La sutil interna de las universidades

Al mejor estilo Edward Scissorhands, el ministro de Economía nacional, Nicolás Dujovne, se sentó en el mullido sillón de su despacho y, emulando al “joven manos de tijera”, diseccionó el boceto de presupuesto para el próximo año.

Días antes, el presidente Mauricio Macri firmó el decreto que profundiza el ajuste que realiza en el Estado. Objetivo: ahorrar unos 20 mil millones de pesos, alcanzando a los ya famélicos fondos de las universidades públicas y preanunciando “tormentas” (Macri dixit).
Varias unidades académicas ya manifiestan su preocupación, como las de Florencio Varela y Mar del Plata, de perfiles partidarios diferentes pero que, como en el poema de Borges, no están unidas por el amor sino por el espanto.

Pero no todo es futuro, también preocupa el presente. Las restricciones económicas provocan retrasos en el flujo de dinero hacia las universidades nacionales, que hacen malabares para seguir adelante con sus planes.

Y aquí es donde aparecen las “mini-grietas”, o las grietas con toga. Como la sociedad misma, también entre las instituciones en territorio provincial existen diferencias de tono en el reclamo, según su ubicación en el mapa político – partidario.

No es igual la situación de una universidad tradicional de la Provincia (La Plata, Centro o Bahía Blanca) que la de una de las “nuevas” (Avellaneda y Florencio Varela, por caso).
Las últimas, surgidas al calor de los últimos gobiernos peronistas, suelen estar alineadas con quienes les dieron existencia, radicalizando o suavizando su reclamo de acuerdo con el color político del gobierno de turno.

En ese marco aparecen rectores más dialoguistas, enrolados en lo que denominan “Universidades Reformistas” (radicales, socialistas). Un segundo bloque lo conforman aquellas a las que algunos llaman “Peronistas no K” o “Peronistas moderadas”, que alzan su voz pero siempre con proclividad al acuerdo y al diálogo.

Por último, un tercer sector, que tiene un cordón umbilical que lo une al kirchnerismo, duro en sus demandas hacia el gobierno de Cambiemos.

En esta trinchera se enrola la Universidad Arturo Jauretche, ubicada en el distrito de Florencio Varela. Su rector, Ernesto Villanueva, expresó a La Tecla que “el drama que tenemos es por los sueldos. Como en cualquier repartición estatal, el 85 o el 90 por ciento del presupuesto se va en sueldos. En el caso nuestro, no tenemos fondos para esos sueldos de los últimos dos meses, porque el presupuesto para 2017 no dio cuenta del incremento de estudiantes. Para pa-gar el aguinaldo de diciembre se nos hicieron adelantos financieros a cuenta del presupuesto de 2018, por eso en octubre ya no tendríamos có-mo hacer frente a los salarios hasta fin de año”.

Aunque otras casas manifiestan su preocupación y alzan sus reclamos, no resulta frecuente que lo hagan con la vehemencia de la Jauretche.

“Hay muchos rectores que quisieran ser más combativos, aunque a veces se contienen porque el Gobierno tiene maneras de disciplinarlos. ¿Cómo? Abriendo y cerrando el chorro, incluso a través de los programas”, confesó uno de los rectores con más experiencia dentro del concierto universitario.

Fuente: La Tecla

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