El Banco Central dispuso una limitada restricción al ingreso de capitales especulativos del exterior

El Banco Central dispuso ayer aplicar encajes a los fondos de los bancos que ingresan desde las cuentas del exterior. Los encajes serán del 23 por ciento para los fondos que se mantengan en el país hasta 29 días, de 17 por ciento para los que se quedan hasta 59 días y 11 por ciento para los que permanezcan al menos tres meses. Esta es la porción de los depósitos que debe inmovilizarse. La propuesta intenta frenar la especulación de las entidades financieras, que aprovechan las elevadas tasas de las Leliq para comprar con fondos propios estos títulos del Banco Central. Para ello traen divisas de sus casas matrices en el exterior, las pasan a pesos e invierten en las letras de corto plazo para irse con ganancias extraordinarias semana a semana.

“La medida busca homogeneizar los requisitos de liquidez que se les exige a las entidades financieras para distintas formas de fondeo internacional”, explicó la entidad monetaria en un comunicado. Pero en la práctica es una limitada medida de regulación de la cuenta capital que por ahora sólo impacta para los recursos de la banca. En el BC, no obstante, intentaron justificar la iniciativa como una forma de eliminar distorsiones. “No tenía sentido el tratamiento en términos de encaje de distintas formas de financiarse de los bancos. Por ejemplo, si una entidad se fondeaba en el exterior con una obligación negociable (ON) en dólares a menos de 30 días, tenía que colocar 23 de encaje. Pero si en lugar de hacerlo con una ON, lo hacían recibiendo un préstamo no debían inmovilizar el dinero”, explicaron en el organismo.

La medida aplica únicamente a los recursos que reciben las entidades bancarias en forma de préstamos. Si un fondo internacional, como Templeton, decide ingresar divisas al país para apostar por la tasa de interés no se le aplica esta regulación. El Central pretende no confrontar con los capitales de inversión, que a partir de abril fueron los que decidieron iniciar la corrida cambiaria con una venta masiva de Lebac. El programa monetario de Sandleris de emisión cero requiere el ingreso de divisas del exterior para permitir que la baja de la tasa no provoque nuevas presiones cambiarias.

En ese contexto financiero, el dólar cerró ayer en 36,38 pesos, al disminuir 15 centavos. El tipo de cambio mayorista se ubicó en 35,40 pesos, al retroceder en 10 centavos. La paridad de la divisa quedó al borde del piso de la banda cambiaria. El lunes, ese valor perforaría el umbral inferior. La cotización del dólar siguió bajando a pesar de que el Central bajó la tasa de interés en pesos en algo más de medio punto. En la licitación de Leliq de ayer se ofreció un rendimiento máximo de 66,897 por ciento y un rendimiento promedio de 66,654 por ciento. Las tasas del día anterior habían sido de 67,499 y 67,130 por ciento, respectivamente.

La autoridad monetaria colocó Leliq por 139.274 millones de pesos. El vencimiento era de 139.380 pesos. Esto significa que casi no hubo variación en el stock de pesos en circulación. Los pasivos monetarios en estas Letras de corto plazo ya acumulan 591.779 de pesos y explican pagos de intereses diarios equivalentes a 1100 millones de pesos. En la medida que se siguen sumando pasivos monetarios, la autoridad monetaria también continúa perdiendo reservas internacionales, con la excepción del ingreso de dólares por deuda del Fondo Monetario. En la jornada de ayer las reservas cerraron en 53.063 millones de dólares, con un retroceso de 179 millones. La caída es todavía mayor si se compara contra el pico de 54.220 millones de dólares que había a principio de mes. Se trata de un retroceso de 1160 millones de dólares en nueve días.

En el Central aseguraron esta semana que las reservas recibirán pronto un nuevo refuerzo a partir de la llegada de una ampliación del swap con China. El monto es de 8700 millones de dólares. La entidad no consigue acumular divisas que no se vinculen con el ingreso de nuevos préstamos financieros. La diferencia con el año pasado es que estos dólares no entran por créditos con acreedores privados sino que se negocian con organismos internacionales y bancos centrales. La señal es clara e indica desconfianza de los inversores sobre la posibilidad de repago del país.

Fuente. Pagina12

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