Rebelión en el chacra: el auge del sexo tántrico

Primero un amigo, a los pocos días escuché en un bar que hablaban de ir a ver de qué se trataba. Después, un compañero de Budismo me contó que tenía ganas de ir a Tantra para hombres, sin importarle que su novia andaba por ahí. No aguanté más y googleé Tantra para hombres. Internet me llevó a una página de Facebook: «Si observás el camino de la sexualidad en occidente vas a ver que el Tantra, no como religión sino como filosofía de vida, es una liberación de la sexualidad: para vivirla sin los estereotipos sociales de cómo, con quién y bajo qué nombre tengo sexo. Su práctica implica el fin del patriarcado». Me vino a la cabeza una cita de Perlongher: “No buscamos liberar al homosexual. Liberar a la homosexualidad, o mejor dicho, a la sexualidad de todas las personas. Buscamos que no haya homosexuales y heterosexuales; sino que todas las personas puedan vivir libremente su sexualidad sin que a nadie le importe”, y pensando qué tendría el Círculo Tántrico de Perlongher, les envié un Inbox.

Tantra para principiantes

El origen del tantra es milenario. Surge en tiempos cercanos a la desaparición de Buda, con el maestro Saraha. Los Tantras Tibetanos, Acetas y en otras disciplinas filosóficas y espirituales como el Yoga y el Reiki también dejan el sexo de lado diciendo que trabajan para sublimar la energía sexual mediante la meditación, pero sin contactos corporales; esto es el Tantra blanco o el de la mano derecha. Por el contrario, el Tantra Rojo o de la Mano izquierda, trabaja con el contacto sexual. Osho es uno de los exponentes, pero nuestra comunidad (LGBTIQ) no lo respeta, a partir que se pronunció contra los gays en los tiempos del SIDA cuando escribió: “La homosexualidad es absolutamente anti espiritual. Porque no puede darte una agudeza en tu sensualidad, no puede hacer que tu placer sea un indicador de una felicidad más alta. Es estar atascado, no es un viaje, no estás yendo a ningún lado. El encuentro entre hombres y mujeres es un viaje para entender el polo opuesto y las dialécticas de la vida. Sin esta lección no te puedes mover alto en la consciencia, en la felicidad, en la espiritualidad”. El Tantra rojo trabaja la espiritualidad a partir del sexo, sin negarlo, en todas sus dimensiones, con la mira en liberar lo contenido.

Delfín Pagano, el coordinador del Taller de Hombres Tántricos, me cita en la ex Perla del Once, donde Tanguito y Lito Nebbia compusieron La Balsa. Me lleno de emoción de volver a ese mítico bar donde se gestó la primera canción del rock nacional. Delfín llega cinco minutos antes y relajado. Tiene ojos muy claros y una panza que me hace pensar en un Buda de colores que vi en una tienda de regalos. “Lo que se hace ahora es Neo-Tantra” me dice mientras pide un café. “La sexualidad en nuestra sociedad tiene que expandirse. Porque es energía creativa; es la energía de la vida. Estas prácticas producen múltiples dimensiones de liberación, sino te perdés dar o recibir un abrazo, de mirar a los ojos a un compañero de trabajo…”.

¿Pero, en qué consiste lo tántrico?

-El tantra implica transformar lo ordinario en extraordinario, una alquimia. El chamanismo habla de la deconstrucción, y para Carlos Castaneda sería parar el mundo y desarmar todo. Maithuna es un ritual, más viejo que el Tantra, una orgía sagrada de origen paleolítico, basada en una sociedad matriarcal. Se conserva ese legado, en el texto más antiguo de la India, donde se endiosa a la mujer. La unión de Shakti  y Shivá hace que se cree el universo y a partir de esto se desencadena la sexualidad sagrada.

Suele relacionarse el tantra con las defunciones o con prolongar el placer para dilatar el orgasmo.

-Como diría Paul B. Preciado, eso es por la industria farmacopornográfica. No podemos llegar a esos héroes sexuales, drogados, que producen las películas porno. Todos tenemos esa escuela, porque no hemos tenido una escuela de placer sexual, sino una de sexo reproductivo, de sexo hegemónico, robótico. Cuando uno se hace presente en la sexualidad, ahí se produce la magia. Hay un trabajo con la respiración, con la lentitud, con el sexo lento; es un poco eso.

¿Qué vienen a buscar los hombres que se acercan?

-Una experiencia diferente, vivir algo distinto. Alguno interpreta mal al principio, cree que es más sexual que lo que termina siendo. Otros piensan que es menos sexual que lo que resulta; eso no sé si lo puedo medir yo. Pero la mayoría entiende de qué se trata y se lleva algo que no dimensionaban. Quieren explorar algo nuevo y se animan.

¿Cómo definirías la gente que viene? ¿La mayoría son gay?

-Yo no pregunto. Algunos sí, me preguntan si es un taller para gays y le digo que hay de todo. Hay quienes se definen de esa forma, otros como héteros; son formas. El nombre que se impone algo, se limita, se encasilla. Este festival de nombres, LGBTI, que hay para definir a alguien, no sé si aporta; sé que es inclusivo, es diverso, pero… Lo mejor es no ponerle nombre a las cosas, sino vivir el aquí y ahora, lo que sucede y dejar que suceda. Por lo que intuyo, hay un 60% de público gay, el resto más bien bi, y algún casado. El testimonio que te pasé por WhatsApp está con una mujer, y si le preguntás, creo que te va a decir que es hetero. Él venía al mixto y le propuse ir al de varones para polarizar la energía. Se animó y se sintió muy liberado.

¿Qué buscás coordinando estos talleres?

-Despertar. Abrir. En cuanto a lo sexual busco reparar y después el placer, partiendo de la base que hay partes del cuerpo está bloqueado; los chacras. Reich hablaba de las corazas. Creo que todos somos bisexuales y que el gusto por algo está construido. Que guardamos memorias de fantasías sado-masoquistas, homosexuales; y está ahí esa energía. La sexualidad necesita ser liberada y experimentar. Expandirse. El Tantra es de algùn modo una sexualidad aséptica en ese sentido, entonces la plenitud y la energía que te llevás es tan potente como el primer amor, como volver a la adolescencia. La gente que viene, y no sucumbe a las resistencias, vuelve.

A ver si entendí bien: ¿Tu propuesta es flexibilizar las identidades? Correr los límites…

-Me interesa romper estructuras. Muchos se movilizan por alguna fantasía más hétero y de golpe se encuentran con algo que les hace ruido. Que tengan más contacto sexual es lo que les hace ruido porque tienen un tema con eso. Hay ejercicios más amorosos y otros que no. La sexualidad que vivimos en Occidente, en el siglo XX, capitalista, tiene que ver con un sexo recreativo, sin compromiso afectivo, que no condeno pero es una forma de sexualidad que nos termina llenando de culpa. Lo que hace el Tantra es reconectar la sexualidad, no con las fantasías a cumplir, que sería racional, sino con la sexualidad desde la hermandad, y eso es más movilizante.

¿Se busca la erección o se trata que no aparezca?

-Muchos me preguntan por eso, parece que es un tema que preocupa. No pasa nada, es lo más natural. Además, si vamos a hacer el masaje lingam, que es en el pene, mejor es que esté erecto que caído; igual, si está caído no pasa nada, lo hacemos igual. Muchos tienen la expectativa que pase algo más y te preguntan qué pasa si no me puedo contener. Y, no pasa nada. Pero no sucede.

¿No hay gente que apenas la toquen tenga orgasmos?

-No me pasó. Pero si pasa, no pasa nada. En la práctica se busca no eyacular, pero sin llegar al dogmatismo.

¿Conocés gente que a partir de estos talleres hicieron amistades, relaciones o garches?

-Alguno viene con esa expectativa. Lo que pasa después del taller, no pregunto, no me interesa. En el grupo mixto sí, un chico formó pareja con una chica; ahora vienen juntos.

En la página de Facebook propones salir de lo heteropatriarcal. ¿Qué quisiste decir con eso?

-Cuando estás acariciándote entre 4 o 5, como pasa en el taller mixto que no es nudista como el de hombres, implica la ruptura de algo hegemónico que es la pareja monógama, heterosexual. En los swingers ves mujeres arrastradas por los maridos para vivir esas experiencias, y eso es feo porque te encontrás con el sometimiento de la mujer. El Tantra propone esta experimentación sexual desde lo amoroso, no obligatorio, abierto.

¿Por qué pensás que está tan en boga el tantra?

-Hay círculos de hombres que se planean las nuevas masculinidades y es interesante pensarlo desde el Tantra y la alquimia. Poder armonizar y trasmutar el plomo en oro, generar una energía creativa. Esto se logra cuando se llega a contemplar el interior, más allá de lo femenino y lo masculino; eso es lo mejor que le puede pasar al hombre patriarcal, que debería buscar su lado femenino e incorporarlo en su sexualidad. Es ahí cuando va a cambiar y a transformarse y salir del patriarcado. Aunque no todos se dieron cuenta, hay un economista en televisión hablando de Tantra…

¿Cómo funciona el grupo de mujeres?

-El grupo de mujeres que coordina mi pareja tiene dinámicas de Tantra, pero son las más suaves que te podés imaginar. Son caricias, papachos, contención. Hay un lenguaje afectivo que tienen las mujeres en general, por supuesto, que pasa por algo más tierno, más recato.

Parece un pooco descatualizada esa imagen. Hay muchas tortas y tambièn no tortas que no entran en ese esquema. Y què decir de toda una poblaciòn re liberada, las mujeres que van en buisca del  multi-orgasmos a través de métodos no convencionales como podría ser el tantra…

-Pero ese perfil que describìs no es espiritual. En el grupo de mujeres con mujeres no hay masajes yoni, ni están desnudas; todavía eso no se puede hacer… Mi pareja ha hecho algunos masajes pero en ningún caso según me cuenta, se llegó a que alguna se sacara la bombacha, por ejemplo. Y a otras les cuesta la continuidad. Salen corriendo, creo que aquì tambièn està funcionando algo del mandato del patriarcado; no se lo pueden sacar de encima tan fàcil. Ni ellas ni ellos,  ojo que muchos hombres tampoco.

EL TALLER

Hay 17 hombres, entre 20 y 60 años, pero la mayoría promedian los 30 o 40 años. Hay variedad de cuerpos, desde tìpicos esculturales con pectorales marcados y pezones fluorescentes hasta una amplia gama de pesos pesados y plumas. La música son sonidos envolventes, suspendidos en el espacio, como un largo aliento que se interrumpe por un cuenco y unas campanillas. Después de desnudarse y sentir el aura de uno mismo y la de los compañeros se hace el intercambio de energía y el abrazo circular. Después viene la dinámica del empoderamiento: El Tribal de los Haka con gritos cavernícolas. Se trabaja con las figuraciones del padre, del niño interior, de la madre; quizás la parte más sensible del taller donde los abrazos y los dichos al oído del compañero resultan reparadores. Después, los cuerpos desnudos deambulan con los ojos vendados, para activar los sentidos. La consigna es encontrar a un compañero, o a más, para el masaje de los 7 chacras, que incluye el lingam en el estado en que se encuentre el pene (en esta reunión vi solo dos erecciones y a todos muy concentrados); la duración de este ejercicio final, quizás el más jugado del taller, no excede los 5 minutos.

YO FUI TESTIGO

Cuando termina el taller, camino con Carlos hasta una sala rodeada de plantas y ventanas. Sentados en un banco frío me cuenta que tiene todos los Soy, desde el Nº 1, que leyó a Gurdjieff, a Carlos Castaneda, que le interesa el camino del conocimiento de uno mismo y atravesar límites. Dice que está ahí porque le interesa de-construirse como persona y que esta práctica lo libera y lo hace sentir bien con su cuerpo. Después toma aire y me cuenta que nunca estuvo desnudo con otra gente, acá fue la primera vez.

Damián Martínez: “Hago teatro y desde hace bastante tiempo que estoy con la onda tántrica, o sea que manejo el tema del cuerpo. Acá te reencontrás por dentro. Podés verte de chico, tus miedos… Doy teatro y con esto llego más lejos y mejor al otro. Si tuviera pareja vendría con él, porque acá no hay posesión y es eso lo que crea los celos, las neurosis y los mambos tipo vos: sos mío y yo soy tuyo. Estar en libertad es más lindo, sin que nadie te prejuzgue, porque acá hay libertad e igualdad. Te sentís respetado: No sos ni lindo ni feo, ni gordo ni flaco, ni rubio ni negro; todo vale”.

Lucio: “Vine por curiosidad. Vamos a hablar en criollo: Hay de todo en estos lugares y en algunos que fui me sentí mal porque la cosa terminó en una orgía. Lo que busco es sentirme bien”.

Enrique está separado y es la cuarta vez que participa: Lo que me hace volver es el grupo. Encontrarme con esa energía masculina, con la cosa fraternal (entre comillas) de hombres porque socialmente hay poco contacto entre hombres… hay mucha competencia. Para mí fue romper prejuicios que iba cargando, como que el hombre no puede sentir, no puede expresarse. Estos lugares te habilitan a ser una persona que siente, dejando de lado el condicionamiento social».

OTROS VOCES, OTROS ÁMBITOS…

“Nudismo – Tantra – yoga para hacer amistad en Buenos Aires” es un grupo cerrado de Facebook creado hace 2 años con 167 miembros, de los cuales, más de 21 pidieron ser aceptados en los últimos días; lo que muestra el creciente interés por esta práctica.

Martín Alejandro, coordinador de Tantra Meetup, prepara Las Terceras Jornadas de Tantra para Hombres 2018, que se realizará durante noviembre en nuestro país. “Lo que hacemos es explorar y mejorar áreas que no son relacionadas con el placer sexual masculino, abordamos las disfunciones pero también el bienestar general solitario, mutuo o grupal. ¿Cuáles son las reglas para participar? Que sean mayores de edad y estén cómodos haciendo ejercicios en una colchoneta. Las actividades son parecidas a las de una clase de yoga convencional pero apuntando a la expansión personal, al bienestar y a los aspectos sexuales que hacen a la persona.”

Yoga Desnudo Buenos Aires es un lugar que ofrece clases de yoga, no de tantra. Alejandro Jorge, su director, aclara para Soy: “Ambas son prácticas meditativas pero tienen sus diferencias. En este momento me encuentro en Barcelona, doy clases aquí, lo único que te pediría es que si vas a hacer una nota no la hagas en tono sarcástico”, dice para mi sorpresa. El maestro yogui, nudista, de 45 años, asegura que lo que no pasa nunca en sus talleres es la excitación: “Porque no es un momento sexual, sino para estar a solas consigo mismo. Sus clases de hatha vinyasa incluyen lecturas de filosofía yogui para conectar con lo profundo. No hay nada obsceno ni maquiavélico en nuestros cuerpos”. Cuando abrió las clases de Yoga desnudo, los primeros que respondieron fueron hombres. “No hubo manera de montar un grupo femenino. Te aporta liberación, aprendés a reconocer tu cuerpo tal cual es y a no sentir vergüenza.”

Álvaro, de Kamala Tantra Barcelona, está por venir a Buenos Aires para realizar sesiones de masaje tántrico, sexcoaching y talleres de Tantra para parejas. El grupo Tantra para hombres lo hacen en Retiros con ejercicios de modulación energética a través de rituales y pujas para conectar con el poder masculino y con la conciencia sexual. Habrá masaje, Tantra Kriya Yoga, Empowerment, relax en la piscina, spa, y cena bajo las estrellas.

Fuente. Pagina12

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