Otra vez la doctrina Chocobar

La justicia procesó y embargó a un oficial de la Policía de la Ciudad que al defenderse de un intento de robo, mató al delincuente durante un viaje en el tren Belgrano Norte, en un hecho ocurrido a fines de abril.

El procesamiento sin prisión preventiva, recayó sobre Rubén Jesús Ortega, de 45 años de edad, sobre quien la jueza Fabiana Palmaghini consideró que cometió el homicidio de Marcelo Ariel Viveros «con exceso en la legítima defensa». De todas maneras le fijó un embargo por 150 mil pesos.

En el caso también quedó procesado, pero por el delito de robo con armas en grado de tentativa, Pablo Rivera, un paraguayo quien estaba con Viveros y habría sido su cómplice.

El asesinato ocurrió el 30 de abril pasado en una formación del Belgrano Norte, que se dirigía a la terminal Retiro. Antes de las 5 de la mañana, Ortega viajaba sentado en uno de los vagones, con auriculares puestos y manipulando su teléfono celular. Entonces fue sorprendido por Viveros que, apoyándole el cuchillo en el cuello, le exigió, al grito de «dame todo o te mato! la entrega del aparato telefónico.

Según la resolución, la reacción del policía Ortega provocó la fuga de sus agresores, pero el uniformado extrajo su arma y, luego de identificarse al grito de «alto policía» , disparó con su pistola 9 milímetros en la parte posterior de la cabeza de Viveros. El supuesto delincuente murió por lesión cervical y hemorragia interna y externa.

Viveros quedó en el andén, y su cómplice Rivera fue atrapado por otros policías que se hallaban de guardia.

Al defenderse, Ortega admitió que disparó contra uno de sus agresores porque seguía amenazándolo con el cuchillo, pero negó que lo hizo por la espalda, sino en «posición de giro», cuando en su huída, se disponía a abandonar el tren.

La jueza procesó al cómplice del fallecido, y le dictó la prisión preventiva porque no tiene arraigo en la Argentina.

Al policía le dictó el procesamiento sin prisión al considerar que se identificó como policía, y que cuando lo hizo, Viveros aún tenía en cuchillo en su poder.

«Se acreditó la preexistencia de una situación objetiva de justificación, en la que Ortega no pudo emplear otro medio más eficaz para proteger su propia vida, teniendo en cuenta el peligro inminente en el que se vio envuelto», dijo la jueza Palmaghini.

La magistrada, sin embargo dijo que «el resultado podría haber sido evitado de haberse realizado un disparo a una zona del cuerpo distinta de aquella tan vital como lo es la región cervical en el cuello, donde ingresó la bala, situación que creó una situación de peligro aún mayor que la que existía si se tiene en cuenta que los agresores pretendían huir del lugar».

Para la jueza, el medio que Ortega empleó fue «racionalmente adecuado para la acción que intentaba repeler, no así el modo y el momento».

También valoró que el policía demostró una «conducta procesal adecuada» y que no existen peligros procesales.

Fuente: Minutouno

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