A 24 años de la muerte de Ayrton Senna

El nombre de Ayrton Senna quedará grabado para siempre en la historia de la Fórmula 1, la competencia automovilística más importante del mundo.

El brasileño, una de las máximas promesas de la categoría, falleció tras un confuso accidente ocurrido en la séptima vuelta del GP de San Marino, en la curva Tamburello.

Senna perdió el control del Williams y chocó casi de frente contra una barrera de hormigón.

Han pasado 24 años del trágico episodio pero no hay culpables.

Luego de demandarlos tras el accidente mortal, la justicia italiana absolvió a Frank Williams y Patrick Head, a cargo de la dirección técnica, y al encargado del diseño y desarrollo, Adrian Newey.

De acuerdo a las investigaciones, no se encontraron responsables del accidente, aunque los mismos integrantes del equipo admitieron sentirse responsables de la muerte, pero no culpable.

«Siempre me sentiré responsable de la muerte, pero no culpable». Fui uno de los altos ejecutivos de un equipo que diseñó un auto en el que un gran hombre murió. No importa si esa columna de dirección causó el accidente o no. Es imposible olvidar el hecho de que una pieza de diseño era mala, que nunca debería haberse permitido en el coche», escribió en su autobiografía Newey.
La columna de dirección del auto fue modificada a pedido del piloto para sentirse más  cómodo, y ese cambio fue cuestionado e investigado durante años porque podría haber causado el accidente.

Su trayectoria
Senna nació en Brasil el 21 de marzo de 1960. Disputó 162 carreras, logró 41 victorias y 80 podios.
Tuvo en su historia 19 vueltas rápidas, un total de 65 poles y tres campeonatos del mundo, en 1988, 1990 y 1991.
Quienes lo siguieron de cerca, aseguran que no era un piloto más. Que su talento y su capacidad al volante eran «de otro planeta».
Era muy querido dentro y fuera de la pista, y tanto en Brasil como en el resto de los países donde competía. Nadie desconocía sus habilitades, agresivo en la pista y tímido fuera de ella.
A los 8 años ya se destacaba en kartings, y siempre tuvo como meta ganar. 
Su gran religiosidad (acostumbraba a leer pasajes de la biblia en el motorhome) le daba un aire todavía más místico.

Dos meses antes de morir, le había pedido a su hermana  crear una organización para ayudar a los niños brasileños, hecho que se concretó posteriormente y ha transformado las vidas de más de ocho millones de niños y jóvenes desde 1994.
Después de varias carreras, triunfos y éxitos, su historia terminó en el fatídico GP de San Marino.
Tras doce años sin ningún piloto fallecido en un Gran Premio, fueron todas fallas.
El viernes Rubens Barrichello se salía de pista y volando, impactaba contra el muro por encima de los neumáticos de protección. Por suerte, no tuvo lesiones graves. No así Roland Ratzenberger, que fallecía al día siguienteal soltársele un alerón y chocar contra el muro.
Senna estaba muy sensibilizado con la seguridad y le impactaban mucho los accidentes de sus compañeros.

En carrera, el 1 de mayo, tras un accidente en la salida y posterior salida del Safety Car, al rodar muy despacio tras él, los neumáticos del Williams se enfriaban y perdían presión.

Al reanudarse la carrera con Senna en primera posición y trazando la curva de Tamburello a más de 300 Km/h, la baja presión de los neumáticos hizo que el fondo del auto rozara el suelo en un pequeño bache, interrumpiendo la corriente de aire que pasaba bajo él y de golpe el Williams se quedaba sin adherencia.

Ayrton, con sus increíbles reflejos, intentó controlarlo en una décima de segundo, pero no había nada que hacer y pisó los frenos para que el golpe fuera el menor posible.

Fue uno de los mayores mazazos que se ha llevado la Fórmula 1. Los comisarios descubrieron dentro de su coche una bandera de Austria. Quería ganar y homenajear a Roland Ratzenberger.

Fuente: iprofesional

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