El Banco Central perdió más de 29.000 millones dolares de reservas en las dos crisis cambiarias

Las reservas iniciaron el año en 55.731 millones de dólares y a los pocos días, el 11 de enero, saltaron a 63.906 por una emisión de deuda que realizó el gobierno al observar que el mercado de crédito se podía complicar, como finalmente sucedió.

Desde entonces, la cartera de fondos comenzó un descenso por goteo motivado por pagos de compromisos y variaciones a la baja de las divisas frente al dólar, los títulos externos y otros instrumentos financieros.

La historia empezó a agravarse el 25 de abril cuando las reservas rompieron el piso de 60.000 millones de dólares, cerrando en 59.424, en lo que sería el principio de una crisis cambiaria que duró al menos hasta mediados de septiembre.

Entre el 25 de abril y el 21 de junio, las reservas bajaron unos 10.946 millones de dólares por las ventas que realizó el Banco Central para responder a la demanda de los inversores que decidieron salir de las Lebac.

En ese lapso, el Banco Central tomó un préstamo de 2.000 millones de dólares del Banco de Basilea que fueron directamente a reforzar las reservas disponibles.
Si se observa el cuadro histórico desde el récord del año registrado el 11 de enero con 63.906 millones de dólares, la primera etapa del terremoto cambiario se llevó 15.428 millones de dólares.

La crisis cambiaria se había iniciado porque el peso perdió terreno frente al dólarluego de que el alza en las tasas de interés estadounidenses atrajera a los inversionistas, que sacaron su dinero para colocarlo en Estados Unidos.

Si bien ese fue el motivo inicial, después la “tormenta” tomó velocidad por cuestiones internas: los impuestos sobre la renta financiera de inversores extranjeros motivó una mayor salida de divisas, principalmente impulsada por bancos y fondos de inversión.

Macri anunció el 8 de mayo que la Argentina volvía a solicitar ayuda financiera “preventiva” al FMI tras 15 años y el crédito se activó un mes y medio después, cuando el 22 de junio las reservas anotaron el ingreso de 15.000 millones de dólares del FMI.

El 16 de mayo, el Jefe de Estado brindó una conferencia en Olivos en la que aseguró que la “turbulencia” había sido “superada”, pero el mercado desoyó el mensaje y siguió demandando fuertemente dólares para salir de la Argentina.

Con un reducido sistema financiero local y la plaza internacional cerrada, la Argentina se enfrentaba a la posibilidad de quedarse sin financiamiento y eso provocó un mayor aumento de la desconfianza de los inversores.

Gracias a la deuda contraída con el FMI, las reservas saltaron a 63.274 millones de dólares, con lo que el gobierno esperaba dar finalmente por terminada la crisis, pero una vez más hubo errores de cálculos y esto no ocurrió.

Incluso, el mismo día en que se confirmó el acuerdo con el Fondo se conoció que la Argentina había sido reclasificada como “mercado emergente” por el indicador MSCI, con lo que la cuestión se daría vuelta y llegarían unos 4.000 millones de dólares para negocios financieros, pero esto tampoco se dio.
Ya con la crisis de la lira turca y su contagio a las monedas de los países emergentes, la sangría de reservas se recalentó hasta descender a los 49.651 millones de dólares el viernes, bajando entonces otros 13.623 millones de dólares respecto del nivel de junio.

Así, en las dos etapas de la crisis cambiaria, las reservas del Banco Central perdieron 29.051 millones de dólares: la primera parte fue fuga de billetes que habían llegado para la bicicleta financiera; la segunda fue la salida de los dólares que prestó el FMI, por ende, deuda que le quedó al país.

Fuente. iProfesional

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