Cómo eliminar la papada sin pasar por el quirófano

 

Un encuentro con amigos, un divertido festejo o el viaje a ese lugar que siempre soñamos: el lente de nuestro celular se activa en cada uno de los momentos especiales que queremos registrar. Cualquiera de estas situaciones se convierte en una oportunidad para una selfie. Son recuerdos personales que además de atesorar queremos compartir con otros, y publicarlos en nuestras redes sociales se vuelve el paso inmediato. Pero la cámara frontal de nuestro teléfono no siempre es una aliada a la hora de destacar nuestros atributos y disimular imperfecciones. La papada, sin dudas, es una de las zonas que mayor se expone en estas situaciones.

Poner los hombros hacia atrás y estirar el cuello, maquillar el área con base oscura, evitar usar pañuelos o collares que atraigan la atención en la zona, inclinar levemente el rostro hacia el lado opuesto al que me toma la cámara: los trucos se multiplican y relajarse termina siendo imposible ante tal lista de instrucciones mentales.

¿Pero qué es eso que tanto nos molesta? Debemos saber que la piel que se sitúa debajo del mentón y en el cuello posee escaso colágeno y elastina (proteínas indispensables para que pueda conservarse tersa). “Si a esto le sumamos que su contenido de glándulas sebáceas es pobre y que se deshidrata de forma rápida, podemos explicar por qué la dermis que cubre esta zona del cuerpo suele envejecer mucho más rápido”, dice el médico dermatólogo Andrés Cordero. Pero además, los músculos del cuello también se van debilitando a medida que pasa el tiempo. “Todas estas cuestiones se convierten en una combinación infalible para que debajo del mentón comience a acumularse grasa subcutánea y se forme lo que se conoce comúnmente como papada, un motivo que provoca profunda inconformidad tanto para hombres como para mujeres”, enfatiza.

 

Aunque un origen posible se asocia simplemente a los cambios hormonales que suelen ocurrir, en general, a partir de los 30 años, también existe otra causa muy habitual que es la que deriva de los problemas de obesidad o sobrepeso que pueden aparecer como consecuencia de factores genéticos (como los relacionados con el funcionamiento de la tiroides) o de la mera incorporación a nuestra rutina de hábitos perjudiciales para la salud de nuestro cuerpo, como la mala alimentación o el sedentarismo. Podemos añadir además otras razones acordes a los nuevos tiempos: el llamado «cuello smartphone» afecta incluso a las personas más delgadas. Hoy pasamos gran parte del día doblándolo por completo hacia abajo cada vez que revisamos el celular o la tablet y esa presión que se ejerce sobre la columna lo afecta notablemente: al no poder aguantar ese peso, va comenzando a ceder y a rellenarse de grasa y toxinas.

Ahora bien, ¿podemos hacer algo para combatirla? Es cierto que cuando queremos mejorar nuestra figura y fortalecer los músculos de las piernas, la espalda o los brazos, por ejemplo, solemos dedicarle un tiempo especial a ese cuidado: salimos a correr, hacemos algún deporte, vamos al gimnasio. Pero, ¿qué pasa con los que se ubican en la zona de la papada? Es importante saber que también existen ejercicios para poder tonificarlos y así lograr la reducción (o incluso prevenir la aparición) de aquello que tanto suele incomodarnos.

Seis simples ejercicios para un complejo más que molesto

1) Parados o sentados –pero siempre con la espalda bien recta-, inclinar la cabeza hacia atrás hasta quedar mirando el techo (la zona del cuello debe permanecer completamente estirada). Una vez en esa posición, juntar los labios y extenderlos como si se mandara un beso manteniendo la tensión durante diez segundos y descansando esa misma cantidad de tiempo (10 repeticiones).

2) Colocar una pelota de tenis debajo del mentón y sostenerla apretándola contra el pecho. Presionar y aflojar repetidamente en forma lenta (10 repeticiones).

3) Pronunciar en voz alta cada una de las vocales exagerando la gesticulación (llevarlo a cabo frente al espejo permite corroborar que se lo está haciendo de manera adecuada). Sostener el movimiento realizado para enunciar cada letra durante 30 segundos.

4) Masticar chicle. La práctica resulta ideal porque se puede llevar a cabo en cualquier hora y lugar. Lo que sí es recomendable, para evitar caries, que los mismos no contengan azúcar.

5) Abrir la boca al máximo y mover la mandíbula inferior alternativamente hacia adentro y hacia afuera (10 repeticiones).

6) Levantar el mentón y colocar la mano debajo de los músculos de la mandíbula. Estirar hacia adelante y hacia arriba durante 10 segundos y relajar durante el mismo lapso (10 repeticiones).

Pero por supuesto que no debemos generar falsas expectativas: es importante destacar que todas estas dinámicas requieren de paciencia y constancia para que empiecen a notarse los primeros resultados. Se necesita que transcurra un tiempo prolongado para que los cambios resulten evidentes.

Adiós papada en 25 minutos y sin bisturí

La tecnología avanzó tanto en el campo de la medicina estética que hoy también es posible deshacerse de la grasa subcutánea acumulada en esa zona en apenas 25 minutos, sin necesidad de recurrir a cirugías. Recientemente ingresó a nuestro país un exclusivo cabezal para el sistema SculpSure, elegido por los médicos más prestigiosos de Europa y Estados Unidos, entre ellos el dermatólogo neoyorquino Paul Jarrod Frank, que atiende a celebrities como Madonna. Reduce esa grasa localizada al aumentar la temperatura del tejido adiposo entre los 42 y los 47 ºC. Para cuidar la piel, cuenta además con un sistema de refrigeración constante: lo único que sentirá el paciente durante la sesión son olas de calor y frío alternadas. Los resultados serán ya visibles a partir de la sexta semana luego de ser realizado el tratamiento y continuarán mejorando hasta las 12 semanas subsiguientes.. “Además, estos resultados están avalados por un estudio clínico realizado en Estados Unidos, donde se demostró que los pacientes obtienen un nivel de satisfacción del 100%”, finalizó Cordero, quien pertenece Pertenece al Staff Médico del servicio de dermatología del Hospital Británico de Buenos Aires.

Fuente: ámbit0.com

 

 

 

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *