario modificar el artículo 109 para intervenir en situaciones “excepcionales”, como la actual pandemia. Hasta el momento las clases remotas solo estaban habilitadas por la ley para los alumnos mayores de 18 años y para zonas rurales. El Frente de Izquierda presentó un despacho por minoría, fundamentado en las demandas de las y los trabajadores de la educación.

La informante fue Blanca Osuna, del Frente de Todos de Entre Ríos, quién enfatizó el carácter de excepcionalidad ante “razones de fuerza mayor”, sin explicitar a qué se refiere esta formulación. También habló de las empresas telefónicas como parte de las “ganadoras” en esta crisis a las que convoca a ser parte del esfuerzo. El oficialismo repite la fórmula de pedirles por favor a los empresarios, como cuando les piden que no despidan o suspendan, y la realidad es que hay miles de despidos a pesar del decreto. “Les hablan con el corazón” a quienes piensan con el bolsillo.

En un acuerdo entre el oficialismo peronista, radicales, macristas, y sin consulta a los sectores involucrados en el sistema educativo se avanzó sobre la modificación del artículo 109 de la Ley de Educación Nacional (LEN). Tanto Nicolás del Caño como Romina Del Pla, hicieron hincapié en que fue un proyecto totalmente inconsulto y a espaldas de docentes, familias y estudiantes, que vienen desplegando un gran esfuerzo, sin recursos y de manera muy desigual un acompañamiento pedagógico.

Más allá del discurso no estamos ante una medida para la excepcionalidad de una pandemia, en forma transitoria, si no que la modificación del artículo incluye la fórmula: “razones de fuerza mayor”. Lo que nos preguntamos es si “condiciones excepcionales y/o de fuerza mayor” pueden ser entendidos y ejecutados durante situaciones de inundación, terremoto, pandemia o huelga parcial o indefinida.

El Frente de Izquierda presentó un despacho por minoría, fundamentado en las demandas de las y los trabajadores de la educación.

Romina Del Pla y Nicolás del Caño partieron del reconocimiento a les docentes, y del esfuerzo enorme no solo con el intento muy desigual de continuar con las clases, sino en contacto permanente con las familias de los chicos y chicas, que están sufriendo las consecuencias de la crisis sanitaria y económica, con despidos, suspensiones, rebajas salariales, muchos están peleando por un plato de comida y van a las escuelas desesperadas a buscar los bolsones.

«Voy hacer un homenaje a los que están manteniendo esa conexión, como se puede, estudiantes, sus docentes y las familias”, arrancó Romina Del Plá. Y denunció la realidad de docentes sin trabajo y estudiantes sin docentes, que son miles. Eso demuestra que no hace falta modificar ninguna ley, “abre una puerta tenebrosa”.

Por su parte Nicolás del Caño expresó que hay que hablar de las verdaderas necesidades: “no todos tienen las mismas posibilidades”. Mientras en el recinto hubo que escuchar discursos cargados de demagogia sobre igualdad, cuando sabemos que hay millones que ni en pandemia, ni ante catástrofes, pero tampoco en condiciones de “normalidad”, tienen garantizadas las condiciones para estudiar. Mientras les jóvenes secundarios/as sufren la precariedad tienen que bicicletear horas y horas para conseguir llegar a unos míseros pesos para poder comer, concurren a las nocturnas. Entre los jóvenes los índices de pobreza rondan el 50%.

Pero también la realidad es la de miles de docentes que están tratando de dar clases “virtuales” a niñes y jóvenes que viven en hogares hacinados, sin que se garantice algo elemental; la conectividad. No hay computadoras o las que hay son computadoras de mala calidad que envían los gobiernos. Las familias no cuentan con datos o WIFI, son obsoletos. “No se discute como se va a garantizar el presupuesto para esa igualdad de la que se habla”.

Por su parte, Romina del Pla preguntó si “condiciones excepcionales” pueden ser huelga parcial o indefinida como es el caso de Chubut, donde el gobernador peronista Arcioni no paga salarios a los docentes y estos están en pie de lucha.
No lo dicen, pero conociendo a los actores que argumentan a favor, conocemos sus no recientes intenciones. Votarán esta modificación los mismos que quisieron poner “voluntarios” para carnerear huelgas, o “contratar” suplentes, o declarar la educación un servicio esencial y un derecho personal, como argumentos para prohibir las protestas.

Ante cualquier interrupción del ciclo lectivo, ahora los gobiernos nacionales y provinciales, disponen de legalidad para proponer (a su entender) a través de todo tipo de plataformas educativas, programas de radio y TV, y cuadernillos, “los Núcleos de Aprendizaje Prioritarios y los respectivos diseños curriculares jurisdiccionales.

En esta discusión entre los partidos patronales sí participaron las dirigencias sindicales, que vienen avalando todo, como es el caso de Hugo Yasky. Pero no hubo ninguna consulta ni a docentes, ni estudiantes ni familias. Cuando se aprobó esta ley en el 2006 lo hicieron sobre la base de un discurso de supuesta consulta y debate en las bases, pero lejos de un verdadero Congreso Educativo. Hoy ni eso.

Las verdaderas necesidades que no se debaten

¡Qué distinto sería si hubiera real conectividad y dispositivos! No se trata solo de algunas netbooks para estudiantes o el Plan Conectar, sino de plantear políticas ante la realidad.

El teletrabajo, home office y las distintas formas de virtualidad están generando cansancio y estrés por el grado de sobre trabajo. Situación que además recae principalmente en las mujeres. Hay que discutir el derecho a la desconexión.
Desde ya, que nosotros “queremos el mayor nivel tecnológico” alcanzado por esta sociedad, aclaró Del Caño, pero para que sea de uso común.

La aspiración es que les chiques puedan tener un acceso libre, universal y gratuito a todas las tecnologías. Pero esto no está en debate en la modificación de la presente ley. ¿Y el presupuesto? ¿De dónde sacaran el dinero para hacer lo necesario para que todos los chicos y chicas, y docentes estén conectados en todo el país?
Sin discusión del presupuesto y de las ganancias de las telefónicas, el debate no es real.

¿Queremos indicar que hay que bajar el contenido de la enseñanza porque ahora es virtual? ¿Por qué no discutimos que el servicio de las comunicaciones es esencial, pero no para garantizarle las ganancias a las empresas, sino para el acceso a la comunicación de toda la población, dando internet y telefonía gratis mientras dure la pandemia?

Que se discuta suspender la baja de servicios por falta de pago y rehabilitar las que ya fueron dadas de baja. Las empresas están en condiciones económicas de hacer esto, y hacerse cargo de la gratuidad del servicio, aportando impuestos extraordinarios. Y técnicamente ya sea por red wifi abierta o por red de celular o con módems inalámbricos, los cuales pueden ser entregados en los domicilios sin necesidad de que los técnicos ingresen a los mismos.

No queremos que una educación virtual en cuarentena, sea excusa para avanzar en reformas a medida da la educación de “plataforma” que vienen requiriendo universidades privadas, empresas privadas y todo tipo de fundaciones (como PROFUTURO, fundación de Telefónica), o de profundizar el régimen meritocrático. Conocemos a las grandes empresas de plataforma que se meten en todo el mundo haciendo ganancias con la educación, acá en Argentina como Santillana, Fundaciones privadas como Varkey, organismos internacionales y tantas otras.

Estamos ante una política educativa, que, en nombre de la emergencia, propone una idea lineal del proceso educativo, donde el docente define, ordena y manda y no hay ida y vuelta, esto no piensan los docentes, ellos son más críticos de la situación.
Que se nombren los docentes que faltan, que se atienda a la necesidad de que tengan un salario de emergencia, que se garantice la conectividad y se abra una discusión democrática en la comunidad educativa sobre cómo seguir con esta educación de emergencia.

Digan la verdad, la educación no es lo que les importa, sino el control, los números y las estadísticas.

Fuente. La Izquierda diario

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