Cómo reaccionar frente a un golpe de calor

Ante situaciones de calor extremo, el organismo no siempre es capaz de controlar la temperatura corporal y se produce un aumento de la misma, conocido como hipertermia. La mayoría son situaciones leves, pero la hipertermia grave puede ser peligrosa. Ante un golpe de calor la persona puede sentir cansancio, dolores musculares, dolor de cabeza, náuseas e hipotensión -presión baja-. La pérdida del conocimiento es menos común pero también puede ser un síntoma de un golpe de calor.

Si la persona sospecha que está sufriendo un cuadro así o alguien a su alrededor manifiesta estos síntomas, es importante llamar rápidamente a una ambulancia o concurrir a un médico. No obstante, hay algunas medidas que se pueden tomar mientras se aguarda la atención médica, que pueden mejorar el estado general de la persona.

Los especialistas recomiendan acostarse o acostar al paciente con los pies elevados, cerca de un lugar fresco y ventilado. Aflojar la ropa es otra de las claves para sobrellevar un golpe de calor, ya que las prendas ajustadas retienen el calor y no permiten que el cuerpo se refresque.

La hidratación es muy importante para que la persona mejore, aunque es necesario tener en cuenta que se recomienda tomar tragos pequeños y de forma lenta. Las bebidas azucaradas se desaconsejan, dado que pueden aumentar la deshidratación, al igual que el alcohol.

Por último, ponerle paños fríos o sábanas mojadas también puede contribuir a bajar la temperatura del cuerpo y ayudar a la mejorar después del golpe de calor.

¿Se puede evitar el golpe de calor?

La respuesta es sí, aunque no es una fórmula lineal y directa. Es importante considerar que existen algunas medidas recomendadas para evitar llegar a tener un golpe de calor. Nuevamente, la hidratación es un aspecto clave. Beber, por lo menos, dos litros de agua cada día, aunque no se sienta sed. Todas las bebidas que faciliten la deshidratación, como el alcohol o aquellas con gran contenido de azúcar, deben ser evitadas. Se recomienda, entonces, hidratarse con agua o jugos.

Evitar las horas de calor más intenso para hacer actividad física, caminar por la calle o exponerse al sol. Además de los riesgos que implica para la piel, hacerlo podría predisponer a la persona a sufrir un golpe de calor.

Llevar la cabeza cubierta es otra de las claves para evitar este problema. La exposición directa al sol con las altas temperaturas puede ser perjudicial para el organismo y elevar la temperatura en forma excesiva.

La comida, aunque no parezca, es otro factor que se debe considerar. Comer ligero para evitar las digestiones pesadas es recomendable en estas épocas,al igual que consumir alimentos con mayor cantidad de agua, como frutas y verduras, por ejemplo.

Fuente. iProfesional

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