Abogados de represores se entusiasman con la llegada de Macri

«Vientos de cambio», «Ráfagas de optimismo», «Llamas de esperanza», fueron las palabras que se oyeron en la asamblea asamblea anual de la Asociación de Abogados para la Justicia y la Concordia, según una nota de Página 12 de este miércoles.

Según consignó el periodista Diego Martínez de ese medio, de Página/12, Alberto Solanet, actual presidente de la Asociación, ex presidente de la Corporación de Abogados Católicos y hermano del secretario de Hacienda de la dictadura, llamó a «derogar y reemplazar la legalidad desprovista de legitimidad que angosta y asfixia a la patria».

La Asociación nació en 2009 con el objetivo de conseguir una amnistía general para los represores de la última dictadura cívico-militar que han sido juzgados en los últimos años. Actualmente este proceso suma 622 condenas.

Por su parte Alberto Rodríguez Varela, ex ministro de Justicia de Videla, recordó que el presidente Raúl Alfonsín «resolvió enjuiciar a ambas partes» pero luego con las leyes de Obediencia Debida y Punto Final, más los indultos de Carlos Menem se crearon las «condiciones de iniciar el camino a la genuina consolidación de la paz interior».

No obstante, en su recorrido histórico Rodríguez Varela planteó que desde 2003 «se abandonó la bandera de la concordia de Alfonsín y Menem» y se dio inicio a la etapa de la «justicia asimétrica». «Es hora de poner fin a la discordia», planteó y opinó que «un pueblo con el corazón partido no es una Nación». Por eso resaltó la necesidad de «una pacífica convivencia, con perdón y reconciliación».

Otro de los participantes de la asamblea fue Ricardo Saint Jean, hijo de Ibérico Saint Jean, gobernador de Buenos Aires durante la dictadura entre 1976 y 1981. Durante su mandato Ibérico había declarado: «Primero mataremos a todos los subversivos, luego mataremos a sus colaboradores, después a sus simpatizantes, enseguida a aquellos que permanecen indiferentes y, finalmente, mataremos a los tímidos».

Siguiendo los pasos de su padre Ricardo señaló que “estamos ante la batalla final” y pidió trabajar para que la Corte Suprema de Justicia abandone “la jurisprudencia fijada por el fallo Arancibia Clavel”, que en 2004 declaró imprescriptibles los delitos de lesa humanidad.

Durante su discurso repasó la “invasión del comunismo” que fue enfrentada por varios de los presentes “con la pluma y la palabra” y quienes la enfrentaron con las armas están “en prisión como animales” lo cual supone “un plan de persecución especialmente perverso”.

No obstante consideró que “se abre un camino de esperanza”. Finalmente ubicó a “la Constitución y Dios” de un lado y al “odio, la ilegalidad y el mal” del otro. “Jueces y políticos” hablan de “solución política” pero “no podemos aceptar promesas”, advirtió.

Carlos Bosch, quien reemplazó como secretario de la comisión directiva a Mariano Gradín, recordó que seis años atrás “la persecución política nos unió a todos” y que si bien no tuvieron “demasiado éxito” en frenar los juicios, ahora hay “vientos que pueden cambiar las cosas, no sabemos para dónde” pero estamos “ilusionados en poder encausar esto”.

El orador comentó también que el ex diputado radical Jorge Vanossi no pudo estar por “un viaje impostergable” pero enviaba “disculpas y saludos”, que “adhiere a la reconstrucción del orden jurídico”, y recordó que “fue el único diputado que presentó un proyecto de amnistía, que no se trató en la Cámara”.

Lucrecia Astiz, hermana del marino condenado por su actuación en la ESMA y quién se había infiltrado en la organización Madres de Plaza de Mayo, fue la encargada de cerrar la lista de oradores. Allí agradeció a los abogados por su apoyo a los “secuestrados políticos”.

Entre los presentes estuvieron también el ex jefe de la SIDE Juan Bautista Yofre, el teniente coronel (R) Emilio Nanni y María Elena Vázquez de Astiz con su ya mencionada hija.

Fuente: Diario Registrado

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