Macri sabe que De Vido no será expulsado, pero aprovechará el impacto mediático

En la Casa Rosada, los funcionarios más cercanos al presidente Mauricio Macri reconocen que «siempre» supieron que no tendrían los votos suficientes para expulsar de la Cámara de Diputados al ex ministro de Planificación Federal Julio De Vido. «Para qué negarlo: los votos nunca los tuvimos, pero será muy fuerte la foto que muestre a todos los que se opongan a expulsarlo», contestó a Letra P un vocero del Gobierno para confirmar que la mayor apuesta del oficialismo respecto al ex colaborador de Cristina Fernández de Kirchner es comunicacional y está íntimamente ligado a la campaña electoral.

En los cálculos del oficialismo, el señalamiento mediático a De Vido es ganancioso para Cambiemos porque «potencia el discurso anticorrupción del Gobierno» y «refuerza la polarización con el kirchnerismo en uno de sus puntos más débiles», celebró otra fuente consultada, que eligió la cautela para pronosticar que el «efecto De Vido» se repita en la Justicia.

En su debido contexto, la ofensiva que promueve el oficialismo contra el ex funcionario de CFK sucede en medio del receso judicial de invierno. A principios de agosto, cuando los tribunales federales de Comodoro Py retomen su ritmo regular, es posible que varios expedientes judiciales generen novedades, tanto para funcionarios en ejercicio como para nombres de la gestión anterior. En ese listado, el futuro procesal de la ex presidenta forma parte de un añejo dilema dentro del Gobierno, que algunos aliados buscaron forzar antes de la «pre-campaña». El contrapunto tiene que ver con el futuro procesal de la ex jefa de Estado. «Una cosa es el procesamiento y otra es que le dicten prisión preventiva», se animó a diferenciar un miembro del equipo de campaña bonaerense. En su lectura, cualquier medida judicial contra Cristina que genere la «sensación de proscripción» podría generar un efecto diametralmente opuesto al que gozan los voceros del oficialismo mientras siguen el debate dentro del Congreso sobre el futuro de De Vido.

La mesura sobre Comodoro Py, al menos por ahora, también gira en torno a los casos que podrían salpicar al Presidente, a varios de sus ministros y a algunos secretarios de Estado, como Gustavo Arribas, titular de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI), por las investigaciones en curso vinculadas al caso Odebrecht. «Los jueces que viajaron a Estados Unidos ya tienen información, pero desconocemos la forma en que esa data puede impactar en los expedientes», aseguró un funcionario del Ministerio de Justicia, que conduce Germán Garavano.

Esa relojeria volverá a activarse el 1 de agosto. Por ahora, el minuto a minuto de los despachos oficiales tiene el canal puesto en la sesión que se realizará este miércoles, para tratar una expulsión que el oficialismo ya sabe fallida de antemano. A cambio, los asesores comunicacionales del Presidente (y también del equipo de campaña de Cambiemos), se preparan para medir el impacto que tendrá su televisación. En el pronóstico comunicacional del oficialismo se avecina una nueva oleada de funcionarios en distintos medios para aprovechar esa cosecha y sumar horas de vuelo en la campaña sin hablar de la economía.

Fuente: Letra P

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