Aumentan los problemas de salud mental por la crisis

Los indicadores detallan que las personas más vulnerables son aquellas que padecen inestabilidad laboral por tener un trabajo precario o estar desempleadas. Cada vez más niños muestran en las escuelas problemas de atención debido a que absorben la situación de crisis que atraviesan sus familias.

«En el total de la población urbana, en el año 2018 se obtuvo un incremento de aproximadamente 4 p.p. en cuanto al padecimiento de malestar psicológico respecto del año anterior, pasando de 18,6% a 22,4%. De este resultado, si se compara la población según grupos de varones y mujeres, estas últimas presentan un mayor porcentaje en ambos años. Por otro lado, en los jóvenes (18 a 34 años) y los adultos (35 a 59 años) se ha observado un aumento de casi 6 p.p. en comparación con el año 2017», informó la UCA.

«Ante situaciones de crisis, lo que se observa es que la inestabilidad en los indicadores de bienestar subjetivo observados por sintomatología ansioso depresiva es mayor en las personas que tienen vulnerabilidad socioeconómica, educativa y laboral», explicó a El Destape Solange Espíndola, investigadora de la UCA. 

El problema que padecen los adultos se traslada a los niños que cada vez muestran más problemas de atención. «La inestabilidad, no construye las condiciones ideales para los niños. Ellos absorben la angustia que se derrama de sus padres, absorben la angustia al ver los problemas que padecen otros niños en las calles», sostuvo Gabriela Dueñas, licenciada en Educación y Psicopedagogía.

«Lo perverso es que estos síntomas, estas llamadas de atención de los niños, son transformadas en supuestos trastornos mentales que deben ser medicadas. A la industria farmaceútica no le servimos ni sanos, ni muertos: nos necesitan enfermos y crónicos», advirtió Dueñas, quien pide solucionar los problemas económicos y evitar la medicación como salida.

Los padecimientos como el estrés pueden condenar a las personas a la medicación como alertaba Dueñas, pero también a las adicciones. «Haber perdido una fuente de ingreso en un hogar donde tal vez las cosas no alcanzan sin ese ingreso impacta en toda la familia. La situación genera estrés en los demás y un impacto en los vínculos entre las personas que pueden llevar a las difunsiones familiares, pero también cambios de roles», explicó Fernando Torrente, director del Departamento de Psicoterapia Cognitiva de INECO. 

A la trabajadora Jésica Coria la echaron de la jefatura de Mantenimiento y Flota de la empresa Metrogas y quedó sin sustento con una hipoteca que pagar y con una hija que mantener sola. «Estoy sumida en la oscuridad más profunda, este es el peor momento de mi vida. No hay un sólo día que pase desde el 23 de octubre cuando me despidieron que no llore y que no me lamente. Es la primera vez que me quedo sin trabajo y puedo decir que no solo se llevaron mi futuro: se llevaron mi dignidad, mi fuerza, mi alegría y mis ganas de seguir adelante».

Fuente. eldestape.com

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