Obesidad, la epidemia silenciosa del siglo XXI
Sin embargo, muchas personas no pueden sostener un comportamiento saludable en el tiempo pues poseen dificultad para controlar las porciones y es en esos casos cuando un fármaco puede colaborar en sostener y acompañar los cambios de estilos de vida.
Para determinar si una persona tiene o no sobrepeso se utiliza el índice de masa corporal (IMC), que se calcula dividiendo el peso en Kg entre el cuadrado de la altura en metros (IMC= peso (Kg)/altura (m2). Si este índice es igual o mayor a 30, se considera que presenta obesidad.
En Argentina, según la Secretaría de Salud de la Nación, el 61.6% de la población tiene exceso de peso y la prevalencia de obesidad pasó a ser de un 14,6% al 25,4% en el año 2018.
Recientemente, siete sociedades científicas locales presentaron un documento consensuado que recomienda los criterios para la indicación de cirugías bariátricas en pacientes con obesidad y síndrome metabólico, en particular en los casos de diabetes tipo 2. El trabajo fue presentado en el Senado de la Nación bajo el nombre “Consenso
Interdisciplinario de Cirugía Bariátrica y Metabólica”, que estipula que los pacientes deben estar bien identificados y seleccionados para poder someterse a una cirugía bariátrica, deben tener un índice de masa corporal mayor a 40 (obesidad mórbida) o entre 35 y 40 (obesos severos), con una o dos enfermedades asociadas.
Además de las cirugías, en nuestro país existen tres fármacos aprobados para el tratamiento crónico de la obesidad, el primer fármaco fue aprobado hace dos décadas; el año pasado se lanzó un inyectable, la liraglutida y este año finalmente se incorporó una tercera opción que es en un mismo comprimido la combinación de naltrexona y bupropión actuando en dos áreas del cerebro: el hipotálamo (centro de control del apetito) y el área mesolímbica (centro regulador del placer y la recompensa) trabaja no solo cuando el paciente come mucho, sino sobre la compulsión. El nuevo medicamento aprobado por ANMAT este 2019, se vende exclusivamente bajo receta archivada.
Las personas tienden a poner foco en medicamentos milagrosos o cirugías salvadoras, por eso es de vital importancia remarcar que ninguna estrategia puede aisladamente ser la solución a la obesidad. Para cambiar la tendencia serán necesarias acciones sobre el entorno construido que faciliten la adopción de un modo de vida saludable, apoyado de ser necesario, con fármacos o cirugía.
Además, se ha instalado una cultura en la que la obesidad es vista como un problema estético, no como una enfermedad crónica. La tarea por delante será “medicalizarla” sin estigmatizar a la persona que la padece.
Fuente. ambito financiero