Violencia de género: qué hacer cuando no te toman la denuncia. La Línea 144

Además de poner de manifiesto una problemática silenciada, la denuncia por violación de Thelma Fardin contra Juan Darthés generó una oleada de testimonios de mujeres que se animaron a hablar por primera vez sobre agresiones sexuales sufridas en el pasado.

Esto quedó demostrado en conversaciones dentro de los círculos familiares, publicaciones en las redes sociales y también en el aumento de los contactos a la Línea 144, donde un equipo interdisciplinario compuesto por abogadas, trabajadoras sociales, psicólogas y sociólogas recibe consultas todos los días, las 24 horas.

“En todos los turnos aumentaron los llamados, en algunos se duplicaron”, contó al respecto Malena Maturano, una de las trabajadoras de la línea y delegada del sector dentro del Instituto de Género y Diversidad Sexual. “Sucedió con la primera marcha del Ni Una Menos”, agregó en diálogo con Victoria Zumárraga por “Con perdón de las damas”.

“Cambió el tipo de llamadas, hoy muchas mujeres nos están llamando para hablar por primera vez de situaciones de abuso que vivieron. En algunos casos son delitos que sufrieron hace muchísimos años”, reveló la socióloga.

Y detalló que mientras algunas buscan iniciar un proceso judicial, otras sólo “necesitan hablarlo, ponerlo en palabras, decirlo, contarlo, salir de la vergüenza (nosotras le devolvemos que vergüenza tienen que sentir quienes cometieron el delito, no ellas)”.

Consultada acerca de la teoría difundida por un sector que asegura que a partir de esta denuncia aumentarán las acusaciones falsas, la especialista reflexionó: “Ese imaginario tiene que ver con los prejuicios machistas, con esa idea de mujeres manipuladoras, queriendo perjudicar a los hombres, mintiendo”.

“En realidad no es fácil hacer una denuncia justamente porque vivimos en una sociedad patriarcal que juzga a la mujer en vez de al agresor; ninguna mujer se va a exponer a hacerlo gratuitamente y las estadísticas en todo el mundo de denuncias falsas son ínfimas, pasa que hay una resistencia a creer que esto sucede”, sumó.

La lucha por la estatización

A pesar de este aumento en los contactos a la línea, las trabajadoras – todas profesionales y con formación en perspectiva de género- aseguran que en los turnos con más operadoras son sólo diez, más la coordinadora.

“Tenemos turnos con cuatro chicas. Hacemos nuestro mejor esfuerzo humano para responder a la demanda, pero lamentablemente desde la dirección política de la línea no se le está dando el lugar necesario”, sostuvo Malena.

“También nos sucede que las trabajadoras están contratadas a través de una empresa privada, (Provincia Net). Estamos pidiendo la estatización de la línea y por este reclamo se sucedieron cinco despidos en el equipo de seguimiento de casos”, contó.

Tras haber logrado la reincorporación de dos de sus compañeras (no a la línea, sino a otras áreas de la Secretaría de Derechos Humanos), ahora buscan que vuelva a sumarse al grupo una trabajadora social cuyo despido, según aducen, encuadra dentro de la “persecución sindical”.

¿Qué y cómo denunciar un caso de violencia de género?

Ante los reclamos de muchas mujeres que aseguran que al acercarse a comisarías a radicar denuncias de este tipo reciben la negativa por parte de los efectivos policiales, cabe despejar algunas dudas con respecto a qué tipo de agresiones pueden llevarse a la Justicia.

Según explicó Maturano, los delitos penales (como lesiones, amenazas de muerte, violaciones) pueden denunciarse en una fiscalía, mientras que para otros casos de violencia que no encuadran dentro de esta tipificación se puede acudir a una Comisaría de la Mujer y la Familia o a un juzgado.

“La comisaría va a recibir la denuncia y enviarla a la instancia del poder judicial que corresponda”, sostuvo la especialista, y aclaró que en caso de que no querer recibirla, estaría “incumpliendo el protocolo que tiene que aplicar”. “En esa situación nos pueden llamar a la Línea 144, porque la Secretaría de Derechos Humanos justamente es veedora de cómo intervienen los otros organismos del Estado”, manifestó.

Una vez radicada la denuncia, el Juzgado de Familia (o de Paz en localidades pequeñas) debe dictar una medida de protección, que puede ser una restricción perimetral, una exclusión del hogar o alguna otra, y varía de acuerdo al caso.

La denuncia también puede hacerla otra persona. Sin embargo, aclaró Malena, “quien sufre la situación de violencia va a tener que ratificarla y es importante no ser avasallante sino empoderarla, que pueda tomar decisiones por sí misma y sostener ese proceso judicial”.

Fuente. Infocielo

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