El tsunami mediático

Quienes en 2015 declamaban la necesidad de dejar trabajar al gobierno deseando que le vaya bien, no esperaron ni 48 hs para desinformar en contra del nuevo con adjetivos, medias verdades e interpretaciones que se venden como la realidad.

Estas operaciones precoces suelen buscar exactamente lo contrario a lo que demandan. A grandes títulos catástrofe y amañados le siguen los mismos invitados de siempre que reclaman que quienes recibieron el mandato popular declinen sus ideas  en nombre de la defensa de la paz, la convivencia y la republica.

Luego estos mismos con ironía destilan odio, violencia y golpismo envalentonados por el contexto continental que tomo esa forma de ataque como norma.

Pero no todos los medios actúan de la misma manera; en muchos casos estos interpretan la información desde su lugar de interés o filiación ideológica y  la muestran,  como la derecha siempre suele hacer, como la verdad ya masticada.

En otros, los medios aparentan mantenerse en un lugar equidistante planteando positivamente algunos datos y argumentos del oficialismo pero generando la duda a partir de revivir viejos miedos que surgieron de las campañas de  estigmatización que se construyeron durante los últimos años contra la principal fuerza de esta coalición de gobierno, el multiadjetivado kirchnerismo.

El caso más paradigmático de esta maniobra es el manejo de los medios del grupo América. Este grupo trabaja para la ex gobernadora Vidal poniéndola en el centro de la escena a partir de noticias sociales, como su nueva pareja con viaje a París incluido, al mismo tiempo que mantiene una agresiva campaña de desinformación sobre las políticas del nuevo gobernador.

La pregunta sobre el ex canal bonaerense, ya incorporado a la grilla de la capital federal, es si el blindaje forma parte de un adelanto de pauta gubernamental en los años 2015-2019, o si como se deja ver a partir del análisis e información en la nota de “El cohete a la luna” del 24 de marzo de 2019, Vidal ya compro el medio.

América es uno de los tantos canales donde priorizan las campañas u operaciones mediáticas porque necesitan de la pauta estatal para poder mantener los altísimos costos de vida de sus dueños y estrellas ala vez que tienen en equilibrio sus balances.

Existe la posibilidad de que muchas de estas operaciones instantáneas vengan acompañadas de veladas o directas advertencias sobre la necesidad de mantener la abultada pauta y como contraparte recibir algún tipo de reacomodamiento del hostigamiento. Es decir algo de este tsunami de desinformación estaría orientado a apretar a los estados por parte de estos medios para mantener sus privilegios de acumulación de capital.

Si bien la reducción o eliminación de la pauta personal a periodistas como la  discrecional a medios aun no se oficializo, ya fue declamada tanto por el Presidente como por el Gobernador Bonaerense, advirtiendo que las nuevas administraciones no comprarán protección mediática.

El tsunami de operaciones de prensa tempranas  pareciera ser la respuesta por parte de los grupos mediáticos a estas declamaciones gubernamentales.

La pelota entonces está en la cancha del Estado y sus nuevos administradores,  que por ahora están enfrentando la desinformación poniendo a rotar en estos medios hostiles a sus figuras principales. Vemos que ante le operación  “congelamiento a los jubilados” , salió el mismo presidente a pasear a Luis Majul y a otros. En Buenos Aires, a su vez, el Gobernador enfrentó el operativo  “ impuestazo” saliendo a aclarar incluso en los mismos medios que armaron la operación de desgaste.

Viendo el escenario que esta en línea con el contexto continental golpista y represivo  creo que vale hacerse varias preguntas:

  • Sabiendo que el desgaste mediático surgió como estrategia incluso desde antes de la elecciones generales, ¿será posible sostener en el tiempo la política de poner el cuerpo de los máximos dirigentes en los medios para aclarar las operaciones? ¿No producirá  esto un desgaste que agote ese combustible en el mediano plazo?
  • ¿El Estado tendría que recomponer la relación y comenzar a pautar pensando que aquello que paso entre 2009 y 2015 de intentar dividir a costa de pauta al sector funcionara esta vez?
  • ¿Valdrá la pena invertir sólo en medios estatales o pautar en redes sociales que no generan empleo y tiene una ideología bien definida?
  • ¿Tiene el gobierno los suficientes recursos para emprender una lucha mano a mano desde el sistema de medios estatales que hoy existe?
  • O tal vez, mientras las primeras espadas defienden sus políticas ¿hay que construir un sistema de medios de la sociedad hacia el empoderamiento de todas las voces, priorizando los medios comunitarios, indígenas, universitarios y los nuevos medios populares que en estos 4 años resistieron el fuerte embate de las corporaciones?

A partir de la experiencia en el campo de la comunicación audiovisual (dividida en proporciones similares entre el trabajo en grandes medios y en medios indígenas,  sindicales , universitarios y comunitarios), entiendo que la palabra se defiende con el cuerpo, con planificación, inteligencia, recursos y la valoración positiva de la diversidad de ideas en el campo popular.

Los argentinos y bonaerenses tenemos la oportunidad histórica de lograr de una buena vez que el diseño de políticas publicas en el área logren empoderar a los medios populares,  proponiendo un sistema de medios que no solo contemple al Estado, que puede ser un “macho violador” de verdades.

Si el objetivo es democratizar la palabra creo que el estado debería agiornarse y plantear una política de comunicación territorial dirigida y creada en cada territorio que asegure el derecho a la información y a la comunicación, que mas que un derecho de las empresas es un derecho de los ciudadanos a obtener información verificable, honesta y veraz .

Volver mejores o mujeres, como dejo entrever el fallido del nuevo presidente, es tal vez entender que el golpe por golpe nunca fue efectivo sino se entrena y se prepara mucho para equilibrar el poder.

Tal vez, volver mujeres sea proyectar mientras se pelea el dia a dia, o al menos ser mujeres empoderadas, sea poder deconstrir y deconstrirse, al mismo tiempo. Es decir frenar la emergencia, pensar y proyectar las herramientas para en un futuro cercano lograr una comunicación igualitaria.

Volver mujeres o aprender de sus últimos años de lucha sería tener una mirada diversa, sumar sectores sin detenerse en lo partidario y empezar ya el empoderamiento a traves del fomento incluso a quienes hoy son opositores pero reconocemos como sujetos de derechos.

Ojala todos podamos ser mejores mujeres en la comunicación más allá de nuestras elecciones y géneros.

Fuente. Tiempo.ar

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