Qué factores pueden causar asma bronquial

El asma es una patología que se puede ubicar dentro de las principales enfermedades no transmisibles. Se trata de un trastorno crónico que provoca inflamación y, en consecuencia, estrechamiento de las vías que conducen el aire a los pulmones.

De acuerdo a las cifras difundidas por la Organización Mundial de la Salud (OMS), afecta a alrededor de 235 millones de personas en el mundo, mientras que cada año mueren 383.000 personas a causa del asma. La mayoría de los fallecimientos se dan en países de ingresos bajos y medianos bajos.

La prevalencia en cada nación varía en función de diversas variables, por lo cual es difícil establecer un número certero de la prevalencia a nivel mundial. No obstante, es posible afirmar que es una enfermedad que afecta entre el 1 y el 18% de las personas en la mayoría de los países del mundo. En Argentina, por su parte, “el asma bronquial tiene una prevalencia de entre 6 y 9%”, explica el Dr. Ignacio Martín, del Servicio de Neumonología de los Centros Medicus.

Las causas que llevan a un paciente a desarrollar asma bronquial son diversas, por lo que se puede decir que se trata de un trastorno de causa multifactorial. Esto significa que son varios los factores que intervienen en la persona y la llevan a padecer este tipo de enfermedad. “Algunas infecciones respiratorias, el ejercicio, algunos medicamentos particulares, como la aspirina, y ciertos compuestos químicos inhalados con frecuencia son algunos de los elementos que pueden provocar asma bronquial, sin que exista necesariamente un proceso alérgico de fondo”, indica el especialista. Además, es importante aclarar que es la predisposición genética en conjunto con la exposición a factores medioambientales las que pueden causar este tipo de patología.

Las personas que tienen asma bronquial suelen manifestar momentos de “ataques de asma”, que, desde el punto de vista médico, se conocen técnicamente como exacerbaciones. También llamadas agudizaciones o crisis asmáticas, son episodios de empeoramiento agudo o subagudo de los síntomas o de la función pulmonar respecto a la situación de base del paciente, que requiere modificaciones en el tratamiento. Su intnesidad es variable, dado que va desde episodios de carácter leve -que pueden incluso pasar inadvertidos incluso para el propio paciente- hasta otros de gravedad extrema -que ponen en peligro la vida de la persona y pueden conducir a la muerte -asma casi fatal o fatal-.

Este tipo de reacciones encuentran su causa en diversos factores alrededor del paciente, que pueden variar de persona a persona. El Dr. Ignacio Martín los define como “factores desencadenantes, que son aquellos cuya exposición origina la aparición de síntomas en pacientes con asma”. Dentro de este grupo se pueden encontrar elementos de todo tipo, que pueden estar presentes en la vida cotidiana de la persona o no estarlo. Los factores ambientales, como la contaminación, el clima, el moho o el polen en el aire, se encuentran entre los principales causantes de exacerbaciones. A su vez, el  humo del tabaco, los perfumes fuertes o los pelos de perro o de gato también se pueden ubicar dentro del grupo de factores medioambientales. Por otro lado, es común que quienes trabajan en sitios donde se utilizan productos químicos y padecen asma sufran exacerbaciones como consecuencia de su aspiración.

Por último, hay otros elementos que pueden ser causa de este tipo de reacciones. Algunos fármacos -como los ATB, los betabloqueantes o los AINES-, los alimentos, el estrés, el ejercicio o el veneno de algunos insectos son algunos de los factores que se ubican dentro de esta categoría.

¿El ejercicio físico puede provocar ataques de asma? Sí, aunque parezca una contradicción, es posible que esto suceda. “Si no está bien controlado, la práctica de cualquier tipo de deporte puede desencadenar una crisis de asma”, explica el especialista de Medicus. Los pacientes asmáticos pueden realizar cualquier tipo de ejercicio o deporte, pero a la hora de hacerlo es importante tener en cuenta algunos aspectos para prevenir una exacerbación. Evitar cambios bruscos de temperatura, elegir preferentemente deportes en lugares cerrados, precalentar correctamente y utilizar medicación previo al ejercicio -para los pacientes que lo requieran- son algunos de los recaudos que se pueden tomar al momento de practicar algún deporte. Así, se mantendrá el estado de salud del paciente y la enfermedad permanecerá controlada.

En cuanto al tratamiento, es importante aclarar que el asma bronquial es una enfermedad crónica, por lo que quienes la padecen deben recibir y cumplir un tratamiento de por vida. El Dr. Martín aclara que “se trata de una terapia permanente de mantenimiento con medicamentos inhalados para poder controlar adecuadamente los síntomas recurrentes”. Los médicos llevarán a cabo un tratamiento farmacológico “escalonado”, es decir que aumentarán o disminuirán su intensidad de acuerdo a la evolución clínica y funcional de la enfermedad.

Si bien la patología no tiene cura, el objetivo del tratamiento es mejorar y mantener la calidad de vida del paciente. Así, apunta a la prevención de síntomas, tanto diurnos como nocturnos, a usar la medicación de rescate no más de dos veces por semana y a mantener la función pulmonar normal o casi normal. A su vez, se busca que la persona pueda vivir su día a día sin restricciones -tanto para la vida cotidiana como para el ejercicio físico-, prevenir las exacerbaciones y reducir la mortalidad y minimizar la pérdida agresiva de función pulmonar.

Fuente: iprofesional

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