El Boca que no sabe cómo salir del cero

En el primer tiempo Argentinos Juniors corrió como si fuera la última vez. Marcó a presión en tres cuartos de cancha, asfixió en el medio y se las ingenió para poner casi siempre gente detrás de la línea de la pelota, cuando Boca lograba atravesar los múltiples obstáculos que se le presentaban, y se acercaba hasta el arquero local. La impresión que daban era que los futbolistas locales corrían el doble que sus rivales. En el plantel de Boca suele explicarse que están haciendo un esfuerzo supremo, para cumplir con una infernal serie de partidos y eso se nota cuando tienen enfrente equipos más frescos.

La maratón de Boca empezó el 19 de abril cuando se enfrentó a Estudiantes de Río Cuarto por la Copa Argentina. Después siguieron Deportes Tolima por la Copa Libertadores, el 24 de abril. Godoy Cruz, por la Copa de la Superliga, el 28 de abril; Rosario Central por la Supercopa, el 2 de mayo; Godoy Cruz otra vez el 5 de mayo; Atlético Paranaense, por la Copa Libertadores, el 12 de mayo, los dos partidos con Vélez por la Copa de la Superliga, 12 y 16 de mayo, y Argentinos Juniors. En 30 días, nueve partidos. Algo así como un encuentro cada tres días. Pero ¿no tiene acaso Boca el plantel suficiente para bancarse esa carrera? ¿No puede Boca armar dos cuadros de primer nivel? Veamos: Equipo A: Andrada; Buffarini, L. López, Izquierdoz, Mas; Nández, Marcone, Reynoso, Zárate; Villa, Benedetto. Equipo B: Marcos Díaz; Weigandt, Goltz, Junior Alonso, Fabbra; Campuzano, Chicco, Tevez, Almendra; Pavón, Abila. Y además están Kevin Mc Allister, Obando, Capaldo y Avila. Ayer en la formación titular había siete jugadores del equipo A, tres del equipo B y uno de los que no están en ninguno de los dos. Hay recambio, pero no tanto, al menos en la última línea. En esa catarata de nueve partidos Boca no perdió: ganó cuatro y empató cinco, pero ¿juega todo lo bien que parecen decir esos números? No. Solo de a ratos, ráfagas, no tiene elaboración de juego, y depende demasiado de lo que pueda resolverse en una acción inspirada de los de arriba o en una jugada de pelota detenida.

Boca fue superado en el juego en La Paternal, le costó manejar el balón, pero tuvo más y mejores situaciones de gol. Le faltó justeza en los mano a mano y en el último toque en llegadas profundas de contraataque, que no fueron menos de seis. El hecho de que Chaves terminara convirtiéndose en la figura de la cancha, es otro termómetro posible para medir lo ocurrido en las áreas. Argentinos no pudo sostener en la segunda etapa el ritmo del primer tiempo, aunque siguió yendo al frente y obligando a sacar todo a los centrales de Boca. Pero la flojísima actuación del jugador más dotado, Alexis MacAlister, la ausencia de Batallini y el escaso aporte de Hauche conspiraron contra sus posibilidades. Spinelli, un delantero muy inquieto y la esperanza de gol, tuvo una buena oportunidad a los 21 minutos del segundo tiempo con un remate cruzado que se fue cerca.

Esa fue la primera llegada realmente peligrosa de un equipo que asustaba un poco en los córners, y que en definitiva insinuó más de lo que produjo. El cero a cero deja todo abierto pero hasta la semana que viene Boca va a tener un poco de respiro, mientras que Argentinos deberá jugar contra el Tolima el jueves. Habrá que ver si realmente un Boca descansado levanta un poco la puntería y justifica la condición de candidato a pasar a la final.

 

 

Fuente. Pagina12

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