La UCR minimiza las amenazas de Massa

Varios referentes del Frente Renovador, Roberto Lavagna y Sebastián Galmarini, entre otros, han salido los últimos días a «amenazar» a la UCR con «romper» los acuerdos que tienen en ciertas provincias. La advertencia parte de un precepto que es al menos discutible: que los peronistas disidentes de que se aliaron con Sergio Massa luego de las elecciones de 2013 obedecerían las instrucciones del tigrense como si fueran dadas por el propio Juan Perón. Lo cierto–esto remarcan los radicales por lo bajo– es que los caciques massistas de muchas provincias son dirigentes con historia y peso propio en sus distritos. Es decir: juegan sus propias cartas. «Difícilmente estén dispuestos a inmolarse en nombre de Sergio», aseguraron en el Comité Nacional.

Uno de los ejemplos que ponen de «caso testigo» para ilustrar la situación es La Rioja. El referente de la UCR allí es el diputado Julio Martínez, que salió segundo en las elecciones de 2013 y quedó a un punto del primero. Basados en este resultado, los operadores radicales, quizás en un exceso de optimismo, calculan que Martínez tiene chances de ganar una provincia que el peronismo gobierna desde 1983.

Uno de los aliados de este dirigente radical en su tierra es el intendente de Famatina, Ismael Bordagaray, que viene del peronismo y es el principal referente riojano de Massa. Una de las posibilidades que circula en la provincia del noreste es que Bordagaray acompañe a Martínez en la fórmula. «¿Acaso se va a perder de ser vicegobernador para sumarse a las presionesde un precandidato presidencial cuya estrella se está apagando?», se preguntaba uno de los principales armadores de los boinas blancas.

Otro dato: desde el entorno del senador jujeño Gerardo Morales, precandidato a gobernador de su provincia, que tiene un acuerdo con el massismo, le dijeron a Tiempo que la alianza «sigue viento en popa». Y agregaron que están preparando la presentación formal de la coalición provincial para el 1 de junio.

Los armadores de la UCR, para sostener sus definiciones, destacaban especialmente la situación del distrito en el que Massa tiene más gravitación, la provincia de Buenos Aires, en el que ha perdido varios de sus intendentes aliados.

«Si no puede disciplinar a su tropa en su propio territorio, cómo lo hará en provincias en las que tiene mucho menos peso», decían, con cierto mailicia.

Fuente. Tiempo Argentino

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