Alberto Fernández apuntó contra los bancos: «No podemos tener tanta paciencia»

El jefe de Estado analizó el nuevo escenario económico mundial que comienza a configurarse como consecuencia del COVID-19 y apuntó contra la banca privada por no responder ante la crisis y hacer difícil el acceso a los créditos con tasa del 24% que dispuso el Gobierno. «Los bancos tienen que hacer su aporte. Todos tienen que hacer su aporte, también los bancos», sostuvo.

Fernández señaló que las entidades financieras «hace más de cuatro años le prestan plata al Banco Central y sacan resultados extraordinarios» y reveló que mantuvo conversaciones con el presidente del Banco Central, Miguel Ángel Pesce para que «los bancos empiecen a abrir lo necesario».

«No podemos tener tanta paciencia. No es que Alberto no puede esperar, no pueden esperar las empresas que tienen que pagar los sueldos», enfatizó.

El Presidente dijo que le parece más razonable el proyecto del diputado Máximo Kirchner de gravar con un impuesto excepcional a quienes participaron en el blanqueo de capitales de 2017 que la propuesta del Juntos por el Cambio de reducir un 30% las remuneraciones de los dirigentes políticos.

En una entrevista realizada en Olivos en la tarde del sábado, dijo que no tenía vergüenza sino que estaba orgulloso de hacer política, con un sueldo que es igual o menor al 25% que donaron los jueces de la Corte Suprema de Justicia, sin ñoquis, sin fondos reservados, sin sobres, sin cuentas en el exterior, empresas offshore, sin empresas propias, y puso como ejemplo a sus ministros que están disponibles las 24 horas del día para ayudar a quienes más sufren con la cuarentena. Ninguno de ellos tiene sueldos exorbitantes.

Fernández sostuvo que no tiene ningún inconveniente en discutir sobre el rol de la política y que ha recibido adhesiones de intendentes de todas las fuerzas políticas, incluso las que integran JxC.

Entre quienes blanquearon decenas de millones de dólares están varios miembros de la familia Rocca, principal accionista del holding ítalo-luxemburgués Techint, un buen número de sus principales directivos; además del hermano, la suegra y las cuñadas del ex Presidente Maurizio Macrì. Para el Poder Ejecutivo, la pandemia no cambió las prioridades, que siempre fueron los más desprotegidos y los adultos mayores, pero sí redujo la importancia que hasta su aparición tenían la negociación de la deuda externa y el control del déficit central. Esta «es la hora del Estado, es la hora de la inversión pública», afirmó.

Sobre el futuro de la economía mundial, el Presidente consideró que «va a ser un escenario mundial en el que el comercio exterior se caiga y la demanda interna caiga» y que existen «una serie de dogmas del neoliberalismo que se han ido al diablo». «Un virus microscópico puede terminar con todo en 10 segundos. El capitalismo se desvanece si los consumidores se mueren y la empresa sólo vale si los consumidores consumen. Toda esa lógica de la especulación financiera se desmorona en dos minutos ¿Cuál es el precio real de las empresas?»,sostuvo.

En ese sentido, también afirmó que el pago de la deuda y el control del déficit fiscal se corrieron a un segundo plano debido a la emergencia  y que la prioridad es «seguir haciendo funcionar la economía y no hacerle faltar dinero a nadie». Al tiempo que remarcó que es necesario «volver a introducir el concepto de solidaridad en la economía mundial. Aquí nadie se salva solo». «Tal vez estemos en condiciones a partir de semejante crisis de pensar estas cosas para hacer un mundo más equilibrado y justo», subrayó.

En ese contexto, destacó que vuelve a aparecer en escena la importancia del rol del Estado, sobre todo frente a las crisis sanitarias que afrontan los países con Salud privatizada.  «Uno se da cuenta que allí donde la Salud se privatizó toda, la pandemia avanza de un modo escalofriante», indicó.

Fuentes. El Chohete a la Luna/ eldestape.com

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