Actividad física: la mejor aliada incluso durante el trabajo

¿Quién no argumentó falta de tiempo a la hora de justificar que no realiza actividad física? Si bien es sabido que el ejercicio es bueno para mejorar las funciones cardiorrespiratorias, la salud muscular y ósea, además de reducir el riesgo de depresión, uno de cada dos argentinos es sedentario según la última Encuesta Nacional de Factores de Riesgo.

Ante este escenario, ciertas empresas se animaron a un cambio e implementaron rutinas en horas laborales no sólo para mejorar la salud de sus empleados, sino también sus estados de ánimo y, en consecuencia, el clima de trabajo. Con programas propios o con servicios tercerizados, los conceptos de pausas activas crecen, las compañías se adaptan para quienes optan por llegar en bicicleta y hasta se diseñan programas destinados a ejercitar las emociones con el fin de alcanzar objetivos. Ámbito.com se contractó con los responsables de tres experiencias innovadoras.

  • Pausas con gimnasia pensada desde la ergonomía

    Una pausa de entre cinco y 15 minutos es siempre saludable en el trabajo, pero cuando además, en esos recreos se suman propuestas para que los empleados hagan estiramientos y otros ejercicios que lo ayuden a nivel corporal, resultan aún mejores. Eso es lo que propone Pausa Activa, un servicio de gimnasia laboral ideado por la kinesióloga Enriqueta Sonnabend y que ofrece planes personalizados de acuerdo a las características propias de cada puesto de trabajo, además de ofrecer también masajes exprés.

    «Pausa Activa es una propuesta ergonómica que busca solucionar situaciones en el ámbito del trabajo que no se pueden resolver de otra manera. El ergónomo analiza en el mismo puesto cómo cada empleado desempeña las tareas y luego propone qué hacer en las pausas. Se eligen movimientos para contrarrestar el llamado ‘gesto laboral’, es decir las posiciones que se adoptan para las tareas administrativas u operarias, como levantar peso u accionar máquinas. Los movimientos elegidos servirán para relajar las partes del cuerpo que están puestas en acción durante la jornada», detalló Sonnabend.

    La gimnasia laboral, dictada por profesores de yoga o educación física, consta de rutinas de cinco a siete minutos que se realizan al lado de los puestos de trabajo. Los movimientos elegidos pueden variar según la frecuencia con la que se realizan. Sonnabend explicó que lo óptimo es incorporar este hábito tres veces por semana, pero si se realiza una vez cada siete días, se priorizarán ejercicios de movilidad articular y elongación muscular. 

    «Las empresas que implementan las pausas activas se está animando a un pequeño cambio cultural que acarrea un gran impacto en los empleados. Invito a las compañías a que se internen en el tema, que dejen a un lado los prejuicios y prueben esta estrategia», concluyó.

  • Experiencias dentro de las compañías

    En la actualidad, existen empresas que implementan programas propios para que los empleados incorporen el ejercicio en las horas laborales y reportan resultados muy positivos, ya que se genera un ambiente más optimista, con cambios en las relaciones interpersonales.

    «Los veo orgullosos de ellos mismos, felices con su ejercicio diario», comentó Martín Bambatti, Sr. Engineering Manager de la empresa Eventbrite, a la par que aseguró que él mismo también da el ejemplo. «En invierno voy en bici a trabajar, me gusta y me hace sentir bien. En verano alterno entre correr y bici. Lo pude hacer gracias a que en la oficina contamos con un camarín con ducha y todos los elementos necesarios para desayunar y arrancar luego de la actividad física», comentó.

    Además de poseer el vestuario con servicio de toallas, la empresa fomenta el ejercicio a través de una política de horarios flexibles, en la que se permite usar tiempo de la jornada laboral para practicar algún deporte. También cuenta con un parking lotexclusivo para bicicletas y un comedor con opciones saludables para el desayuno, o bien para reponer energías luego de ejercitarse. Por último, organiza concursos como «salto de cuerdas».

  • Las emociones también pueden ejercitarse

    Hay quienes sostienen que, para lograr objetivos tanto laborales como personales, la mente y las emociones también deben ejercitarse y con 15 minutos al día, basta. Así lo plantea la coach Mariana Ferrari en una novedosa rutina que creó y llamó Fitness Emocional. Se trata de una disciplina que busca trabajar mente, emociones y cuerpo a la vez y que combina el movimiento con técnicas de coaching.

    «¿Alguna vez te pasó que tenés una reunión importante y te falta esa cuota de ´seguridad’ para negociar eso que querés conseguir? ¿Te sucede que pese a tener éxito, adentro tuyo suena como una radio ´negativa’ que te dice una y otra vez todo lo que te falta para llegar? ¿O te pasa que si te enojas por algún motivo, por mucho que no lo quieras demostrar, se te nota en la cara porque sos transparente? Entonces el Fitness Emocional es para vos», sostuvo Ferrari, quien se capacitó en la «Mastery Universitiy» de Tony Robbins, un orador motivacional estadounidense que coacheó a figuras como Bill Clinton y Mijail Gorbachov.

    «Nos dicen que para conseguir nuestros objetivos, tenemos que ser positivos. Pero no nos dicen cómo y el cómo es lo más importante», indicó Ferrari y dijo que a lo que a lo que hay que apuntar es a «reprogramar la mente» ¿Pero cómo se logra esta reprogramación? Si bien Ferrari dice que «no es de la noche a la mañana», basta con sólo 15 minutos por día y ser constante. En ese sentido diseñó una rutina para trabajar la mente consciente y sub consciente que consta en activar centros energéticos, marchar, visualizar objetivos, expresar en voz alta las emociones que necesarias para conseguirlos por último, agradecer de antemano por haberlos logrado.

Fuente: ámbito.com

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