Murió el último presidente de la Guerra Fría

George Bush padre, el presidente norteamericano que certificó el fin de la Guerra Fría durante su gobierno (1989-1993), murió anoche en su casa de Texas, a los 94 años. Así lo confirmó un vocero de la familia que dio dos presidentes: el patriarca y su hijo George, que gobernó entre 2001 y 2009.

Un poco más tarde del anuncio, Bush hijo aseguró que su padre “fue un hombre de gran carácter y el mejor padre que un hijo o una hija podría pedir». Apenas ocho meses atrás había muerto Barbara, la esposa de un presidente y madre de otro.

«Con buen criterio, sentido común y un liderazgo imperturbable, el presidente Bush guió a nuestra Nación y al mundo a un pacífico y victorioso fin de la Guerra Fría», dijo el presidente Donald Trump desde Buenos Aires, donde asiste a la Cumbre del G20.

La carrera de Bush abarcó setenta años. Combatió en la Segunda Guerra como piloto y al regreso se casó con su novia Barbara y fundó el linaje que no sólo dio a otro presidente en la figura de George Jr., sino también a Jeb, gobernador de Florida entre 1999 y 2007, cuyas aspiraciones presidenciales quedaron limitadas por el descalabro de los ocho años de su hermano en la Casa Blanca.

Bush había nacido en Milton, Massachusetts, el 12 de junio de 1924 y era el más longevo presidente de la historia norteamericana. Hace un año había superado a Gerald Ford, que murió a los 93. Ahora lo podría superar Jimmy Carter, cuatro meses más joven.

Su padre Prescott fue senador por Connecticut y apañó la carrera política de su hijo, que llegó al Congreso en 1967. Apenas perdió su banca, Richard Nixon lo designó embajador en la ONU. Se mantuvo dos años y a comienzos de 1976 Gerald Ford lo nombró al frente de la CIA. Eran tiempos de las dictaduras latinoamericanas auspiciadas por la Casa Blanca. A los dos meses de su llegada a la central de inteligencia se produjo el golpe en la Argentina, mientras en Chile el pinochetismo se mantenía incólume.

La llegada de Carter al gobierno arrojó a Bush al llano. Desde allí trató de lograr la candidatura republicana a presidente, en 1980. Perdió con Ronald Reagan, pero logró un premio consuelo: el ex actor lo ungió como su candidato a vicepresidente. La fórmula derrotó por amplio margen a Carter y comenzó la era conservadora de Reagan.

En ese tiempo se produjo la primera visita de Bush a la Argentina. Llegó para la asunción de Raúl Alfonsín, en la vuelta a la democracia. Aquel 10 de diciembre de 1983, el vicepresidente Bush recibió una fuerte silbatina. Un año más tarde logró la reelección como compañero de fórmula de Reagan.

En 1988, Bush arrasó a sus rivales en las primarias republicanas y luego derrotó al demócrata Michael Dukakis en la presidencial. Así llegó a lo más alto de su carrera política. A fines de 1989 cayó el Muro de Berlín y piloteó la transición de la Europa socialista mientras se desmoronaba la URSS, un proceso que se consumó en 1991.

Al tiempo que el mundo se conmovía por el derrumbe comunista, Bush invadió Panamá. Era diciembre de 1989 y se trató de una acción netamente policial para capturar al hombre fuerte del país centroamericano, Manuel Noriega.

En agosto de 1990 comenzó la intervención en Oriente Medio, como respuesta a la invasión de Kuwait por parte de Irak. Estados Unidos lideró la alianza militar que desalojó a los invasores en la primera Guerra del Golfo, en enero de 1991. Saddam Hussein conservó su lugar como líder de Irak, y recién Bush hijo podría sacarlo del poder en la invasión de 2003.

La segunda mitad de la presidencia de Bush se vio marcada por la economía. El país entró en un fuerte déficit y al mismo tiempo se rubricó el Nafta con Canadá y México. “Es la economía, estúpido”, proclamó Bill Clinton en la campaña de 1992. La economía acabó con el gobierno conservador: Bush no pudo lograr la reelección.

Alejado de la vida pública, mantuvo sus vínculos con el mundo árabe en materia de negocios petroleros y apoyó a su hijo gobernador de Texas cuando se lanzó a la presidencia en 2000.

Como presidente había visitado la Argentina en diciembre de 1990, pocos días después del último alzamiento carapintada. Estuvo en el Congreso y allí se produjo el incidente más recordado de aquel viaje: el diputado de izquierda Luis Zamora lo increpó a los gritos en plena sesión.

Fuente. Pagina12

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