Macri cuadruplicó la deuda externa

La publicidad y el marketing de las distintas agencias oficiales ocultan el despilfarro presupuestario y el endeudamiento público que nunca paró de crecer.

Bajo la gestión de Mauricio Macri, el gobierno porteño cuadriplicó la deuda pública. En 2008, cuando asumió su cargo, la deuda porteña alcanzaba a 504 millones de dólares. Hoy, después de casi ocho años (dos mandatos), supera los 2100 millones de dólares y pasó de representar el 1% al 9% del Producto Bruto Geográfico.

Esa gestión choca contra la política de desendeudamiento que desplegó el gobierno nacional con una característica que empeora la cuestión: la carga de la deuda pública es cada vez mayor y en consecuencia el pago de intereses crece. Y esto necesariamente se transforma en un gasto más regresivo ya que se ponen los recursos de la ciudad al servicio de la deuda y sus intereses, o en un mecanismo de “roll over” típico de los años 90 por el que se adquiere nueva deuda para pagar intereses al tiempo que se continúa incrementando el stock de deuda, y en consecuencia de intereses, a pagar en el futuro.

Durante febrero de 2015 el gobierno porteño realizó una nueva emisión de deuda a seis años por 500 millones de dólares. La mayor parte de esos fondos será destinada a la cancelación de deuda del año, que en concepto de capital e intereses supera los 600 millones de dólares.

Un problema adicional es que más del 90% de esta deuda está denominada en moneda extranjera o atada a ella, por lo que los peligros de una deuda externa alta se potencian, ya que vaivenes externos (o internos, como devaluaciones) pueden aumentar la deuda, dificultando su pago y su sostenibilidad.

Sin embargo, esto todavía se vuelve más problemático cuando se analizan las motivaciones del endeudamiento. Lejos de deberse a obras en infraestructura, el gobierno de la ciudad se ha endeudado para cubrir gastos corrientes. Esto se verifica al ver que el gasto en capital medido por el PBG no aumentó en igual cuantía que el endeudamiento.

Así lo manifestó el ex legislador porteño e investigador Rafael Gentilli en declaraciones a Radio Nacional. “Macri encuentra una ciudad con muy bajo endeudamiento y lo que hace es aumentarlo. Ahora bien, ¿para qué endeuda a la ciudad? ¿Acaso para obras de capital, o para hacer los 10 Km de subte que prometió en campaña en 2007? No. La ha endeudado para financiar los gastos corrientes: sueldos, servicios, insumos, reasfaltado, que no son inversiones”, explicó.

De esta manera, el mensaje de la gestión y el marketing de la transparencia que intentan desplazar a las ideas políticas del centro de la discusión se muestran como lo que realmente son: comunicación distractiva para ocultar la gestión de un gobierno que ha hecho del endeudamiento una herramienta fundamental, sistemática, incluso en períodos de superávit fiscal primario (como en 2013) donde no había razones para seguir endeudando a la ciudad.

La pregunta se impone: ¿no se trata en realidad de una decisión explícita de favorecer al sector financiero?

Fuente: Tiempo Argentino

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