Argentina es el país más propenso al cáncer por uso del glifosato

Cada vez son más las pruebas de que el uso del agrotóxico –o más conocido como glifosato- atenta contra la tierra y especialmente contra la salud de los animales y seres humanos.

Según una investigación de la Facultad de Ciencias Exactas de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP), los residuos de este líquido que se destina para matar las malezas de las cosechas, es un“peligroso herbicida con potencial carcinogénico”.

Argentina es uno de los países que más utiliza este polémico producto, el cual es responsable de decenas de casos de personas con malformaciones o distinto tipo de cáncer.

En palabra de Damián Marino, científico del Centro de Investigaciones del Medioambiente (CIM), “en los últimos 10 años entraron más de 1000 millones de litros de glifosato” y este “número pone a la Argentina en el primer puesto a nivel mundial”.

Por su parte, a nivel provincial, las zonas más contaminadas serían las cercanas a los ríos de mayor caudal, como el río Luján y el propio río de La Plata.

Los miles de litros que se utilizan de glifosato, matan todo a su paso: malezas e insectos que atentan contra la cosecha. Solo resisten “organismos genéticamente modificados” como “la soja, el maíz o el algodón”.

“El glifosato es una molécula muy pequeña que tiene la función de ser un herbicida generalista porque no discrimina, sino que mata todo aquello que sea verde a excepción de un organismo genéticamente modificado como la soja, el maíz o el algodón. Con el tiempo, algunas especies después de 20 años del uso de este compuesto comenzaron a hacerse resistentes, motivo por el cual decidió aumentarse la cantidad del químico por hectárea”, sostuvo el especialista.

Los residuos de este potente producto terminan en los alimentos y otros productos como el algodón, en lagunas, ríos o incluso a través de las lluvias, como se pudo comprobar en la ciudad de La Plata.

Según los investigadores, la ingesta de agrotóxicos en nuestro organismo puede generar desde patalogías menores como enfermedades cutáneas, hasta malformaciones, daños genéticos, leucemias y distintos tipos de cáncer.

“En las distintas muestras ambientales que se toman en nuestro país, se puede ver que el glifosato ocupa entre el 80 o 90 % de la carga total de plaguicidas de la muestra”, agregó Marino de la facultad de Ciencias Exactas de la UNLP.

La utilización de este producto comenzó aproximadamente hace poco más de 20 años, a partir del gobierno de Carlos Menem. Pero la denominada “sojización” del país se profundizó durante los gobiernos kirchneristas, en el cual se tuvieron que destinar mucho más glifosato de lo que se utilizaba hasta entonces.

En el comienzo se usaban 3 litros del agrotóxico por hectárea, cada año. En la actualidad, el promedio es de 15 litros por hectárea cada año.

“Las dosis han ido aumentando porque ya no hacen el mismo efecto que hacían al principio y esto se debe a la resistencia que van generando las distintas especies”, indicó el científico.

Además, la utilización del glifosato también afecta gravemente a la renovación de los suelos, que debido a esto y a la no rotación del mismo por utilizarse para una misma producción –generalmente soja-, pierden sus minerales esenciales y terminan por degradarse.

Esto provoca que los suelos vayan muriendo de a poco y no absorban la cantidad de agua necesaria en las lluvias, provocando un escenario  favorable para grandes inundaciones.

A su vez, según el estudio del CIM, se pudo comprobar que se encuentran partículas del glifosato en algunas lluvias de la ciudad de La Plata.

Fuente. Infocielo

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