Brecha gorda: las desiguales consecuencias de la crisis

El ajuste tiene muchos brazos: la pobreza, el desempleo, la precarización del trabajo, la pérdida de acceso a bienes y servicios públicos. Un análisis de las políticas de Cambiemos y su impacto muestra que en cada una de estas áreas, varones y mujeres son afectados de modo desigual, dado que el tipo de inserción laboral de cada uno es muy distinto. El aumento de la desocupación, que subió en segundo trimestre de 2018 con respecto al mismo período de 2017, se explica en gran parte debido a que creció el porcentaje de mujeres que están teniendo que salir a buscar trabajo. Las mujeres son también las más expuestas a la precarización laboral y a la imposición de bajos niveles salariales. El desempleo es más alto entre las mujeres jóvenes, de hasta 29 años, y sube incluso más si viven en el Conurbano. La pérdida de valor adquisitivo de la AUH es otro elemento del mismo paisaje, ya que esta asignación había implicado una mejora significativa en la vida de las mujeres más pobres, y ahora está licuada. En este marco, el Presupuesto 2019 enviado por el Poder Ejecutivo al Congreso abre la puerta a que la inequidad de género siga ampliándose, ya que recorta áreas sensibles para las mujeres.

Los cada vez más frecuentes declaraciones del presidente Mauricio Macri en favor del reconocimiento de los derechos de las mujeres se revelan así como vacías. “Si se quiere mejorar la condición económica de las mujeres se requiere, más allá del discurso, diseño, implementación y financiamiento de políticas públicas con perspectiva de género. Esta asignación deficiente de partidas presupuestarias para cuestiones de género presenta una clara contradicción con el discurso sostenido desde Cambiemos respecto de las políticas de equidad”, dicen Eva Sacco, Alejandra Fernández Scarano, Débora Ascencio y Julia Strada en un informe del CEPA sobre el ajuste y las mujeres del que fueron extraídos estos datos. El análisis toma la dinámica de empleo y el Presupuesto 2019. A continuación, sus principales puntos:

  • Brecha: el punto de partida es que las mujeres realizan la mayor parte del trabajo reproductivo no remunerado al interior del hogar (tareas domésticas y de cuidado), dedicando tres horas diarias más que los varones a esas tareas. Esto conforma una doble jornada laboral, donde las mujeres disponen menos horas para el trabajo productivo y remunerado. Como consecuencia, las mujeres se insertan de forma mayoritaria en el trabajo informal y, cuando logran insertarse en el trabajo registrado, lo hacen fundamentalmente en profesiones con carga de cuidado que, por estar asociadas a las tareas reproductivas no remuneradas en el hogar, tienen una penalidad en las remuneraciones. La brecha de ingresos entre varones y mujeres actualmente se ubica en el 27 por ciento.
  • Desempleo: La tasa de desocupación, que en el segundo trimestre de 2017 era de 8,7 por ciento, en el segundo trimestre de 2018 subió a 9,8 por ciento. Eso implica alrededor de 250 mil desocupados nuevos. En buena parte, el aumento del desempleo se explica por el crecimiento de la tasa de actividad femenina, que aumentó un punto, de 45,4 a 46,4 por ciento. Es decir que creció el porcentaje de mujeres que volcó a la búsqueda de empleo, mientras que la tasa de actividad masculina se mantuvo estable.
  • Jóvenes: El aumento de la desocupación afectó especialmente a las mujeres de hasta 29 años, entre las que la tasa de desempleo trepó al 21,50 por ciento. Este porcentaje es todavía más alto en el conurbano, donde ascendió a 24,6 por ciento.
  • Precarizadas: los nuevos empleos creados en el período son íntegramente trabajo en negro y cuentapropista.
  • Jefas de Hogares pobres: del primer semestre del año pasado a este, la pobreza creció un 2,5 por ciento. El CEPA apunta que si bien no existen grandes diferencias entre el porcentaje de mujeres y varones pobres, sí la hay cuando lo que se considera es a cargo de quién están los hogares pobres: el 66 por ciento de las familias con menores a cargo e ingresos por debajo de la línea de pobreza son monoparentales con jefatura femenina. De los pobres, son hogares biparentales el 34 por ciento, y monoparentales a cargo de varones un 6 por ciento.
  • AUH: Es en ese escenario que debe reconocerse la importancia que tiene la Asignación Universal por Hijo para las mujeres. Dicho esto, desde la asunción de Cambiemos, la pérdida de poder adquisitivo de la AUH fue constante. La caída desde 2015 fue de 9,54 en promedio. Considerando que la asignación es de 1.683 pesos, el poder de compra perdido es el equivalente a bienes por 160 pesos.

El Presupuesto 2019 recorta los fondos destinados a cuestiones de género, en sintonía con el objetivo de déficit cero comprometido por el gobierno con el FMI. Si se compara el total de programas que contienen políticas de género del 2019 comparado con 2018, el ajuste en términos reales es de 19,1 por ciento. Partidas clave como la destinada al Instituto Nacional de la Mujer sufren una caída en términos reales del 11,5 por ciento.

  • Subejecución: Por otra parte, del presupuesto de este año fueron subejecutadas partidas sensibles para las mujeres. Por ejemplo, en un año en el que se debatió el aborto legal, del presupuesto del Programa Desarrollo de la Salud Sexual y la Procreación Responsable sólo se usó un 24,2 por ciento. La subejecución del conjunto de los programas (hasta el mes de septiembre) fue del 61,7 por ciento.

 

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Fuente. Pagina12

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