Se achica el mercado editorial: SM, con un pie afuera de la Argentina

El sello SM, uno de los grandes jugadores dentro del campo de la literatura infantil y juvenil argentina, con casa central en España, acaba de cerrar virtualmente sus puertas en la Argentina. De los 150 empleados que tenía en el país, a unos 90 les llegó el telegrama de despido el miércoles, más de veinte lo recibieron el lunes (desde la Madre Patria no se tomó el recaudo de pensar en el día no laboral de estas tierras), y otros 25 habían recibido el temido telegrama unos dos meses atrás, cuando todavía se hablaba de una “reestructuración”. Aunque la empresa española se niega a hablar oficialmente de “cierre” para definir lo que acaba de pasar, la situación actual, con todo el equipo comercial del interior del país, de la ciudad y la provincia de Buenos Aires —toda la maquinaria con la que se llega a las librerías y los colegios— con telegramas en mano, no parece distar demasiado de eso. Dos directivos llegaron de España para explicar, lisa y llanamente, que “SM ya no es rentable en la Argentina”. Solo queda dentro de la empresa, por el momento, un “comité” conformado por unos veinte empleados jerárquicos, a los que se les propuso “pensar un nuevo modelo de negocios”.

Antonio Navarrete, el director general corporativo de SM, y Adolfo Crook, “director corporativo de personas”, llegaron desde España para comunicar la noticia a los empleados argentinos, muchos de los cuales ya habían recibido sus telegramas. Algunos la escucharon personalmente, muchos otros por un Skype entrecortado. No hubo, por el momento, ningún comunicado oficial de la empresa editorial. Solo la promesa de cumplir con las obligaciones que estipula la ley por despido, y con los pagos a proveedores.

La página web de SM Argentina sigue promocionando los flamantes proyectos educativos locales como la Serie Savia, para primaria y secundaria. Hace menos de un mes, la empresa había contratado un nuevo director para llegar principalmente a las comunidades de las escuelas católicas, grandes territorios de Ediciones SM, una empresa basada en una fundación perteneciente a la Compañía de María en España. Con sedes en Brasil, Chile, Colombia, México, Perú, Puerto Rico y República Dominicana, SM desembarcó en la Argentina en plena crisis de 2001, pero no parece resistir la debacle actual.

“Ya nos están llegando los reclamos de las escuelas con las que pocas semanas atrás comenzábamos proyectos. Somos nosotros los que nos comprometimos con ellos y los que damos la cara, y no sabemos qué decirles”, lamentó un empleado de los que recibió la noticia de su despido vía Skype, todavía con la cabeza y el corazón adentro de su (ex) trabajo. Otro ironizó: “La directora general de SM Argentina, Marita Messuti, justo el viernes se fue de vacaciones a Francia, y hoy no atiende el teléfono. Ella tampoco nos dice qué podemos explicar”.

Con más de trescientos títulos que incluyen a los autores y autoras más importantes del país, SM supo construir en estos años de expansión en el país un importante fondo editorial. Su sello El Barco de Vapor, que cumplió el año pasado cuarenta años, fue la primera colección de prescripción escolar en España, y alcanzó gran reconocimiento en el país. También el premio que lleva su nombre y que anualmente “descubre” grandes obras y autores (el de este año, anunciado en la última Feria del Libro, fue para Bombay, de Sandra Siemens), así como el Gran Angular, dedicado a la literatura juvenil, obtenido este año por Mariana Furiasse (bajo el título Constelación de nado, aún inédito). Entre los últimos premios que obtuvieron los libros de SM, dos de sus nuevas colecciones ganaron los Destacados Alija, que otorga la Asociación de Literatura Infantil y Juvenil de la Argentina: Teatro de papel y Clásicos Contemporáneos.

En medio de un panorama editorial general «en alerta rojo» –tal como alertó en su discurso de apertura de la reciente Feria del Libro la presidenta de la Fundación El Libro, María Teresa Carbano, para enojo del secretario Pablo Avelluto–, el sector de la literatura infantil y juvenil permanecía como el que, si no seguía creciendo, al menos se mantenía, o no decrecía tanto. La decisión empresarial de SM España marca el grave presente que atraviesa el libro en la Argentina.

Fuente. Pagina12

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