El kilo de queso rallado en la era Macri aumentó un 290%

Si yo te digo que es domingo, rallá queso”, dijo en 2015 el por entonces jefe de Gabinete Aníbal Fernández. Es que una tradición argentina, un país con alto porcentaje de descendientes de italianos, es la mesa familiar del domingo al mediodía con pastas caseras. También están los infaltables “ñoquis del 29” con el billete debajo del plato para que nunca falte el pan en la casa.

Con la disparada de la inflación, estas costumbres están en vías de extinción:llegar con un billete de los buenos a fin de mes para cumplir se está convirtiendo en una utopía y el queso rallado que le da sabor a los fideos con tuco está cada vez más caro.

Cuando en 2015 Aníbal F. invitó a picar un reggianito o un sardo para saborizar los spaghettis, el queso rallado de una de las dos primeras marcas lácteas de la Argentina costaba $54,55.

A pocas horas de que el gobierno de Mauricio Macri anuncie medidas para paliar la inflación más alta desde 2002 con programas que serían similares a los que implementó el kirchnerismo -Precios Cuidados y/o Ahora 12-, el mismo paquete de 190 gramos está $159,45. Un 290% más caro en tres años y cuatro meses lo que equivale a un 7,25% mensual. No hay sueldo de convenio en ninguna actividad que haya acompañado semejante aumento.

Si tomáramos como parámetro el poder adquisitivo, el “índice queso rallado” señala que con el sueldo promedio de 2015 ($ 15.385,50) se podían comprar 282 sobrecitos mientras que en 2019 con los $35.495 que ahora ganan la media de los trabajadores argentinos en bruto -según la Universidad Nacional de Avellaneda- se compran 222. En menos de cuatro años, 60 paquetes menos.

¿Hay más baratos? Hay más baratos. Se consigue “alimento a base de queso rallado” por menos de $90 el paquete de 120 gramos. Así. para mantener la capacidad de compra que tenías antes del comienzo de la presidencia de Macri, tenés que comprar un quesito de no más de $125 por sobre de 190 gramos.

Con suerte, es lo que está uno de segunda marca o de las marcas propias de los hipermercados. Javier González Fraga deslizó en 2016 que vivíamos demasiado bien porque “le hicieron creer a un empleado medio que con un sueldo medio podía comprar celulares y televisores”. Un update de esa frase debería incluir al queso rallado de primera marca.

PLAN DE AHORRO QUESO

Circula por internet un meme en el que indican que un kilo de queso rallado es más caro que el de una de las camionetas más vendidas en el alicaído mercado automotor. Es real. Incluso es más barato comprar por kilo un vehículo mejor que el de la imagen que circula por Facebook, Twitter, Instagram y los grupos de WhatsApp.

Una Toyota Hilux doble cabina 4×4 tope de gama pesa 2.910 kilos y cuesta $1.959.100 -aunque si tenés la suerte de ir con efectivo contante y sonante te van a hacer una jugosa bonificación- lo que equivale a $673 por kilo. El kilo del queso rallado que tomó minutouno.com de modelo para comparar está $839,21.

¿QUIÉN SE HA LLEVADO MI QUESO?

Spencer Johnson es el autor del best seller parafraseado en este subtítulo. Fue una suerte de biblia para los líderes financieros y empresariales cuando el neoliberalismo comenzaba a mostrar la hilacha.

Bien se podría aplicar el mismo título a la hora de darle gusto a los fideos, ravioles, sorrentinos o canelones por el brusco aumento que tuvo sobre todo en este mes: el de la marca más vendida -que está en algunas góndolas en cajas plásticas con alarma antirrobo-cuesta $141 y se incrementó un 19,6%.

Al respecto, Jorge García, dueño de la fábrica San Gotardo explica que el queso rallado se volvió un lujo en principio por el precio de la leche y el tiempo de elaboración, pero el factor fundamental tiene que ver con las excesivas tasas de interés aplicadas por el gobierno de Mauricio Macri para sostener al dólar.

Con 1.000 litros de leche salen 85 kilos de queso sardo o reggianito que es el que se usa para rallar. Una vez elaborado hay que dejarlo estacionado siete meses” explica.

San Gotardo es de Trenque Lauquen. Elaboran parmesano, provolone, sardo y reggianito. También crema y dulce de leche. Provee a fábricas de pastas. De la fábrica un queso para rallar sale por menos de 400 pesos con IVA incluido. “En un año aumentó al doble y los que lo fraccionan le cargan el 100%. Ahí está el precio”.

¿Por qué semejante aumento? “Hemos perdido muchísima plata en este tiempo. Compensamos algo con la exportación, pero se desplomó el consumo interno. Y nuestra industria no es como otras que puede guardar el stock. El tambero no puede tirar la leche.

Hubo tambos que cerraron y enviaron las vacas al matadero. Antes compensábamos nuestros gastos con créditos, pero ahora las tasas de interés están altísimas y no nos podemos financiar. Por eso no nos queda otra que vender el kilo de queso a estos precios”, explica.

García quien vende al público en su fábrica trenquelauquense y además posee un local en San Carlos de Bariloche. “Uno vive de esto y se dedica a esto hace muchos años, pero conviene más poner la plata a trabajar en el banco que producir”, concluye.

Al cierre de esta nota, un préstamo personal tenía como “Costo Financiero Total Efectivo Anual” un 119,13%. Si Jorge pide $1.000 a un banco para hacer queso, terminará pagando en un año $2.191,30. Ahí tenés la respuesta a quién se ha llevado tu queso.

Fuente. minuto1

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