Los nuevos golpes que recibirá la economía tras el default

El default que declaró el gobierno el miércoles pasado, y puso en ejecución un día después, golpeará la actividad económica y los bolsillos de la población. Según los especialistas, la postergación de los pagos de la deuda de corto plazo impactará en la economía de las empresas, que verán incrementado el efecto pobreza sobre sus patrimonios. En respuesta, estas retraerán aún más sus inversiones y demás operaciones comerciales, además de reducir el pago de impuestos y descargar parte de ese golpe sobre sus empleados con despidos, reducciones salariales o cambios en las relaciones laborales.

La causa de este impacto está en la magnitud del default. De acuerdo con el decreto de necesidad y urgencia 596/2019, publicado en el Boletín Oficial el jueves pasado, la postergación en el pago de las letras del Tesoro aplica sobre 12 emisiones de la conocida como Lete (Letras del Tesoro, en dólares), y 10 de la Lecap (Letras de Capitalización, en pesos).

Los montos involucrados son muy elevados. En Lete hay involucrados vencimientos por U$S 12.498 millones. En el caso de la Lecap, suman 459 mil millones de pesos.

El gobierno decidió que el default sólo afectará a los tenedores institucionales, liberando a las personas humanas de la medida. Pero entre los que sí caen se encuentran las empresas de todo tipo. Cuánto de todo este dinero intermediado por las letras de corto plazo está en manos de ellas, es un dato que aún no ha trascendido.

El gobierno justifica el nuevo golpe sobre la economía en que, de esta forma, se estabilizará al peso. Sin embargo, el no pago de estas deudas va de la mano de la facilitación de la fuga de capitales por la vía de la venta de reservas según la demanda crezca.

El bolsillo y la economía se resentirán de muy diversas formas.

1) Inflación: el default alimentó un cuadro de falta de referencia de precios por el alza del dólar, lo que afianza la suba de los precios porque la expectativa es que el dólar siga subiendo. «Se ha generado una espiral de desconfianza muy grande», apuntó el economista Salvador Di Stefano. La suba de precios pesa en toda la cadena. Según Eduardo Fernández, presidente de Apyme, «hay incertidumbre con los precios de los insumos difundidos. No hay valor del dólar y eso nos anticipa que la inflación seguirá pegando».

2) Empleo y salario: Los asalariados deberán estar muy atentos ante estos sucesos ya que las empresas buscarán descargar una parte de la crisis por medio de la reducción de puestos de trabajo y de salarios.

El reforzamiento de la crisis que se avizora por el default pegará en un mercado de trabajo que recién comienza a sentir el impacto de la devaluación. Claudio Lozano, director del Instituto de Pensamiento y Políticas Públicas, explicó a Tiempo que prevé «un escenario de agravamiento del cuadro social y mayor sufrimiento para una sociedad ya muy castigada. Dos millones y medio de personas de la clase media cayeron  a una situación de pobreza vulnerabilidad e indigencia. Hoy hay 25 millones de personas en vulnerabilidad, de los cuales 15 millones son pobres y los otros 10 están en situación de riesgo porque no logran reunir los recursos para obtener los bienes de una canasta de bienes y servicios media razonable».

Para el economista, «la tasa de desocupación va a estar en el orden del 11,1% de mínima que implica 2,2 millones de personas desocupados plenos a los que hay que agregar la desocupación encubierta, que pasaría al 18,1%, equivalente a 3,1 millones de personas. Se trata de 5.770.000 personas, el 29,2% de la Población Eeconómicamente Activa, que estarían buscando trabajo en forma permanente. Los salarios caerán como piso un 14% y la pobreza estaría como mínimo en 37,3%, equivalentes a 16.870.000 personas. También prevemos que durante el año se habrán perdido 119.900 puestos de trabajo registrados más».

El pronóstico de Lozano comenzaría a tener un correlato en los datos oficiales. Según el subsecretario de Planeamiento Productivo del Ministerio de Producción y Trabajo, Bernardo Díaz Astarloa, «el movimiento del tipo de cambio, en general, impacta en el mercado de trabajo por el nivel de actividad. Es posible que haya impactado aunque que todavía no sabemos cuánto». Agregó que el último relevamiento de la Encuesta de Indicadores Laborales se realizó entre el 1 y el 18 de agosto y, de la muestra de 3300 empresas, «un 40% se realizó luego del 11 de agosto». De esa forma el indicador sirve para mostrar parcialmente la percepción del empresariado sobre el mercado de trabajo. El índice, que luego de seis meses de valores negativos (más empresas esperaban reducir dotaciones que las que esperaban incrementarlas) se había recuperado durante las dos anteriores, volvió a exhibir resultados negativos (1,4%) en ese relevamiento que incluye la percepción empresaria posterior a las PASO.

3) Actividad económica: tras un año completo de caídas en la medición mensual de la actividad económica, mayo y junio mostraron una recuperación. Ahora, a partir del escenario de devaluación pos PASO y default, se considera que julio mostrará números en baja que se profundizarán de agosto en adelante.

Según Di Stefano, el default «detendrá mucho más aun la rueda económica». Fernández consideró que «habrá una disminución de la actividad interna». Y graficó: «Son gotas de agua que caen sobre empresas que ya están inundadas».

«La postergación del pago de las letras va a generar un efecto pobreza en la empresas», apuntó Di Stefano.

La vuelta de tuerca negativa se dará en el cuadro de una fuerte caída de los niveles de inversión, que se encuentran en mínimos de 2002. Del mismo modo, este escenario impactará en la recaudación fiscal. El gobierno vería que se le hace aún más cuesta arriba conseguir el objetivo del equilibrio fiscal.

«Lo último que debe hacerse es romper contratos, dada la historia que tiene la Argentina en la materia», subrayó Fernando Camusso, director de Rafaela Capital.

4) Ruptura de la cadena de pagos: esta nueva caída en la actividad económica estará asociada a que muchas empresas se quedarán sin una parte del efectivo que tenía invertido en las Lete y las Lecap. «Son herramientas muy comunes para el manejo de la tesorería de cualquier empresa mediana. Son un resguardo contra la devaluación y la inflación», apuntó Camusso.

«Ante la falta del dinero con el que contaban, mucho empresarios optarán por postergar el pago a sus proveedores, golpeando aún más a una cadena de pagos ya resentida», agregó Camusso.

«Las empresas buscarán trasladar el problema a sus proveedores, con lo cual se va a resentir la cadena de pagos», indicó Di Stefano.

5) Asfixia financiera: como está descartado el financiamiento tradicional, ya que las tasas de interés de referencia están en torno del 80%, a las empresas les queda muy poco margen. «No hay mercado secundario», advirtió Camusso en relación a la posibilidad de vender los bonos de corto plazo antes de su vencimento. «Y los que apelan a la caución tienen el problema de que se caen los títulos que se usan de garantía por la pérdida de su valor», agregó. Conseguir financiamiento de corto plazo será cada vez más arduo.

Las variantes del default

¿Default selectivo por un día o default restringido hasta nuevo aviso? Los argentinos hicieron un curso rápido sobre cómo actúan las calificadoras de riesgo ante la decisión unilateral y compulsiva del gobierno de postergar el pago de letras de corto plazo conocidas como Lete (en dólares) y Lecap (en pesos).

La primera que opinó sobre esto fue Standard & Poor’s, para quien el default duró mientras el gobierno no anunció el nuevo cronograma de pagos de esa deuda de corto plazo. El gobierno lo hizo el jueves, y el viernes S&P sacó a la Argentina del default selectivo.

Pero ese mismo día, la agencia Fitch Ratings aseguró que la deuda de la Argentina había caído en un default restringido.en moneda local y extranjera. Ello quiere decir que la calificación de default le cabe sólo a la deuda de corto plazo. Fitch igualmente incluyó en su análisis la voluntad del gobierno de rediscutir la deuda con el Fondo Monetario y con el sector privado, tanto en lo que hace a deuda bajo ley argentina como a la que se rige por los tribunales del exterior.

En tanto Moody’s redujo la calificación de la deuda sin llegar a aplicar el nombre default. Sí consideró que se incrementó el riesgo para los acreedores en el corto plazo.

Lío en los Fondos Comunes

La decisión del gobierno de defaultear las letras del Tesoro en manos de personas jurídicas (de cualquier tipo, públicas y privadas) que vencen entre el viernes pasado y el 31 de julio próximo, generó un problema de liquidez en los Fondos Comunes de Inversión (FCI), una herramienta muy utilizada por empresas e inversores individuales.

Hecha la separación entre ambos casos, comenzó la  remisión masiva de algunos de sos fondos, lo que motivó que el Banco Central emitiera dos resoluciones. Una, habilitó a los bancos a comprar depósitos a plazo que hubieran sido materia de inversión por los FCI.

La otra habilita al propio Banco Central a adquirir las letras defaulteadas, cosa que ocurrirá desde esta semana. La idea es dotar de liquidez ante el seguro aumento de la demanda. El BCRA deberá emitir para realizar esas compras.

Default y negociaciones

El Ministerio de Hacienda anticipó que la deuda de corto plazo la pagará un 15% al vencimiento; un 25% a tres meses después y un 60% a seis meses. La duda en el mercado es qué pasará con el financiamiento de corto plazo que precisa el Tesoro mientras dure esta reestructuración. «No habrá nuevas licitaciones por un tiempo», dijeron desde una operadora de Bolsa.

El escenario influirá en la disposición de los tenedores privados de deuda de mediano y largo plazo que serán convocados por el gobierno para discutir un cambio en los plazos de pago.

El gobierno aspira a que los bancos que vendieron la deuda argentina en todos estos años acerquen propuestas sobre cómo llevar a cabo este «reperfilamiento».

Es probable que de allí surja una suba de la deuda ya que el gobierno se sentará a negociar sin una carta fuerte en la mano. Más plazos a cambio de más intereses podría ser la fórmula.

IDEA

Los empresarios nucleados en IDEA dijeron que «en esta particular y difícil situación que está atravesando el país, los líderes de la sociedad debemos actuar con patriotismo y generosidad (…) Hacemos un llamado a los empresarios a aplicar estos criterios en la fijación de precios y en la disponibilidad de bienes y servicios».

Fuente. Tiempo.ar

 

 

 

 

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