Tras la tortura, el apriete

Roque Garay, padre de Emanuel, el joven cadete de la policía de la provincia de la Rioja muerto en un entrenamiento de esa fuerza, denunció hoy que hubo “aprietes” para que en el acta de defunción de su hijo figurara “muerte dudosa”. El hombre afirmó que “cinco veces fui apretado para que entregue el documento. Esto no puede ocurrir en tiempo de democracia, no lo vamos a permitir”.

El padre de Garay contó que hubo cinco llamados intimidatorios en los que le exigieron cambiar los motivos de la muerte de Emanuel. Además, afirmó que “cadetes más grandes también maltrataron” a su hijo. Y que los aprietes alcanzaron a los médicos que atendieron al joven. que fueron amenazados con ir presos si no firmaban en blanco el certificado de defunción.

Emanuel Garay tenía 19 años y era cadete de la policía riojana cuando el lunes pasado fue sometido junto a sus compañeros a un brutal ejercicio de instrucción, tras el cual doce de ellos debieron ser internados. Los aspirantes a policías presentaban severos cuadros de deshidratación. Garay murió el sábado tras cinco días internado.

Nicolás Azcurra, abogado de los Garay, denunció que en el “baile” al que fueron sometidos Emanuel y sus compañeros, hubo seis cadetes de segundo año con activa participación y pidió su arresto. Se trata de Oscar Quinteros, Cristian Brizuela, Facundo Carrión Agüero, Aynara Balinsky, Zulema Díaz y Romina Oviedo.

Por el hecho fueron detenidos cuatro comisarios (el subdirector general del Instituto de Seguridad, comisario mayor Dardo Nicolás Gordillo; el director de la Escuela de Cadetes, comisario inspector Ramón Alberto Leguiza; el jefe del Cuerpo de Personal Masculino, comisario Jorge Marcelo Leguiza; y la jefa del Cuerpo de Personal Femenino, comisaria Adriana Mabel Rodríguez; y cuatro oficiales (oficial inspectora Nadia Soledad Bravo, oficiales subinspectores Elio Gonzalo Marcial e Ivana Karina Luna y oficial ayudante Marcos Antonio Miranda) y se removió al secretario de Seguridad, Luis Angulo, y al jefe de la policía de La Rioja, Luis Páez

Mientras tanto, hubo mejoras en el cuadro de Luis Oropel, uno de los cadetes internados, que por su estado debió ser llevado a Córdoba. Su hermana confirmó la mejoría y la intención del joven de no reintegrarse a la fuerza policial. “Ayer no ha recibido diálisis, así que su riñón está recuperándose y funcionando de manera natural”, contó la hermana de Oropel, Lucía Gómez.

La joven definió como “terrible” lo vivido por los cadetes. “No tiene nombre lo que hicieron porque ni siquiera cuando hablamos de tortura tienen eso de causarle la muerte a una persona”, aseguró sobre las “más de nueve horas en las que los sometieron a un entrenamiento durísimo sin hidratación”. Gómez precisó que hubo rotura de los músculos del cuerpo “que entraron a liberar toxinas que se pegaron a sus riñones y paralizaron su funcionamiento”.

Respecto de lo acaecido, consideró que para su hermano “en el entrenamiento murió su sueño de ser policía” y que “no quiere saber nada con volver a ese lugar”. También contó que Oropel sabe del fallecimiento de Garay y que presentaron una denuncia en la fiscalía de La Rioja. “Queremos llegar hasta las últimas consecuencias y que la ley aplique la condena que se merecen”, cerró.

Fuente: Página 12

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