El cine argentino se viste de negro: murió Federico Luppi, ícono de la pantalla grande

Luppi estaba internado en la Fundación Favaloro, donde los médicos le sugirieron que una vez que reciba el alta realice un tratamiento en una clínica de rehabilitación.

En una entrevista, en febrero de este año, Luppi mostró su disconformidad con las políticas del Gobierno de Mauricio Macri y afirmó que le costaba cubrir sus gastos a fin de mes. «Estoy decepcionado, amargado, tristón, solitario», señaló en ese entonces el actor.

Federico José Luppi Malacalza, ha obtenido numerosos premios a lo largo de su carrera actoral, entre los que se cuenta una «Concha de Plata» en el Festival de San Sebastián. Luppi, como muchos otros actores, pasó por diversos trabajos antes de probar suerte en el teatro.

Su primera película fue «Pajarito Gómez» (1965), y su consagración cinematográfica se produjo gracias a la película «El romance del Aniceto y la Francisca». Se lo reconoce especialmente por sus participaciones en películas del director argentino Adolfo Aristarain, y fue un frecuente colaborador del director mexicano Guillermo del Toro, con quien trabajó en tres películas: «Cronos»; «El espinazo del diablo» y «El laberinto del fauno».

Luego de convertirse en uno de los actores argentinos de mayor prestigio nacional e internacional, decidió radicarse en España en el 2001. En España participó de importantes realizaciones, pero también ha trabajado en series de televisión e incluso ha sido el protagonista de la obra «El guía del Hermitage», en 2008, luego de 10 años sin efectuar trabajos teatrales. Además probó suerte como director, con la película «Pasos», de producción española.

Federico Luppi ostenta el récord de ser el actor argentino con más Premios Cóndor de Plata al mejor actor, que ganó seis veces. Su filmografía incluye títulos como «La revolución» (1973), de Raúl de la Torre; «Tiempo de revancha» (1982), de Adolfo Aristarain; «No habrá más penas ni olvido» (1983), de Héctor Olivera; o «La vieja música» (1985), de Mario Camus.

En 1992 protagonizó la película de Adolfo Aristarain «Un lugar en el mundo», que fue Concha de Oro en el Festival de San Sebastián y Goya a la mejor película extranjera de lengua hispana.

Trabajó en «Cronos» (1993), un «thriller» del mexicano Guillermo del Toro distinguido con una decena de galardones internacionales, entre ellos, el Premio de la Crítica de Cannes y el Premio al Mejor Actor del Festival de Sitges.

Dos años después volvió a rodar con Aristarain, esta vez «La ley de la frontera», e intervino en el filme de Agustín Díaz Yáñez «Nadie hablará de nosotras cuando hayamos muerto». Por su interpretación de villano en este último, Luppi recibió un Premio Ondas.

Sus siguientes apariciones fueron «Extasis» (1996), de Mariano Barroso; «Sol de otoño» (1996), de Eduardo Mignona, cuya cinta fue Goya a la mejor película extranjera y supuso a Luppi el Premio al mejor actor del Festival Internacional de Cine y TV de Cartagena.

En 1997 llegó la coproducción hispano-argentina «Martin (Hache)», a las órdenes de Aristarain y en la cual encarnó a un director de cine argentino que es visitado en Madrid por su hijo. Ese personaje, uno de los que mejor expresaba la elegancia y clase de Luppi ante las cámaras, le valió la Concha de Plata del Festival donostiarra.

Tras la película de Juan José Jusid «Bajo bandera» (1997) protagonizó «Frontera sur» (1998), coproducción hispanoargentina de Gerardo Herrero sobre los comienzos de la emigración española hacia Argentina en las dos últimas décadas del siglo XIX.

Posteriormente hizo «Lisboa» (1999) y «Las huellas borradas» (1999), cinta que narra la historia de un emigrante español (Luppi) que regresa de Argentina a su pueblo natal, en tierras de León, donde vivirá días de angustia porque va a ser inundado por un pantano.

Su filmografía continúa con cintas como «Divertimento» (2000), protagonizada junto a Francisco Rabal; «El espinazo del diablo» (2001), de Guillermo del Toro; «Lugares comunes» (2002), de Lorenzo Aristarain; «El último tren» (2002), de Diego Arsuaga, con Héctor Alterio y José Soriano; «Incautos» (2003), de Miguel Bardem; o «El lugar donde estuvo el paraíso» (2004), de Gerardo Herrero.

Les siguieron, «El buen destino» (2005), «El viento» (2005), «Cara de queso» (2006) y «El laberinto del fauno» (2006), dirigida por Guillermo del Toro; «Que parezca un accidente» (2008), «Ese beso» (2008), o «Verano amargo» (2009).

Sus últimos papeles fueron «Sin retorno» (2010), «Cuatro de copas» (2011), ‘Inevitable’ (2014) ‘Magallanes’ (2016) ‘Al final del túnel’ (2016) o ‘Nieve Negra’ (2017), dirigida por Martín Hodara.

Distinguido con el Coral de Honor a su trayectoria por el Festival cubano de La Habana (2002), debutó como director con el largometraje «Pasos» (2005), sobre un guion de su esposa (Susana Hornos), protagonizado por Ana Fernández y Alberto Jiménez. Luppi estaba casado con la actriz española Susana Hornos desde 2003.

Fuente. ambito financiero

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