Un argentino consume más del 50% de la sal recomendada por día

Ningún exceso es bueno. Parece una frase trillada, casi un cliché que se podría aplicar a cualquier aspecto de la vida. Sin embargo, es muy real y aplica, fundamentalmente, para la alimentación y el cuidado de la salud.

Actualmente, nadie puede dudar de que comer demasiada sal o sodio es nocivo para el cuerpo, ya que a largo plazo puede favorecer la aparición de una serie de patologías. Sin embargo, todavía son muchas las personas que consumen en exceso este ingrediente y se exponen a futuros daños en su salud.

«La dieta promedio de un argentino aporta entre 7 y 8 gramos de sodio por día, cuando la cantidad recomendada es de hasta 5 gramos», asegura la Lic. Laura Casparian, especialista en Nutrición. En este sentido, es importante tener en cuenta que no todas las personas que consumen esos niveles de sodio son conscientes de que lo hacen. ¿Qué significa esto? Esencialmente implica que hay una gran cantidad de alimentos y productos disponibles en el mercado que contienen altas cantidades de sodio en su composición; incluso, en muchos casos, ni siquiera son salados. Es aquí donde aparece la importancia de identificar eso que se podría llamar «sal invisible», que, sin saberlo, aumenta los niveles diarios de consumo de sodio. «Esto es así porque, en general, se combina con las principales fuentes de sodio, que son la sal de salero -que se usa para la cocción de alimentos y en la mesa- y la sal que se encuentra en los productos procesados», aclara la Lic. Constanza Machain Barzi.

Esa sal invisible se puede encontrar en carnes y reemplazos, como milanesas de soja, hamburguesas, medallones de pollo o pescado y todo tipo de fiambres. Por ejemplo, una hamburguesa comercial tienen alrededor de 547 mg de sodio; dos fetas de jamón cocido tienen 628 mg de sodio.

Los enlatados y congelados también son productos que contienen mucha sal y que no siempre se los considera de este modo.

Los quesos se ubican dentro de esta lista de alimentos. «Por ejemplo, una porción de queso portsalut tienen alrededor de 240 mg de sodio, mientras que dos cucharadas de queso rallado tienen 300 mg de sodio», agregan las especialistas de Medicus.

Los panificados son otro de los grupos de productos que suman mucho sodio a la dieta. El pan lactal, ya sea blanco o negro, el pan francés, las tostadas y las galletas de arroz son ejemplos claros de panificados con mucha sal. Dentro de este grupo también se ubican las galletitas dulces y las facturas, aunque su gusto no sea particularmente salado. Así, dos rebanadas de pan lactal tienen alrededor de 256 mg de sodio; por su parte, la misma cantidad de pan sin sal tienen 57 mg de sodio.

Las barras de cereal y los cereales en sí mismos también suelen sumar sodio a la dieta. «Se estima que una barra de cereal de alrededor de 23 gramos tienen entre 30 y 60 mg de sodio, mientras que una porción de cereales tiene casi 120 mg», señala la Lic. Casparian.

Productos industrializados como las pastas frescas y secas, el arroz, los fideos y las croquetas suman mucho sodio a la dosis diaria.

Los postres -postrecitos y gelatinas, por ejemplo- también son productos con mucha sal, aunque su sabor sea dulce. «Una taza de postre royal diet tiene 60 mg de sodio, en comparación con una fruta mediana que tiene alrededor de 2 mg», indica la Lic. en Nutrición, Constanza Machain Barzi.

Excepto las reducidas en sodio, las aguas minerales también contienen altos niveles de este mineral, por lo que aquellas personas que tienen problemas de hipertensión u otras patologías deben considerarlo al momento de hidratarse.

Para poder hacer frente a este problema las especialistas de Medicus tienen una recomendación clave: aprender a leer las etiquetas. «Hay mucha diferencia respecto del contenido de sodio entre distintas marcas, por lo que es necesario prestar atención al momento de elegir un producto», asegura la Lic. Machain Barzi.

Además, es importante identificar el uso de nombres alternativos como glutamato de sodio, pirofosfato de sodio, propianato de sodio, inosinato disódico, citrato sódico, alginato disódico.

También es necesario, sobre todo en aquellos pacientes que tengan alguna patología, evitar los alimentos que no aclaren el contenido de sodio.

Fuente. iProfesional

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