La recesión se prolonga y ya afecta el crecimento a mediano y largo plazo

Así lo advirtió ayer un informe de la consultora LCG, que plantea que si la economía se hubiera mantenido al ritmo que mostraba en el 2011, hoy sería un 30% más grande.

Para la firma, el producto volverá a retroceder un 3,8% en 2020. «La tendencia indica que la economía debería caer en los años siguientes», argumenta en el documento, que insiste en que «las expectativas son cada vez peores y, de crecer en los próximos años, el incremento en la actividad sería magro».

«Ninguna tendencia histórica indicaba que la actividad podía llegar a situarse en estos niveles tan bajos», sentencia el trabajo de LCG. La consultora recuerda que en 1997, la expectativa marcaba que al día de hoy la riqueza producida en el país sería un 61% superior a lo que es actualmente. Crisis de 2001 mediante, en 2002 la tendencia señalaba que al 2019 se llegaría con un producto 23% más grande, hasta llegar a la diferencia de 30% observada desde 2012 en relación al potencial.

El Instituto de Trabajo y Economía (ITE) de la Fundación Germán Abdala ya había anticipado este efecto sobre el largo plazo: con la tendencia cayendo en la comparación interanual por primera vez desde 2004. «El nivel actual del PIB con la tendencia registrada a partir del 2015, se observa una brecha de producto de 5,4%, la mayor desde la crisis de 2009», había explicado el ITE antes de que ocurriera la devaluación de agosto, lo cual «comienza a impactar de lleno en el crecimiento de mediano-largo plazo, incrementándose la pérdida de producto potencial».

En ese sentido, Leandro Ottone, economista de ese centro de estudios, consideró que «con esta nueva caída hay un arrastre negativo de entre 1,5 y 2 puntos para 2020», lo cual complicará de sobremanera a la próxima administración para mostrar un resultado positivo en su primer año.

«Recién en el segundo semestre de 2020 podrías hacer piso, con un acuerdo de precios y una política monetaria y fiscal sensata», añadió.

Tanto para Hirsch como para Ottone, será imprescindible una reestructuración de la deuda. «Es una condición básica necesaria como para impulsar la estabilización y empezar a encauzar la economía», apuntó Hirsch.

«El resultado electoral no te asegura nada porque en el medio está la deuda que se dejó de pagar y además las expectativas no son positivas para las familias y empresas», puntualizó Ottone. «El mercado de cambios está atado con alambres. Este punto junto con la renegociación de la deuda externa serán los puntos clave para iniciar la recuperación», concluyó.

Fuente. BAENegocios

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