Las joyas de la abuela por bijouterie

La preventa de Lautaro Martínez por parte de Racing al Inter de Italia, demostró lo barato que compran los europeos y lo caro que venden, porque aún antes de oficializarse el pase (cosa que pasará en junio ó julio, luego del Mundial) ya anunciaron una cláusula de recisión para el jugador que es casi cinco veces superior al precio que pagarían. El juvenil delantero de 20 años fue vendido en 25 millones de Euros, después de arduas negociaciones, porque los italianos empezaron ofreciendo menos de 20, pero el mismo día que llegaron a un acuerdo se anunció oficialmente desde la página del club que firmaban un contrato de cinco años y la cláusula de recisión iba a ser de 120 millones de Euros. ¿Que quiere decir esto? que el Inter sabe que lo pagó muy barato y que el jugador va a tener otra cotización después que debute en la selección en marzo y una superior si juega el Mundial en junio.

Lo que pasa es que el fútbol argentino está destinado a vender sus joyas más preciadas porque los egresos superan mucho a los ingresos, ya que salvo excepciones es muy poco el dinero que recaudan por marketing, cuotas sociales y hasta por derechos de televisión. En este mercado, que en Europa y Estados Unidos es el de verano, con contrataciones limitadas, Independiente vendió a un diamante en bruto como Ezequiel Barco en 15 millones de dólares al Atlanta United de Estados Unidos, un jugador de 18 años que puede multiplicar su valor de mercado en diez o más veces, con ese dinero y con la venta al Ajax de Nicolás Tagliafico (5 millones de Euros), Independiente compró 5 jugadores de menor nivel, con lo que los equipos en lugar de reforzarse se deslucen.

Lo dijo claramente el técnico de Newell’s, Juan Manuel Llop «No me trajeron refuerzos, me trajeron reemplazos para los que se fueron, que no es lo mismo».

Vélez también tuvo que desprenderse de su joya, Maximiliano Romero que lo vendió al PSV Eindhoven de Holanda por 10 millones y medio de Euros, quedando con un 10% de la ficha para una futura transferencia, que si el jugador triunfa en Holanda y es comprado por un equipo inglés, italiano o español hasta puede llegar a cobrar una cifra similar por ese 10%.

Hace una década, el todopoderoso presidente de AFA y vicepresidente de FIFA, Julio Grondona, sorprendió a su audiencia en una reunión en la UCES, al decir que «el fútbol argentino no tiene que exportar jugadores, sino derechos de televisación», el fallecido dirigente completó diciendo: «Yo entiendo el apuro de los dirigentes, pero si pudieran aguantar a los jugadores un par de años esta liga sería apetecible para los telespectadores de todo el Mundo y podrían venderse los derechos en muchos millones». Era una solución, quizás un poco utópica porque los jugadores desde los 13 años cuando son fichados en novena división sueñan con jugar en Europa y con los Euros que acá no le pueden pagar. Por supuesto que la gran mayoría se frustra, pero los pocos que llegan a jugar en una liga top de Europa le sirven de modelo para padres y representantes que ese tiene que ser el porvenir.

Hablando de eso, otra frase de Grondona está vez a Ricardo Echegaray cuando estaba al frente de la AFIP en el Gobierno Kirchnerista: «Porque en lugar de investigar a los clubes, no investigan a los intermediarios, yo conozco varios en Argentina que hasta tienen avión privado, cosa que yo no tengo. Los intermediarios ni juegan, ni son técnicos, ni dirigentes y son todos multimillonarios» ¿porqué será?. Lo cierto es que el fútbol argentino está destinado a ser pobre, mientras negocie como pobre y cambie sus mejores joyas por bijouterie.

Fuente: ámbito.com

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