¿Qué es la psoriasis y cuáles son sus síntomas?

La psoriasis es una enfermedad inflamatoria sistémica, crónica e inmunológica, no contagiosa que se manifiesta en forma de marcas rojas cubiertas por escamas blancas sobre la piel. En la mayoría de los casos compromete codos, rodillas, tronco, cuero cabelludo, palmas de las manos, plantas de los pies y articulaciones.

El informe global sobre psoriasis, publicado por la Organización Mundial de la Salud, señala que es una patología que padecen alrededor de 100 millones de personas en todo el mundo.

Su aparición se relaciona directamente con una alteración del sistema inmunológico, pero puede tener múltiples desencadenantes. En el informe elaborado por la OMS detalan que si bien las causas de la enfermedad no están del todo claras, hay evidencia de que existe una predisposición genética que puede ser acompañada por factores desencadenantes externos e internos. Bacterias, virus, hongos, algunos medicamentos, el consumo excesivo de alcohol y tabaco, estrés, climas fríos y cambios hormonales pueden ser algunos de los factores que impulsen el desarrollo de una psoriasis, que se presenta tanto en hombres como mujeres de cualquier edad indistintamente.

Se trata de una enfermedad crónica, es decir, las personas que la padecen la tendrán durante toda su vida. Sin embargo, hay períodos en los que casi llegará a desaparecer y otros en los que resurgirá con mayor intensidad. Es una enfermedad con una particularidad: la duración del proceso de recambio de las células de la capa superficial de la piel es diferente al del resto de las personas. El tiempo de este proceso es generalmente de 28 días, pero en pacientes con psoriasis sea realiza en el lapso de entre 3 y 4 días.

El diagnóstico de la psoriasis se apoya básicamente en los signos clínicos, dado que estos suelen ser bastante evidentes. El médico, en principio, examinará las lesiones y prescribir el tratamiento adecuado. Por lo general, este diagnóstico lo realiza un dermatólogo.

En algunas ocasiones también puede ser necesaria una biopsia de la piel -extracción de una muestra de tejido y análisis microscópico de la misma- para confirmar el diagnóstico, o para descartar otros posibles trastornos.

Existen diversos niveles de gravedad de la psoriasis, que dependerá de la extensión de piel afectada, de cómo se desarrolle la enfermedad y cómo responda ante las terapias empleadas para controlarla y del impacto que causa la psoriasis en la calidad de vida del afectado.

La enfermedad esconde, además, otro aspecto que afecta mucho a las personas que la padecen. A través de las molestias y la picazón, el trastorno genera vergüenza, miedo y depresión. Es una afección muy dolorosa y desfigurante, no solo impacta en los físico, sino también en lo mental.

En 2014, la “67ª Asamblea Mundial de la Salud” aprobó una resolución que reconoce a la psoriasis como una enfermedad grave no transmisible.  Destaca, además, que muchas personas en el mundo sufren innecesariamente  por esta enfermedad, debido a un diagnóstico incorrecto o retrasado, un tratamiento inadecuado, un acceso insuficiente a la atención, y a la estigmatización social. Por eso, el desconocimiento puede afectar mucho a los pacientes, por lo que es importante que confiar en el médico y en el dermatólogo, así como acudir a terapia si fuera necesario.

El objetivo del informe global de la OMS es resaltar la necesidad de aumentar la conciencia acerca de la psoriasis, para luchar contra la estigmatización que sufren las personas que viven con la enfermedad.

Fuente. iProfesional

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